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No me resucites

Un hombre de 70 años llegó inconsciente a la sala de urgencias de un hospital de Miami...

No me resucites © CNN
No me resucites Foto © CNN

Este artículo es de hace 6 años

Un hombre de 70 años llegó inconsciente a la sala de urgencias de un hospital de Miami, Florida. No tenía identificación, ningún familiar ni tampoco un amigo lejano, lo escoltaban a la hora de su arribo. Todo parecía rutinario hasta que quitaron la camisa del hombre y en su pecho se encontraba un tatuaje con la inscripción: “Do Not Resuscitate” (No me resuciten) con firma incluida. Entonces: ¿Qué se puede hacer?

Dicha situación entabló un dilema ético y moral para los doctores que se encontraron, sin imaginarlo, ante un escenario inexplorado nunca antes. ¿Salvar al hombre? O ¿Respetar el honor del tatuaje y dejarlo morir?

El caso ocurrió a principios de año y fue publicado el pasado jueves por The New England Journal of Medicine. El individuo presentaba un complicado historial de obstrucción pulmonar crónica, diabetes mellitus, fibrilación atrial, además de detectarse un elevado nivel de alcohol en sangre.

Aunque la decisión fuera traerlo de vuelta a la vida, quizás no lo hubiera conseguido. Pero antes, examinemos los hechos.

¿Representa un tatuaje hecho y firmado en el pasado un deseo del presente? El tatuaje en sí mismo encierra un tiempo pasado, un estado de emociones sin conexión con la actualidad. Y también, por el contrario, el tatuaje es la representación de lo definitivo, una metafísica de lo eterno. ¿Cómo podríamos inducir que el hombre realmente no quería ser revivido?

Siempre he pensado que entre todos los opuestos de la naturaleza (frío-calor) (lo bueno-lo malo) (la paz-la guerra) o (amor-odio) los de relación más intima siempre serán la vida y la muerte. Es muy frágil el hilo que separa el ser y el no ser. Una frase de tres palabras perpetuas.

A través de la historia de las civilizaciones el hombre ha invertido en controlar el poder de los gobiernos, predecir las condiciones del tiempo, ha construido edificios del tamaño del cielo, ha inventado la rueda, los aviones, la tecnología virtual, los cines 3D, las pinturas, las ideologías duraderas, pero algo que siempre se le escapa: la vida y la muerte.

¿Qué parte de la vida está verdaderamente bajo control? Este tatuaje es el ejemplo de la racionalización destruyendo el alma. Una eutanasia escrita mucho antes de llegado el momento de partir. Al principio los doctores no hicieron caso al mensaje del paciente, defendiendo el precepto de no elegir el camino de la muerte cuando se torna irreversible. Sin embargo, el Departamento de trabajo social del hospital localizó una copia de la orden de “no resucitar” del hombre suministrada por el Departamento de Salud de la Florida, lo cual apoyaba la solicitud del tatuaje.

El hombre de 70 años empeoró su estado durante la noche y murió la mañana siguiente. Siempre veía los tatuajes como un símbolo de lo baladí o lo codificado, un dibujo-mensaje lleno de significación individual, parte de un recorrido y una elección. Incluso descreía que uno de esos fuera algo tan decisivo como abandonar la vida y abrazar la muerte.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Francys Romero

Escritor, reportero y periodista deportivo de CiberCuba. Miembro de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA). Autor de "El sueño y la realidad. Historias de la emigración del béisbol cubano (1960-2018)". Ha sido citado por ESPN Magazine, New York Times, Washington Post, entre otros


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Francys Romero

Escritor, reportero y periodista deportivo de CiberCuba. Miembro de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA). Autor de "El sueño y la realidad. Historias de la emigración del béisbol cubano (1960-2018)". Ha sido citado por ESPN Magazine, New York Times, Washington Post, entre otros