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Encuesta nacional: 27% de las cubanas asegura haber sufrido alguna manifestación de violencia

Otras aristas son la prohibición de trabajar, no darle a la mujer dinero para la casa, obligarla a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad o negarse al uso del condón

Violencia de género en Cuba © CiberCuba
Violencia de género en Cuba Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 6 años

La Habana.- A propósito de la XI Jornada por la No violencia hacia las mujeres y las niñas, que tuvo lugar entre los meses de noviembre y diciembre, Mayda Álvarez, directora del Centro de Estudios sobre la Mujer (CEM), de la no gubernamental Federación de Mujeres Cubanas, informó que la última encuesta nacional sobre igualdad y género arrojó que 52 por ciento de las personas encuestadas calificó de poca la violencia en Cuba, mientras 10 por ciento opinó que no existe.

El estudio realizado en 2016 aporta las primeras cifras nacionales desde 1989 que ofrecen un acercamiento al problema de la violencia de género, gracias al trabajo conjunto del CEM y la estatal Oficina Nacional de Estadística e Información, además del apoyo de la cooperación internacional.

El estudio realizado en 2016 aporta las primeras cifras nacionales desde 1989 que ofrecen un acercamiento al problema de la violencia de género

De acuerdo con Álvarez, entre los casi 20.000 hombres y mujeres que respondieron al sondeo, 29,7 por ciento, fundamentalmente mujeres, consideró que en el país la violencia es mucha.

“Este es un tema de la vulnerabilidad y violación de los derechos de las personas, no importa si son dos o son cinco. (…) Se trata de la laceración de la dignidad, la autoestima, la limitación de su autonomía”, dijo.

“No nos interesa cuántas son, sino trabajar con todas las que presentan esa situación y están sufriendo”, enfatizó.

La encuesta arrojó que 27 por ciento de las 9.971 mujeres participantes había sufrido alguna manifestación de violencia en los doce meses anteriores y develó el predominio de la psicológica: con su carga de gritos, ofensas, silencios e indiferencia.

Otras aristas son la prohibición de trabajar, no darle a la mujer dinero para la casa, obligarla a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad o negarse al uso del condón, se explicó en el programa. Y muchas de estas manifestaciones violentas son vistas como normales.

Además, se recabaron los mitos que rodean, naturalizan y perpetúan la violencia como: “ella se lo buscó, si él le pega es porque algo hizo”, “a ella le gusta”, “lo provocó”, “entre marido y mujer nadie se debe meter”, “en mi casa mando yo”.

La paradoja

A juicio de Isabel Moya, directora de la Editorial de la Mujer, en Cuba se ha logrado romper el silencio existente hace 10 años, cuando apenas se hablaba del tema “porque al no haber cifras altas de feminicidios, no se consideraba importante”.

Sin embargo, analizó Moya, hoy es una paradoja que coexistan interesantes productos comunicativos que problematizan sobre este asunto junto a otros “terriblemente sexistas”, no solo en la música y el video clip.

De acuerdo con la experta en género y comunicación, debe trabajarse en tres espacios, el vídeo clip, la música y el humor, “porque no usamos el poder que tiene para desmontar estos mitos, en lugar de ser tan discriminatorios”.

Debe trabajarse en tres espacios, el vídeo clip, la música y el humor

Moya llamó la atención sobre la música trap, no solo porque es agresiva hacia las mujeres y los hombres, sino porque despoja a los seres humanos de su humanidad y reduce a las personas a sus genitales, algo que marcará para siempre su conducta sexual.

En lo que llegan nuevas leyes

Yamila González Ferrer, vicepresidenta de la no gubernamental Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), que desarrolla proyectos para capacitar a jueces, fiscales, abogados y asesores jurídicos, entre otros, consideró que la educación a niñas y niños reproduce los patrones que naturalizan la violencia.

Por ello, recomendó fomentar una cultura de paz entre las personas, solucionar los conflictos de manera armónica y comunicarse bien, a través de la negociación, algo que “nos eleva como seres humanos”.

González destacó que Cuba precisa de una actualización de leyes que se enfoquen específicamente en estos asuntos –Código de la Familia, Código Penal y leyes de procedimiento, entre otras-, pero mientras estas llegan existen instrumentos legales que pueden emplearse por operadores del derecho sensibilizados.

Con ese fin, la UNJC lleva adelante proyectos para capacitar al sector jurídico, algo que ha encontrado receptividad en diversas organizaciones interesadas en facilitar esos conocimientos a sus profesionales.

“Existe una asignatura optativa sobre género y derecho en las universidades La Habana y Oriente, un diplomado de mediación en género y familia y cursos de posgrado, porque además de los conocimientos técnicos se precisa sensibilización: dentro del sector las personas son también portadores de esos mitos”, apuntó.

Por otra parte, la UNJC desarrolla acciones encaminadas a elevar la cultura jurídica de la población, de manera que pueda ejercer sus derechos.

Para Manuel Vázquez, subdirector del estatal Centro Nacional de Educación Sexual, la violencia requiere de una respuesta integral e integrada y la legislación debe responder de manera más efectiva.

“Para ello no solo necesitamos cambios jurídicos, sino que los operadores del derecho estén preparados y los ciudadanos se encuentren en mejores condiciones de ejercer su ciudadanía”, concluyó. (2017)

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