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Economista norteamericano ofrece ideas al Gobierno de Castro para desarrollar el cuentapropismo en la Isla

En lugar de colocarle barreras a este tipo de gestión privada, lo que se necesita es darle más espacio, afirma Richard Feinberg.

Cuentapropistas en Cuba © Wikimedia Commons
Cuentapropistas en Cuba Foto © Wikimedia Commons

Este artículo es de hace 6 años

Coherente con su tendencia de querer tenerlo todo “amarrado en corto”, el gobierno cubano recela de la gestión de la pequeña empresa, que puede echar por tierra el principio de la planificación estatal de la economía.

En un análisis citado por Martí Noticias, el economista norteamericano Richard Feinberg hace una disección de lo que significa la participación de los cuentapropistas en la economía de la Isla: deberían ser, según explica –junto con la descentralización del sector estatal y la inversión extranjera– el tercer apoyo fundamental para la economía cubana, sin embargo, La Habana estaría preparando un paquete de medidas para “cortarles las alas” y que no se desmanden.

Entre las propuestas, estaría imponerles a los empleadores privados la obligación de subir salarios a sus empleados cuando se amplíe la plantilla, permitir solo el alquiler de cuatro habitaciones en las casas dedicadas al “room for rent”, desacelerar el proceso de entrega de nuevas licencias, demandar cada mes a las autoridades reportes sobre presuntas infracciones de los cuentapropistas, etc.

Feinberg toma nota de la pujanza del sector, que ahora se querría limitar: si en 2008 eran unos 150.000, nueve años más tarde alcanzaron la cifra de casi 580.000. “Tomados en conjunto, hasta el 40 por ciento de la fuerza de trabajo cubana tiene al menos un pie en la economía privada”, dice.

Wikimedia Commons

Asimismo, señala que, en lugar de colocarle barreras a este tipo de gestión, lo que se necesita es darle más espacio. De hecho, la pequeña inversión privada ya estaría alcanzando los 600 millones de dólares anuales en 2018, justo la misma cifra que considera el gobierno cubano como probable en inversiones desde el exterior. Otro experto, Emilio Morales, del Havana Consulting Group, considera que los pequeños privados ya generan el 18 por ciento de la riqueza nacional.

Precisamente ese peso fue el que, probablemente, motivó que en el verano del año pasado el gobierno pisara el freno y anunciara la suspensión temporal de la emisión de licencias, bajo el argumento de que había que evitar “abusos” y que se produjera la acumulación de riquezas “indebidas”.

Más allá de eso, para Feinberg la explicación radica en que varios pequeños negocios se han ido transformando en empresas más sólidas, con estudios de mercado y plantillas en expansión, una dinámica en ascenso que suscita el temor de La Habana a que los cuentapropistas ensanchen la grieta en el monopolio económico estatal.

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