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Embarazadas explican por qué en Cuba las mujeres se cuestionan la maternidad

La fecundidad lleva cuatro décadas por debajo de los 2,1 hijos. En 2015 esa tasa llegó a 1,72.

Maternidad en Cuba © ACN
Maternidad en Cuba Foto © ACN

Este artículo es de hace 5 años

Diana está a punto de dar a luz. Una vez que nazca su próximo bebé en marzo, esta doctora habrá tenido tres hembras, una cifra que supera la media nacional por mujer para garantizar el reemplazo poblacional en Cuba.

Diana -de 36 años- se encuentra entre la minoría de madres cubanas con más de dos hijos y se cuestiona “hasta qué punto uno puede parir si aumentan los precios de los productos infantiles y es inestable la presencia de culeros desechables, toallitas húmedas y alimentos como el yogurt, los cereales y las compotas en el mercado".

“He concebido tres niñas por amor, pero ha sido un alivio que hayan podido heredarse la canastilla y que mis suegros viajen a menudo porque son ciudadanos españoles y me ayudan”, resalta la profesional.

A pesar de que este martes se dio a conocer que en 2018 hubo 116.320 nacimientos en la Isla, 1.349 más que en 2017, persiste la acelerada emigración de mujeres en plena edad reproductiva y de mayor fecundidad (20-24 años) y el aplazamiento de la maternidad por intereses profesionales o escaseces económicas.

Teniendo en cuenta que en 1970 nació casi al doble de personas que en 2012 y que, a partir de 1978, la media de hijas por mujer fue inferior a uno, entenderíamos que el país está lejos de lograr que cada fémina tenga al menos una hija que la sustituya.

Cifras publicadas por Granma aseguran que, si bien casi el 70% de los nacimientos en Cuba corresponden a madres menores de 29 años, la fecundidad lleva cuatro décadas por debajo de los 2,1 hijos. En 2015 esa tasa llegó a 1,72.

Oneda, de 68 años, dice que ella vive preguntándole a su hija cuándo le va a dar nietos, pero entiende "las razones por las que no lo ha hecho. Ella está buscando la manera de irse de aquí y parir afuera porque en Cuba es muy complicado".

“¿Por qué parían tanto las mujeres de antes, como yo que tuve tres hijos? Porque con 25 centavos tú tenías una canastilla. Ahora las mujeres no paren porque no hay nada. Uno no puede darse el lujo de tener dos hijos por la necesidad tan grande que hay. Por eso la población está cada vez más envejecida y hay menos gente que trabaje”, expresa la ama de casa.

Un estudio sobre el descenso de la natalidad en Cuba plantea que “a mediados del siglo XX la mujer cubana tenía como promedio cuatro hijos”; 50 años más tarde, 1,60.

Pocos países han experimentado un descenso tan drástico. De 1970 a 2001 la natalidad se redujo en un 55%; es decir, en unos 100.000 nacimientos menos. Mientras en los noventa ese decrecimiento alcanzó un 27%.

A la espera de su primer hijo, la joven cuentapropista Claudia explica que “los gastos que exige un bebé no se corresponden con los salarios que hay en Cuba. Solo el costo de culeros, frutas, viandas y legumbres, tan importantes para la nutrición de la madre y el niño, es para volverse loca”.

La manicurista de 27 años destaca que traer al mundo a un hijo sano y “armarlo” de una canastilla para que nada (o casi nada) le falte es la primera aspiración de una madre, pero ni siquiera como cuentapropista gana lo suficiente para darle lo elemental a su bebé. “He recibido mucho apoyo de mi tío que está en Estados Unidos y gracias a eso tengo la mayoría de las cosas que mi hijo necesitará”, asegura.

No obstante, indica Elena, contadora de profesión, que “cuando uno estudia espera tener un salario fijo para ser mamá, mientras una cuentapropista o ama de casa puede hacerlo antes. Muchas mujeres no se deciden a parir o lo hacen una sola vez porque no tienen estabilidad económica ni dónde vivir adecuadamente".

“La gente persigue los culeros desechables para reciclarlos y hace otros de gasa porque son más absorbentes que los de tela antiséptica. Yo dejo los desechables para salir porque son muy caros. Lo que hago es hervir constantemente para mantener la higiene, aunque para eso tenga que gastar bastante en jabón y gas”, manifiesta la madre de un varón de cinco meses.

A tenor con una forista de Cubadebate: “Yo soy mujer y profesional y tuve que dejar mi querido país para cumplir algunos sueños, entre ellos el de ser madre, porque en Cuba la cosa estaba apretada. Y como yo están casi todos mis amigos (la mayoría también profesionales). Espero que el Gobierno se dé cuenta de lo que se está perdiendo y que busque una solución”.

La informática Indira, que se encuentra en su octavo mes de gestación, calcula que durante el embarazo “con un salario de 400 pesos cubanos se podrían reunir apenas 144 CUC que habría que emplear en la canastilla y una correcta alimentación. Por ejemplo, entre coche, cuna y mosquitero, que son esenciales, se gastan aproximadamente 160 CUC. Eso sin pensar en la ropa, que se queda rápido y las madres tienden a intercambiársela o prestársela".

“Además de picadillo de res, leche y compotas, el Estado nos da una sábana, toallas, crema, colonia, talco, aceite, un biberón, un pullover, culeros de tela antiséptica y tejido para hacer pañales para el bebé, mas eso no alcanza ni para empezar. Dicen que también nos asigna cunas, pero casi nunca alcanzan para todas embarazadas que hay cada localidad".

“En tanto, la red minorista está desabastecida y expende artículos muy caros, con poca variedad y calidad, y nos vemos obligadas a comprarle a los revendedores y a acaparar toallitas húmedas y culeros desechables porque se pierden”, detalla la trabajadora estatal, de 29 años.

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