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¿Las paladares venden caro?

Por cada peso que vende una paladar, el Gobierno se queda con el 70%.

Paladar Bella Mar © Simon/ Flickr/ Creative Commons
Paladar Bella Mar Foto © Simon/ Flickr/ Creative Commons

Este artículo es de hace 6 años

Hablaba días atrás con un grupo de amistades sobre el tema de los restaurantes privados, en específico sobre los precios. Tres de ellos coincidieron en que las ganancias tenían que ser muy grandes y enseguida pusieron como ejemplo el tema del precio de las cervezas.

Pensaban, en simple suma y resta, que cuando en estos lugares se vende una cerveza en 1,50 o 2,00 CUC la ganancia era de cincuenta centavos y un dólar respectivamente. Gran error. Ninguno tuvo en cuenta los débitos que a la supuesta ganancia hay que restarle.

Ante tamaña ignorancia me decido, a más de mi experiencia personal, a conversar con dueños de restaurantes y algunos clientes de estos lugares.

Restaurante Doña Ceci, en La Habana.

"Mi familia es de las primeras que empezó en estas lides", explica Janet. "Mis padres ante la grave situación por la que atravesaba la familia, tres estudiábamos, tres ancianos y ellos dos, fundaron este pequeño restaurante".

Ante mi duda, por la fecha, ella me aclara.

"Sí, en esos momentos era ilegal, pero prevaleció la ley de la supervivencia. No fue hasta octubre de ese año que se autorizó el trabajo por cuenta propia. Y… ¡ni te imaginas lasque pasaron! Cuando aquello se reconocía solo el 10% de los gastos".

Joaquín un habitual cliente del restaurante de Janet: "Yo soy licenciado en Contabilidad y llevo las cuentas de más de cinco paladares. Es abusivo el que solo le reconozcan el 40% de los gastos. Y para colmo, aquellos que no saben nada de números, dicen que venden muy caro".

Janet lo tiene claro: "Las personas dicen eso, pero deben tener en cuenta que al precio el que nos venden los productos hay que añadirle los impuestos. El fijo, en mi caso es de 3.000 pesos al mes y el 10% mensual sobre la venta. Luego agrega el salario a los trabajadores, electricidad, agua, transporte, artículos de limpieza. La reparación, tanto de equipos como del local. Para que seguir".

Un ejemplo de lo que te digo –continúa Janet- es que en esta misma cuadra en el 2011 abrieron otros dos restaurantes y ninguno pasó del año. Las cuentas no les daban.

Visito a Everardo, dueño de uno de los restaurantes a los que se refirió Janet.

"Establecimos precios altos. No tuvimos en cuenta la competencia. Y chico, el Casino está apartado y la afluencia de clientes no es como en otros lugares. Ellos –refiriéndose al restaurante de su vecina- llevan más de 20 años y han establecido su clientela. Además tienen buenos precios, mucha variedad en el menú y muy buena calidad".

"En verdad tuvimos pérdidas. Por mucho esfuerzo que hicimos la inversión inicial no la pudimos recuperar", añade Everardo. "Para no seguir acumulando deudas decidimos cerrar y vender el equipamiento".

Las lujosas mansiones que existen en el reparto Miramar pasaron de manos de la burguesía capitalista a la floreciente burguesía castrista. Allí se encuentra la “flor y nata” de los restaurantes privados. Algunos de ellos, por la obra y gracia que da el poder, han devenido en lujosos bares.

En uno de ellos pensé tomarme un trago, pero el precio es prohibitivo. Allí una simple taza de café cuesta 3 CUC. La vista es hermosa el mar es un plato verdi-azul a todo lo largo y ancho que me abarca la vista.

"A mí me va muy bien y no me importa si reconocen el 100 o el 20% de los gastos. Mira, está esto lleno de gente con plata. Sí, sé que no hay licencia para bar, pero el que puede… puede".

Y se aleja dejándome muchas interrogantes por aclarar.

Son repuestas que me da Kike cuando conversamos en su bar. Huérfano de un personaje muy importante en Cuba heredó esta bella mansión que a los locos precios que en Cuba dan a las viviendas debe rondar los tres millones de dólares.

Al salir, al anochecer, en el parqueo había unos ocho vehículos. ¡Un Mitsubishi del 2014 era el de menor calidad!

El Gobierno da un periodo de gracia de seis meses en el pago de impuestos para los trabajadores por cuenta propia que recién comienzan en la actividad, pero Octavio, dueño de una casa de alquiler de habitaciones, me dice que eso es casi una burla, que el invirtió, en los dos cuartos que a ello dedica, cerca de 15.000 CUC.

Hablo con Eloy, dueño de una modesta paladar en San Miguel del Padrón.

"La familia está luchando por salir adelante. Todavía debemos algo de lo que nos prestaron para comenzar. Un gran amigo nos lo dio, porque traté de “agarrar” lo poco que dicen que el banco presta, pero fue inútil, me aburrí de esperar".

"Me preguntas por la Declaración Jurada Anual. Para mí eso lo hicieron ladrones, mal pensados o ignorantes. Cualquier restaurante o cafetería, privado, por poco que venda, tiene que aplicar la escala progresiva a más de 50.000 mil pesos. Y de ahí en lo adelante el estado se queda con la mitad. ¿Qué te parece?

Carlos, hijo de Eloy, me explica que el lugar en que esté el restaurante determina mucho a la hora de poner los precios y en la ganancia que obtienen.

"¿Crees que aquí podemos vender con los precios que lo hacen en Miramar, la Habana Vieja u otros lugares donde hay oleadas de turistas y de gente con dinero. ¿Pudiera yo vender una cerveza en 2-3-5 CUC?"

Salvo excepciones, como las del “poderoso” Kike, el resto de los propietarios se quejó de que solo les reconozcan el 40% de los gastos. Lo que sí reclamaron todos, hasta los “poderosos”, es la necesidad de que el Gobierno acabe de implementar la venta mayorista.

El régimen de los establecimientos gastronómicos particulares obtiene ingresos por las siguientes vías:

-Venta de productos.

-Cobro del agua y la electricidad.

-Ambos impuestos.

Termino con una afirmación que me hizo Sergio, dueño de un reconocido restaurante en la capital cubana: “Por cada peso que vendemos en nuestros establecimientos el régimen; que se autodefinió como de los humildes, con los humildes y para los humildes, se echa al bolsillo no menos del setenta 70%".

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