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"Todo el mundo dice que es de La Habana, pero yo soy guajiro"

¿Qué significa ser cubanos?

Bismarck y su familia, en Murcia, España © Bismarck
Bismarck y su familia, en Murcia, España Foto © Bismarck

Este artículo es de hace 6 años

Se llama Enrique Limonta Pérez, pero nadie le conoce por ese nombre. Él es Bismarck, el guajiro de Mayarí Abajo. Lleva 18 años viviendo en España, casado con una española (de Murcia), pero nunca ha ocultado sus orígenes. Está orgulloso de haber nacido en un pueblo de Holguín al que, como él mismo dice, se entra por la misma calle por donde se sale. "Cuando en España le preguntas a un cubano de dónde es, todos dicen que son de La Habana, pero yo soy guajiro", defiende este saxofonista de 46 años, padre de cuatro "mulatos preciosos".

Bismarck, el guajiro de Mayarí Abajo, con su saxofón. Foto: Bismarck Limonta.

Bismarck cuenta que debe su nombre a su madre. Estando embarazada fue a ver la película "El hundimiento del acorazado Bismarck" y quiso llamar Bismarck a su hijo. "Ya tú sabes como son los guajiros", explica a CiberCuba. En el Registro no se lo permitieron. Le dijeron que al ser un apellido no podía usarse como nombre. Pero aunque tuvo que inscribir a su hijo como Enrique, ella a todo el mundo en el pueblo le decía que el niño se llamaba Bismarck Enrique y lo llamó así el resto de su vida. Él tiene asumido que su nombre es ése y no otro: Bismarck.

Con CiberCuba ha conversado sobre lo que significa para él ser cubano y vivir como cubano en Europa. Ha hablado sobre la nostalgia, la separación, pero también sobre la felicidad, el optimismo y su sueño de cumplir 60 años y regresar a pasar sus últimos días en Cuba "cambie aquello o no cambie".

Bismarck, con su esposa y tres de sus hijos. Fotos: Bismarck Limonta.

Pregunta: ¿Por qué cree que es cubano?

Respuesta: Soy cubano, primeramente porque nací en Cuba y mi sangre es ese cruce de cubano auténtico; esa mezcla africana y española. También porque llevo a mi país en el corazón, por mi alegría, por mi entusiasmo, por mi forma de hablar, por mi optimismo ante la vida; por mi forma de bailar, de expresarme, de reírme. Por eso creo que soy cubano.

¿Cómo reconoce a un cubano?

Reconozco a un cubano por su forma de caminar. Siempre me fijo en la forma de andar. Un cubano camina con esa chulería, con esa guapería, como decimos en Cuba. Por supuesto, por su forma de gesticular y de hablar. Si lo veo bailar ya digo: "Ese tipo es cubano". No todo el mundo baila como un cubano. Por eso sé, a distancia, que una persona es cubana. Por su forma de actuar, de moverse, de gesticular.

¿Qué diferencia hay entre un cubano y un español?

Esa pregunta es un poco complicada. Hay diferencia, lógicamente, por las costumbres. El español ha nacido en un país europeo y sus costumbres europeas siempre van a sobresaltar. Nosotros los cubanos nacimos en un país caribeño, de calor, lleno de otro tipo de alegría, de optimismo... La diferencia existe también en lo material. Nosotros nos hemos criado con pocas cosas y al final hemos sido felices y cuando tenemos un problema nos reímos del problema.

¿Qué es lo peor de emigrar?

Lo peor de emigrar es la familia. Cuando tú emigras a un lugar desconocido, donde no sabes qué va a pasar, sólo piensas que es un lugar donde te han dicho que hay mejores cosas y donde puedes alcanzar un sueño. Pero lo peor es estar lejos de la familia, de tu padre, de tu madre, de tus hermanos, de tu pueblo, de tus raíces, de donde tú naciste. Pero peor que eso es, que yo tengo experiencia grande en eso, perder a un ser querido y no poder ir al entierro. Eso es lo peor para un emigrante. Cuando perdemos a nuestra madre, a nuestro padre, a nuestro abuelo y no podemos ir porque ya es tarde.

