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Los nuevos encargados del diálogo Cuba-EE.UU. tienen un perfil bajo

Ambos países han decidido nombrar nuevos interlocutores para el diálogo, que sigue adelante solo con reuniones de carácter técnico y perfil bajo, en medio del claro deterioro de las relaciones bilaterales.

Embajada de Estados Unidos en Cuba © CiberCuba
Embajada de Estados Unidos en Cuba Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 6 años

La Habana, 17 feb (EFE).- El cubano Carlos Fernández de Cossío y el estadounidense Philip Goldberg son los dos diplomáticos encargados a partir de ahora de continuar las relaciones entre sus respectivos países, en medio de la renovada retórica de enemistad y confrontación.

El primero, de 58 años, será el nuevo director general para Estados Unidos de la Cancillería cubana, y sustituye a Josefina Vidal, mientras que el veterano Goldberg será el encargado de negocios interino de la embajada estadounidense en La Habana, luego de esperar dos meses por la visa.

Cuba y Estados Unidos han nombrado nuevos interlocutores para el diálogo, que sigue adelante con reuniones de carácter técnico y perfil bajo, en medio del claro deterioro de la relación bilateral y tres años después de reanudar los lazos.

Antes de ejercer como embajador en países de peso para la diplomacia cubana como Canadá y Sudáfrica, Fernández de Cossío ya pilotó los asuntos con EE.UU. en los años noventa, cuando se vivieron tensos episodios como la Crisis de los Balseros en 1994 o el derribo de las avionetas Hermanos al Rescate en 1996.

"Es un hombre de suma experiencia, con una gran carrera diplomática acumulada. Además es un profundo conocedor de EE.UU. y las relaciones exteriores", indicó a EFE el académico y exdiplomático cubano Carlos Alzugaray, que tuteló a Fernández de Cossío en su tesis de doctorado en Relaciones Internacionales por la Universidad de La Habana.

En su opinión, Fernández de Cossío va a mantener el talante dialogante y cordial de su antecesora en el cargo, aunque tendrá un perfil "más frío y contenido" y no será la "sonrisa perenne" de Vidal, que se estrena ahora como embajadora en Canadá después de doce años al frente de los asuntos de EE.UU. en la Cancillería.

La mano derecha de Fernández de Cossío en el equipo negociador es Johana Tablada, subdirectora para EE.UU. de la Cancillería desde hace unos meses en sustitución de Gustavo Machín, quien ya presentó credenciales como embajador cubano en España.

Según este académico, ella va a ser la "cara amable" del equipo, ya que es "excelente en las relaciones públicas", mantiene una actividad fluida en las redes sociales y ya ha comenzado a ofrecer entrevistas a medios oficiales de la isla.

Tablada encabezó esta semana la delegación cubana que acudió a Washington para mantener sendos encuentros bilaterales con autoridades estadounidenses sobre lavado de dinero y sobre trata de personas, los días 12 y 13 de febrero.

En las últimas semanas, equipos de ambos países han sostenido reuniones técnicas sobre ciberseguridad, narcotráfico, terrorismo, inmigración irregular, todas ellas en la capital estadounidense.

"Está claro que el diálogo continúa y hay interés por ambas partes. Frente a las declaraciones incendiarias de Trump creo que prevalece en EE.UU. el interés general, la racionalidad y la burocracia", apuntó Alzugaray, buen conocedor del país vecino donde también sirvió como diplomático.

El académico puntualizó que las directivas del expresidente Barack Obama para estrechar lazos con Cuba contaron con el beneplácito del Departamento de Estado, el Consejo Nacional de Seguridad y otras agencias gubernamentales, por lo que es improbable la ruptura total que exige a Trump el senador Marco Rubio, declarado anticastrista.

La relación Cuba-EE.UU. atraviesa un momento muy delicado porque el Gobierno de Donald Trump acusa al cubano de ocultar quién perpetró unos misteriosos ataques a una veintena de sus diplomáticos en la isla y de no haberlos protegido adecuadamente.

Como consecuencia, EE.UU. evacuó el pasado otoño a casi todo el personal de su embajada en La Habana, emitió una alerta de viaje a sus ciudadanos y expulsó a 17 diplomáticos cubanos de Washington, además de endurecer el embargo sobre la isla e imponer nuevas sanciones a empresas estatales.

Aunque la legación sigue bajo mínimos y sin avances en la investigación sobre esos ataques, en las últimas semanas han retornado a la isla -aunque sin sus familias- algunos de los diplomáticos que salieron en octubre y, Cuba ha concedido la visa a Philip Goldberg, designado por EE.UU. como nuevo encargado de negocios interino.

Goldberg, que ya sirvió como embajador en Filipinas y Bolivia -de donde fue expulsado en 2008 por "injerencias y conspiración contra el Gobierno"-, tiene un perfil diplomático más alto que su predecesor, Lawrence J. Gumbiner, que sólo ha estado cuatro meses en el puesto.

Parece que Goldberg también llega a Cuba de manera provisional, aunque por un tiempo aún por concretar, pero "al tratarse de un funcionario muy experimentado con una amplia carrera, hace suponer que el Departamento de Estado todavía da importancia a la plaza en Cuba", señaló Alzugaray.

Según este analista, los próximos meses serán cruciales para desentrañar el entuerto de los misteriosos ataques que alega EE.UU., que ha llevado la relación con Cuba a "un callejón sin salida".

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