La Guardia Civil española (Policía militar) y el Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica han detenido a 12 personas que supuestamente integraban una banda a la que se le achaca el secuestro del empresario estadounidense William Sean Creighton Kopko a la salida de su negocio en Costa Rica y la exigencia a su familia de un rescate de 5 millones de dólares en bitcóins.
La banda se puso en contacto con los familiares, amenazando con matar al empresario, que a día de hoy sigue en paradero desconocido. La familia se comprometió a pagar 950.800 dólares en bitcóins, pero tras la transferencia, la organización delictiva cortó la comunicación con ellos.
La investigación revela que tras recibir el pago, los secuestradores viajaron a Cuba con la supuesta intención de ocultar el crimen y blanquear el dinero obtenido aprovechándose del sistema financiero de la Isla, asegura la agencia EFE.
El secuestro tuvo lugar el 24 de septiembre de 2018. Nueve detenciones se han llevado a cabo en Costa Rica. Entre los arrestados está la abuela y un tío de uno de los detenidos en España y un Policía de Tránsito.
Las otras tres detenciones (un hombre y dos mujeres) han tenido lugar en España (Zaragoza). La Guardia Civil da por hecho que son los cabecillas del grupo. Además, considera que las mujeres eran las principales "dinamizadoras a nivel intelectual del secuestro"
España se sumó al operativo policial el 29 de septiembre, luego de que la Interpol pidiera a la Guardia Civil que investigara movimientos virtuales del dinero que la familia del empresario había pagado a la banda.
Fue así como se detectaron "monederos virtuales" y transferencias hechas por algunos de los detenidos.
El 9 de noviembre el supuesto jefe de la banda, J.S.M.V., de 25 años, salió de Cuba hacia España y se alquiló una casa de grandes dimensiones en Alicante. Diez días después, el 19 de noviembre, llegaron al aeropuerto de Barajas, en Madrid, otros cuatro integrantes de la organización, que en transporte público se dirigieron hacia Alicante y se alojaron en la casa alquilada por el cabecilla de la banda.
Durante su estancia en Alicante, los detenidos extremaron las medidas de seguridad, aportaban datos erróneos y cambiaban de casa con frecuencia. Los investigadores comprobaron que llevabn un tren de vida superior al que tenían en su país de origen, llegando a pagar hasta 800 euros semanales por una vivienda.
Fue entonces cuando autoridades de Costa Rica y España diseñaron un plan para detener a la organización el 11 de enero de 2019. Para entonces los jefes de la banda se habían establecido ya en Zaragoza, donde la Guardia Civil les ha intervenido aparatos informáticos, libros de contabilidad, dinero y tarjetas habilitadas para criptodivisas.
Los tres detenidos en España han pasado a disposición judicial y la Guardia Civil ultima los trámites para su extradición a Costa Rica.
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