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Clandestina, la historia detrás de la marca cubana

La firma cubana cuenta con una tienda online que vende a cualquier lugar del mundo.

Clandestina © Clandestina/ Facebook
Clandestina Foto © Clandestina/ Facebook

Este artículo es de hace 6 años

Si usted va caminado por las calles de La Habana y ve en algún bolso o pulóver el letrero Clandestina, sepa que se ha topado con una nueva marca, creada en el primer establecimiento de diseño independiente en Cuba, y que ya cuenta con una tienda online que vende a cualquier lugar del mundo.

Su responsable es Idania del Río, quien junto a su socia comercial, Leire Fernández, lanzó la firma en el año 2015. La iniciativa de esta joven diseñadora cubana ha llegado hasta el periódico británico The Guardian, que ha publicado su historia.

Del Río estudió diseño gráfico y trabajó durante varios años en el extranjero, hasta que decidió desarrollar su creatividad en la Isla, aprovechando el permiso del gobierno para crear empresas privadas. Por medio de amigos recaudó capital suficiente para iniciar el proyecto, y sin mucha experiencia de cómo hacer marketing, decidió organizar fiestas con alcohol gratis en las que reunía amigos que se interesaran en su obra.

La tienda, ubicada en una casa colonial en La Habana Vieja, recibe actualmente 20.000 visitantes al año. Incluso, otros diseñadores se acercan a ella buscando consejos.

Las dificultades no son pocas. A la escasez de materiales que a menudo afecta el resultado –ha habido temporadas en las que solo han podido imprimir en negro– y el limitado acceso a internet, se unen la burocracia y las leyes punitivas de importación.

A pesar de ello, Clandestina es hoy la primera marca cubana en ofrecer sus productos vía digital a todas partes, incluido Estados Unidos, un logro histórico para la pequeña firma de moda, habida cuenta del tortuoso camino para conseguirlo.

“Durante el año pasado –explica The Guardian–, se han enfocado en llevar la marca a una audiencia internacional, una proeza no menor teniendo en cuenta que el mercado de exportación de Cuba, aplastado por el embargo estadounidense, es prácticamente inexistente.

“Sin embargo, aunque el embargo restringe la importación de bienes a los Estados Unidos, no prohíbe los servicios. Del Río usa esta anomalía para trabajar en todo el sistema, cargando digitalmente los diseños de Clandestina a un fabricante afiliado en Carolina del Sur, que los imprime en camisetas de un proveedor certificado Wrap (Producción Acreditada Responsable Mundial) en Nicaragua y los envía a todo el mundo. En un país donde el concepto de una marca local todavía está tomando forma, la ambición de Clandestina es sorprendente”.

Desde 2015, año en que surgió Clandestina, han nacido en internet varios blogs de estilo, así como la primera revista de moda del país, Garbos. Otros jóvenes creadores como Celia Ledón, que diseña y fabrica ropa y objetos con desechos: bolsas de plástico, alambres, cintas de video…, o Robertiko Ramos, ilustrador, tatuador y diseñador de vestuario y de interiores, son un ejemplo de la ola de energía creativa y emprendedora que recorre la Isla.

El interés por el buen vestir es característico del cubano. En opinión de del Río, tienen un profundo sentido de la moda y quieren las últimas tendencias. "En este momento estamos muy contentos, porque éste es un paso importante para todos nosotros. Para ser global desde Cuba, ¿por qué no? Creemos que es posible y es necesario".

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