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La historia del cubano detrás de la popular Caja China

El invento debe su nombre porque en 1955 vio una caja similar utilizada por una familia china en el barrio chino de La Habana. Aunque no fue hasta más de 30 años después que tuvo la idea de crear la suya propia.

Historia del cubano que inventó la caja china © Instagram/lacajachinabbqgrills
Historia del cubano que inventó la caja china Foto © Instagram/lacajachinabbqgrills

Este artículo es de hace 6 años

Fue un cubano quien creó la Caja China. Pero no la inventó en Cuba, sino en Miami, donde es tradición asar durante horas un cerdo sobre una caja de madera y láminas de metal llena de brasas, y el olor de la carne sale de los patios traseros de las casas e inunda la cuadra entera, anunciando lo que será un festín.

Su nombre es Roberto Guerra y tiene ya 87 años. Su nieta ha accedido a contar a NBC Latino la historia del “hombre detrás de la caja”. El invento debe su nombre porque en 1955, vio una caja similar utilizada por una familia en el barrio chino de La Habana. Aunque no fue hasta más de 30 años después que tuvo la idea de crear la suya propia.

La iniciativa tomó cuerpo en la parte de atrás de un almacén cuando Roberto, junto con uno de sus hijos, pusieron manos a la obra, solo con unas manos dispuestas y un poco de conocimiento de la carpintería.

Desde entonces, el negocio no ha dejado de tener éxito, incluso, a nivel internacional. Y aunque el hijo es quien lleva las riendas en la actualidad, el padre todavía está muy involucrado. Todos los días se puede ver en su trabajo con su gorra uniformada, su chaqueta y sus zapatillas blancas.

“Todavía vive en la misma casa donde mi madre y mi tío se criaron en Hialeah, una ciudad en el noroeste de Miami con una gran población cubana (y el mejor cortadito que un dólar puede comprar)”, narra su nieta.

“Todavía cuida su árbol de guayaba, aplaude a su equipo de béisbol (los Marlins, en caso de que se lo pregunte) y estoy convencida de que su distracción favorita es verme disfrutar cualquier comida que él me prepare. Mis tardes con él pasan bajo la sombra de su árbol de mango, mientras lo escucho hablar de sus sueños, la motivación y lo importante que es nunca darse por vencido. Cada oración parece terminar con un: Echa pa 'lante”.

Roberto Guerra muestra hoy unas manos ásperas y gastadas, huellas del trabajo duro de un hombre. Gracias a ello pudo reunir a su familia y llevarla a un país con oportunidades, donde dio vida a la primera caja china en 1987.

Y ahora, al igual que con los suyos, el asador de cerdo de madera se ha convertido en un elemento básico para muchos durante las vacaciones.

“Mi abuelo todavía me inspira para aferrarme a mis sueños”, concluye su nieta. Y no es para menos. Su historia es ejemplo de quienes, con creatividad, determinación y trabajo, han logrado ir mucho más allá de una simple caja.

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