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El Mundial que yo veo: Deus ex Machina

De Gea no es la sombra del portero seguro del Manchester United.

Gol de Isco en partido frente a Marruecos © Twitter/ Selección Española de Fútbol
Gol de Isco en partido frente a Marruecos Foto © Twitter/ Selección Española de Fútbol

Este artículo es de hace 5 años

La jornada

Defenestrada del Mundial, Marruecos salió en Kaliningrado a ‘hacer el daño’ en dos sentidos. El primero consistía en patear, pisotear y jugar brusco. El segundo, en sacar una victoria que salvara el orgullo nacional y eliminara a los ibéricos.

Su mejor elemento en defensa, el central Mehdi Benatia, no alineó, y los demás decidieron que el camino a seguir era ir con todo. Como toros enfurecidos y cegados. Estaba claro: desde el mismo comienzo podía advertirse que habría guerra.

Antes del cuarto de hora de juego, los nubarrones coparon todo el cielo de España cuando Iniesta no se entendió con Sergio Ramos (o Ramos con Iniesta, da lo mismo) y los africanos rubricaron su primera diana del Mundial. Pero enseguida lo enmendó el albaceteño, que se internó hasta la línea de meta y escribió un verso con el empeine para que Isco, el otro que más sabe en esta Roja, reventara la pelota contra el fondo de las redes.

De ese modo se fueron al descanso. España necesitaba más que eso para ser líder de grupo y eludir a Uruguay en los octavos, toda vez que Portugal vencía a los iraníes con golazo de Ricardo Quaresma. Le hacían falta goles, y también que los Tugas no marcaran.

Al regreso de los vestidores dio la impresión de que los dioses estaban con la tropa de Fernando Hierro. En Saransk, Cristiano Ronaldo falló un penal que habría ampliado la ventaja lusa. En Kaliningrado, Amrabat estrellaba un obús entre el poste y el travesaño de De Gea. Sin embargo, el gol salvador no aparecía. Ni de cabeza, ni de fuera del área, ni intentándolo por velocidad. El técnico le dio entrada a Asensio, Aspas y Rodrigo, pero en vano. Para colmo, un testarazo puso a Marruecos en cabeza nuevamente tras un corner.

Todo estaba patas arriba para los campeones mundiales de Sudáfrica. Ambos partidos (el suyo y el de los portugueses) se encaminaban al minuto 90, y entonces se confirmó que sí, que los dioses del fútbol -¡y la tecnología!- preferían a La Roja. De un lado, Aspas marcó de espuela (VAR mediante). Del otro, el video arbitraje decretó un penal para los iraníes, que lo celebraron como si hubieran asegurado el pasaporte a octavos.

Parece un argumento de ficción, mas no lo es. Empate allá, empate acullá, y ahora España se las verá con Rusia y Portugal, con los charrúas de Suárez y Cavani.

El gol

El de Iago Aspas, de fábula.

El equipo

Marruecos, que fue áspero pero también batallador pese a estar eliminado.

La individualidad

Thiago Alcántara probó que en materia de visión, lo suyo es envidiable.

El fiasco

De Gea no es la sombra del portero seguro del Manchester United.

Cada cual entiende el fútbol –y el Mundial- como le viene en ganas. Es un derecho que nos asiste a todos. Esta columna sintetiza mis impresiones de cada jornada en la fiesta mayor del deporte más hermoso del mundo.

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Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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