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Memoria del Exilio: Segundo adiós

He vuelto a mi estado natural: desempleado ¡Y a ver ahora cómo consigo perderlo!

Juan Carlos Cremata Malberti © Cortesía del autor
Juan Carlos Cremata Malberti Foto © Cortesía del autor

Este artículo es de hace 6 años

Esta semana ha terminado mi colaboración con My Cosmetic Surgery.

A casi un año exacto de haberla iniciado.

Ha sido una etapa de aprendizaje que no me cansaré de agradecer. Donde conocí gente maravillosa. Casi todas. Otras, no tanto. Pero eso sucede en todos lados.

Sus dueños me brindaron la mano en este inicial período de adaptación al destierro. Y es algo que nunca dejaré de reconocer.

La más especial de las evocaciones agradecidas para la - ya para siempre - dilecta y especial amiga: Susana Pérez.

No la diva que es aún - admirada y querida - sino el ser humano maravilloso que, una vez que abre las puertas de su emotiva confianza, envuelve - henchido en cariño - cada segundo a su lado.

Es lo más hermoso que me deja esta – ya antigua – experiencia.

Vendrán otras. De seguro mucho más interesantes.

Igualmente ostentaré como bandera, filosofía, escudo y credo, el inestimable valor de su incomparable - por hondo sentido - intrínseco cariño.

Fue un descubrimiento mutuo y a diario. Que hasta llegó a ser un poco mágico. A veces, telepático. Con mirarnos, ya sabíamos por dónde iba “la cosa”.

La extrañaré, sólo físicamente. Va conmigo, adonde quiera que vaya.

¡Gracias, Su! - públicamente. Eres única.

En los últimos días habíamos empezado a intercambiar recetas culinarias. Más que novedades, chismes y recomendaciones de series, películas y documentales. O comentarios a lo publicado, por nuestro adicto común adorado Carlos Ferrera Torres. En su página, en la de su novio, o en El cuartel de Sejano Pretoriano.*

*recomendamos su asidua y habitual lectura a todo aquel que quiera aprender y divertirse a mares.

He vuelto a mi estado natural: desempleado.

¡Y a ver ahora cómo consigo perderlo!

Sólo me sobra el tiempo libre.

Una amiga - al saberlo - me vaticinó con su-mi cruz escribiendo: “harás poesía con ello”.

Aquí va, pues, mi poema.

ALABANZA AL DESPIDO

Oh, despido que tanto te llevas.
Oh, despido que poco me das.
Oh, despido, rastrero e hiriente.
Oh, despido que vienes y vas.
Que abres puertas al acaso.
Al no saber qué coño hacer.
Al “quizás sobreviva, quizás”.
Al “ya pasará algo, no te preocupes”.
Al “al final, la vida dirá”
Despido: vía a lo incierto.
Despido “oh, ¿qué será?, ¿qué será?
Despido de alas abiertas e incertidumbres volcadas.
De horas muertas contra esperanzas profusas.
Periodo especial, ahorro a granel, beca de aplicaciones en Craiglist.
Llamadas a los amigos, vivir de la caridad.
¡Oh despido, por favor, despídete ya!

(hasta aquí la poesía)

Sé que cuando una puerta se cierra, se abren tres ventanas.

E imagino a Nora, la protagonista de Casa de Muñecas de Ibsen, luego de su famoso portazo. Bailando en un gogó sin ser puta. Y dándose los lujos y placeres como su majestad: la meretriz del vicio.

Esto es sólo una tregua.

Por dentro, aún late el pulso palpitante y candente de un sueño.

Que es cada vez más grande.

Y a muy pocas horas de la cesantía, CiberCuba me envió una limousine.

Para asistir a una entrevista y cita de trabajo con ellos.

En el camino fue divertido parar a recoger a un amigo que se había quedado botado en su carro. Cuba no se despega. Botella de emergencia elegante.

Y de contra, disfrutar - además - de un reencuentro con el gran músico y amigo que es Descemer Bueno. Luego de algunos años sin coincidir.

Mágico siempre, pues una de sus primeras creaciones, me acompaña como fondo musical del alma y como aliento en la contienda diaria.

Y la escucho, a veces únicamente en mi memoria. Pero, siempre, en la voz de aquella inicial grabación que hizo con el gran bolerista Fernando Álvarez.

“Si la soledad te enferma el alma,
si el invierno llega a tu ventana
no te abandones a la calma con la herida abierta,
mejor olvidas y comienzas una vida nueva.
Y respira el aire puro,
sin el vicio de la duda.
Si un día encuentras la alegría de la vida,
se feliz.
Con los colores de una mariposa,
vuela entre las luces de la primavera.
Si te imaginas que la lluvia te desnuda,
juega en los mares que despiertan a la luna.
Y se feliz,
Si la soledad te enferma el alma...

Forma parte de la banda sonora de NUNCA.

La segunda parte de la trilogía iniciada con NADA, mi primera película.

Que se completaría con NADIE.

Pero nunca, nadie nos dio nada, por terminar la segunda y tercera entrega.

Esas quimeras son de las que aún me acompañan.

NOTA AL CIERRE: Dos grandes amigos partieron hace unos días. Ya nunca más los veré.

Y, sin embargo, los recordaré eternamente riendo.

Y en vida.

Como me acuerdo de mi padre. Y de todos los seres queridos que ya no están a mi lado.

Elsita Carrasco fue una fuente de energía positiva. Un ser lleno de luz y optimismo. A ella debo una parte muy honda y extensa de todo mi positivismo.

Debe haberse ido con su risotada a alegrar otro sitio.

A Fernando Birri, le debo una crónica especial.

Fue demasiada su impronta en mi existencia.

Como muchos, los momentos que vivimos juntos.

No se apaga con el vuelo su delirio.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Juan Carlos Cremata Malberti

Director de cine y guionista cubano. Se graduó en 1986 de Teatrología y Dramaturgia, en el Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, posteriormente cursó estudios en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños graduándose en 1990.


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Juan Carlos Cremata Malberti

Director de cine y guionista cubano. Se graduó en 1986 de Teatrología y Dramaturgia, en el Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, posteriormente cursó estudios en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños graduándose en 1990.