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Chano Pozo: rumbero, abakuá, emigrado, adicto, jazzista...

El nuevo libro “Las oscuras leyendas de Chano Pozo” estudia muchos de los mitos que rodearon al paradigma de los rumberos cubanos

Chano Pozo © www.last.fm
Chano Pozo Foto © www.last.fm

Este artículo es de hace 5 años

Aunque dista de la biografía convencional, el libro estudia a grandes rasgos la existencia del músico nacido en La Habana y muerto en Nueva York (1915-1948). Precisamente el libro esclarece que su nacimiento ocurrió en Los Sitios y no en Cayo Hueso como se pensaba hasta ahora.

También se ofrecen detalles sobre el modo en que el músico fue asesinado, en Nueva York, el 3 de diciembre de 1948, víspera de Santa Bárbara, en una pelea de un bar de Harlem, según cuentan algunos por un problema de mujeres, de envidia, de violencia machista entre pandillas, sin embargo otros aseguran que se trataba de un ajuste de cuentas por marihuana falsa que le habían vendido al ya famoso percusionista.

Doctor en Ciencias Pedagógicas, Ricardo Oropesa, el autor de Las oscuras leyendas de Chano Pozo sustenta su texto tanto en fuentes documentales como testimoniales, aunque enfatiza en la creatividad del pensamiento musical del genio que cautivaba a las audiencias norteamericanas con sus prodigiosos solos de tambor y sus cantos en lenguas africanas.

A pesar de su vida desordenada, y de sus hábitos nada recomendables, Chano Pozo es el paradigma de los percusionistas cubanos, a partir de incorporar tradiciones carabalíes, bantúes y lucumíes, además de convertirse en una figura clave en el llamado cubop, o jazz latino impregnado de sonidos afrocubanos relacionados con la invocación de Changó (Santa Bárbara) con los tambores batá.

Según el libro, Chano Pozo estaba iniciado en la sociedad secreta abakuá, de la cual había muchísimas huellas en Regla y La Habana Vieja, y según se sabe, Chano limpió zapatos y vendió periódicos, tocó música en muchos lugares de La Habana y bailó en comparsas del carnaval.

En 1940 ganó precisamente el concurso de comparsas con los Dandys de Belén, y hay una foto de archivo donde lo vemos con un traje blanco y un sombrero de copa, de la mano de Rita Montaner, con la que, según cuentan algunos, estaba implicado amorosamente en aquella época, en un romance clandestino que se suma a los mitos en torno a los dos artistas. Chano era famoso, ganaba mucho dinero, y recorría el malecón en un flamante auto descapotable.

En 1942 marcha a Nueva York, y se integra a la Orquesta de Machito, y luego se une al conjunto Jack Cole Dancers. Su tema más famoso, Manteca (que en lenguaje coloquial marginal significaba marihuana), significó la culminación del trabajo de colaboración entre el percusionista genial y el más grande músico de jazz, Dizzy Gillespie.

El 29 de septiembre de 1947, en el Carnegie Hall de Nueva York, Chano se estrenó con la banda de Gillespie y Charlie Parker, interpretando la Afro-Cuban Suite, compuesta por las piezas Cubano Be y Cubano Bop. El concierto lo había abierto Ella Fitzgerald quien, al final, sentenció que esa noche había nacido un nuevo sonido en el jazz.

Beny Moré contribuyó con el mito de Chano Pozo, es mismo mito que ahora recrea el libro mencionado, cuando lamentó la muerte del famoso percusionista en la canción Rumberos de ayer: "Oh, oh Chano, murió Chano Pozo / sin Chano yo no quiero bailar."

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.