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¡A combatir en tierras foráneas!

Por encima de los intereses de su pueblo y el desarrollo del país, el régimen castrista priorizó, cada vez que tuvo la ocasión, la participación en conflictos militares.

Fidel Castro. © Granma
Fidel Castro. Foto © Granma

Este artículo es de hace 6 años

La intromisión en los asuntos internos de otros países y la desmedida e impensada ayuda internacionalista que Cuba ha repartido por el mundo se hace efectiva desde fecha bien temprana. Y es una de las muchas causas de la grave situación económica por la que hemos y estamos atravesando en la Isla.

Un año antes de la Crisis de los misiles, el periodista argentino, amigo del Che, Ricardo Masetti, oficial de la Inteligencia cubana, viaja en octubre de 1961 a Túnez portando un mensaje de Fidel Castro, ofreciéndole ayuda al Frente de Liberación Nacional de Argelia.

Con extrema rapidez fluye esta ayuda. En diciembre de ese año el buque Bahía de Nipe parte de La Habana con una importante cantidad de armas: rifles, ametralladoras morteros y abundante parque.

El régimen cubano buscaba nuevos y más ventajosos mercados. Se habían dado cuenta de que el comercio con la Unión Soviética no era aquel que esperaban. Sus tecnologías eran obsoletas y de baja calidad.

De entre esos nuevos mercados estaba Marruecos, que había conveniado la compra de 1 millón de toneladas de azúcar, por un valor de 184 millones de dólares. Cifra inmensa en aquella época y más para nuestra empobrecida y deficitaria economía. Comercio que podría abrir, en un futuro, nuevos mercados en los países árabes de África.

A pesar de que se perdería tan importante negocio y las afectaciones económicas para el país eran serias, estaba el huracán Flora azotando el Oriente del país (4-9 de octubre), al recibir Fidel Castro, a través de Jorge (Papito) Serguera, embajador de Cuba en Argelia, la solicitud del presidente argelino, Ahmed Ben Bella, para que se enviaran tropas cubanas hacia Argelia para combatir contra la invasión de Marruecos que había iniciado el Rey Hassan II con el pretexto de restablecer fronteras históricas, sin pensarlo dos veces, mediante una conversación telefónica, sin medir las consecuencias, sin valorar la necesidad de ello, ni la justeza de esa solicitud de parte del presidente argelino, el “comandante” acepta la solicitud.

Flora dejó 1.400 víctimas e incalculables daños económicos, pero a Fidel nada importó. Con el huracán aún a las puertas, el 10 y el 17 de octubre parten hacia Argelia dos barcos, el Aracelio Iglesias y el González Lines, con hombres, tanques, piezas de artillería y antiaéreas.

En total se enviaron 686 hombres. Al frente de ellos estaba el comandante Efigenio Ameijeiras. Así comenzó la Operación Dignidad, nombre con el que se bautizó tamaña irresponsabilidad.

Como para no quedarse corto y en vistas de la “eyaculante” economía cubana, Fidel, en el González Lines, envía además 4.744 toneladas de azúcar.

Bajo ningún concepto estaba justificada nuestra intromisión en el conflicto argelino-marroquí. Con ambos países manteníamos relaciones diplomáticas y comerciales y la situación por la que atravesaba Cuba, y más en esos instantes, no debieron nunca comprometernos en semejante lid.

Lo sarcástico, por suerte, es que nuestra presencia no fue necesaria. Los cubanos en Argelia no dispararon ni una bala de salva en la nombrada “Guerra de las Arenas”.

Piero Gleigeses en su libro Misiones en Conflicto plantea que los cubanos esperaban desde el 28 de octubre la orden de ataque, pero que ésta nunca llegó. El 29 en Bamako, Mali, se reunieron el presidente argelino Ahmed Ben Bella y el Rey Hassan II de Marruecos y el 30 de octubre (1963) fue firmada la paz.

El escritor plantea que los cubanos piensan que su presencia pudo inclinar la balanza, pero desgrana un grupo de factores que contribuyeron a que Marruecos detuviera la invasión y firmara la paz.

Veamos esos factores:

-“En Argelia la población se unió en una oleada de patriotismo contra la agresión.”

-“Marruecos se vio aislado y hubo una inclinación árabe creciente a ponerse del lado de Argelia”

-“Egipto, el amigo más cercano de Argelia en la región, comenzó a enviar hombres y materiales a fines de ese mes.”

-“En África, incluso a los gobiernos moderados que eran aliados naturales de Marruecos les preocupaban las ambiciones territoriales de Rabat.”

-“El Departamento de Estado (EEUU) observó: “Se considera que Marruecos ha violado uno de los preceptos clave de la OUA: la inviolabilidad de las fronteras nacionales heredadas a la independencia.”

-“…los amigos de Marruecos en occidente no brindaron apoyo.

-"Washington también había desilusionado a Hassan. En contra de las sospechas de Cuba, el gobierno de Kennedy no había instigado la agresión marroquí.”

Sirvió además Argelia a Cuba, de Cuartel General, Estado Mayor, base de operaciones y trampolín para las intervenciones encubiertas en África y América Latina. Cuba utilizó como su lejano traspatio a este país hasta el 19 de junio de 1965, fecha en que Houari Boumedienne, desbancó del poder, mediante un golpe de estado, a Ben Bella.

Argelia fue la primera de una larga lista de acciones bélicas en tierras foráneas y muestra de que por encima de los intereses de su pueblo y el desarrollo del país, el régimen castrista priorizó, cada vez que tuvo la ocasión, la participación en conflictos militares.

Fuentes:

- Misiones en Conflicto. La Habana, Washington y África. 1959-1976, de Piero Gleijeses, de la Editorial de Ciencias Sociales, la Habana 2002.

-Conversaciones con soldados y oficiales que participaron en ese conflicto.

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