Yo he perdido a varias tías por cáncer y no he podido ir, pero lo más fuerte fue cuando perdí a mis abuelos, que fueron los que me criaron. Fueron mis padres. Yo perdí a mi abuelo al año de estar aquí y no pude ir. Murió de repente, de un infarto. Fue una cosa inesperada. Un guajiro fuerte que, con 78-79 años que tenía, todavía trabajaba la tierra. Murió y fue un impacto muy grande. Luego perdí a mi abuela. Con la muerte de mi abuelo se le agudizó el Alzheimer y no pude ir a su velorio. Sí pude ir antes a verla y estar con ella un mes allí, pero cuando vine para acá (para España), murió.

La familia cubana de Bismarck. Foto: Bismarck Limonta.

¿Cuál es la etapa más difícil para un emigrante?

El primer año es el más complicado, cuando pisas la tierra esa que no conoces y te sientos solo, sientes que no hay nadie. Los primeros dos o tres años son difíciles. Llegas a un país donde las costumbres son diferentes, hace frío, no conoces a nadie. Tienes que adaptarte a las costumbres y poco a poco ir entrando en caja, acostumbrándote a lo que hay.

¿Se ha sentido discriminado por ser cubano?

¿Aquí es España? Yo no me he sentido discriminado. A veces llegas a un sitio y la gente te mira, pero a mí me da igual la gente. Yo entro a un sitio con dinero en el bolsillo, pago mis cosas y el que quiera mirar, que mire. Yo no ando con esa lucha. Yo me la paso bien con todo el mundo.

Pero te digo la verdad: yo no he tenido ese problema. He tenido aquí dos matrimonios y me he metido en ese mundo de la familia española y me han tratado bien, me han aceptado y yo me he comportado y al final un cubano en una familia española es una alegría porque se han reído, los he hecho reír, los he hecho gozar y todo bien.

¿Cree que tener hijos mitad cubano-mitad español hace diferente a los niños?

Pues sí porque esa mezcla entre cubano y español es muy buena. A pesar de las diferencias entre españoles y cubanos, que son diferencias más bien mentales, de forma de pensar, somos bastante parecidos porque nos gusta a todos beber, comer, la fiesta... Por eso nuestros hijos, mezcla de un negro como yo con una blanca española, salen preciosos. Salen mulatos fuertes, supersimpáticos. Son niños que son duros, son máquinas. Sacan lo mejor del cubano y del español.

Bismarck, con sus hijos, su esposa y su suegro. Foto: Bismarck Limonta.

¿Cómo definiría usted su pueblo?

Bueno mija, mi pueblo es un pueblo antiguo que está en un valle, rodeado por montañas. Tiene una sola entrada y por donde mismo entras, sales. Es un hueco. Es un pueblo pequeño, pero al mismo tiempo grande. Vivimos del cultivo, de la tierra, de la agricultura. También tenemos cafetales. Es un pueblecito que está allá en Oriente y de donde Compay Segundo sacó la canción De alto cedro voy para Mayarí porque tenía una novia en Mayarí. Es un pueblo alegre, de gente alegre.

¿Regresa a Cuba?

A Cuba antiguamente iba cada dos años, cada un año, pero ahora mismo llevo seis años que no voy. Estoy lleno de hijos y es complicado. Ahora quiero, si Dios lo permite, ir en noviembre para el festival del son que hay en Mayarí Abajo.

¿Qué es lo que más echa de menos de Cuba?

Lo que más echo de menos es a mi gente, a mi familia que está allí; a todos mis amigos y el olor de la tierra, el olor de las matas, del pueblo, de los animales. Yo siento nostalgia, pero más que de Cuba, de mi familia y de mi pueblo, de Mayarí Abajo, donde yo nací. Tengo ganas de ir ya. Ahora mismo tengo muchas ganas, muchísimas.

¿Podría irse a vivir a Cuba ahora y hacer como si no hubiera pasado nada en su vida?

No podría irme a vivir a Cuba sin mis hijos. Con ellos podría estar y con mi familia. Sin ellos sería complicado. Pero siempre tengo presente que quiero irme para Cuba, cuando yo tenga, a lo mejor 60 años, si tengo la posibilidad de volver. Claro que retornaré. Mis hijos ya cuando estén hechos unos hombres, que sigan su vida aquí (en España). Yo creo que retornaré. Me gustaría vivir los últimos años de vida en mi país, cambie o no cambie. Da igual.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)