Casas de tabla de palma y tejas: ¿solución de vivienda en Cuba?

El periódico oficialista Granma ha publicado un artículo en el cual expone la manera en la que deben construirse las casas en Cuba, para paliar los azotes de los fenómenos meteorológicos.

Muchas zonas de urbanización y edificaciones han quedado bastante dañadas en los últimos años con el paso de los huracanes por la Isla, por eso, afirma Granma que Cuba “necesita viviendas resistentes, pero también económicas y rápidas de hacer”.

Durante el reciente VIII Congreso de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC), varios especialistas contaron al órgano oficial que el uso de tecnologías extranjeras en el diseño de las viviendas tiende a industrializar el proceso de modo que sea más factible rehacerlas: baja cantidad de piezas, montaje rápido y sencillo, paneles fundidos in situ; además de que son diseñados sismo-resistentes.

El gobierno cubano trabaja con Venezuela la posibilidad de instalar una planta productora de casas de policloruro de vinilio resistentes a los huracanes. Esa tecnología demostró su eficacia durante el paso de Irma por Cuba, que no afectó las petrocasas. Por ello, se lleva a cabo una capacitación para que los cubanos aprendan la técnica que utiliza Venezuela en la elaboración de techos para las viviendas.

Según informa Granma, varios especialistas coinciden en que el uso de materiales locales, como la tabla de palma y la piedra de potrero, puede ser también una solución viable. Puesto que llegar hasta ciertas zonas intrincadas con materiales de hormigón es difícil, casas con paredes de tabla de palma, techo de tejas y piso de cemento, pueden ser una alternativa.

Una de las ventajas de esta tecnología es el ahorro de recursos. Con la cantidad de bloques que necesita una vivienda estándar se pueden construir tres de este tipo, y son igualmente muy seguras y confortables.

Por ejemplo, Yaguajay, uno de los territorios afectados tras el paso de Irma, ha sabido aprovechar al máximo los recursos naturales a su alcance, como las propias palmas derribadas.

Los pobladores y las autoridades de la zona intentan transfigurar el paisaje con la fabricación de decenas de casas rústicas, proyectadas con paredes de tabla de palma, techo de tejas y piso de cemento.

Los especialistas aclararon que lo óptimo es construir viviendas duraderas y que las construcciones pensadas para eventos sismológicos y para la carga de viento, son totalmente diferentes, pues estos trabajan con inercia, lo que hace que el peso y la altura de la edificación sea importante.