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EDITORIAL: El Gobierno cubano, incómodo con la posibilidad del "No" en el referendo

En la medida en que se avecina el 24 de febrero, el Gobierno cubano arrecia su ataque contra los partidarios del "No" porque no entiende que la discrepancia es legítima. Para ellos, rechazar una Carta Magna hecha a la medida de un único partido (el Comunista) es cosa de gusanos y vendepatrias. No entienden lo que significa referendo.

Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro, en una foto de archivo. © Cubadebate.
Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro, en una foto de archivo. Foto © Cubadebate.

Este artículo es de hace 5 años

El Gobierno de Cuba no se siente cómodo ante la oportunidad que ha dado a los cubanos para que voten en referendo el próximo 24 de febrero el texto de la reforma constitucional, que cierra la puerta al pluripartidismo declarando al Partido Comunista único y por encima del Estado.

Desde 1959, los cubanos sólo han tenido la oportunidad de votar en referendo el texto de la Constitución en 1976. En esa ocasión, el "Sí" consiguió el 97,7% de los votos, frente al 1% que marcó "No".

La Carta Magna volvió a modificarse en 1992, pero Fidel Castro sacó adelante la reforma con los votos de los diputados en la Asamblea Nacional del Poder Popular. En 2002 hizo un nuevo retoque a la Constitución, pero esta vez necesitó convocar a los electores para que respaldaran con su firma un texto que establecía que el socialismo es irrevocable en Cuba y que la Isla no volvería jamás al capitalismo. Lo apoyaron el 99,25% de los cubanos con derecho a voto. Consiguieron la firma de 8.188.198 peersonas.

Desde hace 43 años el Gobierno de Cuba no ofrecía al pueblo la oportunidad de votar en referendo.

Los tiempos han cambiado. Una encuesta del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, realizada esta semana en 11 provincias de la Isla arroja un dato que preocupa al Gobierno de Miguel Díaz-Canel: un 33,5% de entrevistados asegura que mostrará el 24 de febrero su desacuerdo con la nueva modificación de la Constitución que limita la creación de riqueza, prohíbe a los cubanos en el extranjero invertir en el país y omite derechos fundamentales como la libertad de prensa, de reunión y de asociación.

Desde 1976, los cubanos no han sido convocados a las urnas a votar "Sí" o "No". En la medida en que se avecina la fecha del referendo, crece la incomodidad del Gobierno cubano, que está llevando a cabo una campaña sin parangón a favor del "Sí", utilizando para ello toda la artillería de la prensa oficialista bajo su control.

Pero no le basta con eso. También ataca con una rabia inusitada a los partidarios del "No". Para los comunistas cubanos la discrepancia no es legítima. Eso es cosa de gusanos y vendepatrias. No asumen que el "No" es una opción tan válida como la otra. No entienden lo que significa referendo.

No se recuerda una inversión tan escandalosa en propaganda desde el "Sí por todos" previo a las elecciones parlamentarias del 24 de febrero de 1993. Un año antes, se había reformado la Constitución y se había cambiado la Ley Electoral. Era la primera vez que el Gobierno de Fidel Castro presentaba una lista única con los 589 miembros del Parlamento (ahora son 605). Los electores podían votar la lista completa o a un solo candidato. En esos comicios hubo más votos nulos o en blanco que selectivos (por un único candidato). Un 95,1% de cubanos apoyó la lista única.

Ahora al Gobierno cubano se le nota que está incómodo. Todos sabemos que la votación está amañada. No habrá observadores internacionales que validen los datos del recuento de boletas.

Su victoria está garantizada. Aún así se sienten incómodos porque a pie de calle, en cada colegio electoral, se sabrá cuántos votaron "No". Pueden decir que ganó el "Sí" por unanimidad, pero no podrán impedir que quienes estuvieron en los colegios electorales comenten, hablen, digan y se extienda el rumor. Se sabrá, lo quieran o no, que muchos votaron "No".

El Gobierno de Cuba está incómodo con el reciente acceso de los cubanos a internet. No es libre, de hecho CiberCuba sigue censurada, pero es mucho más de lo que nunca ha existido en la Isla. La gente en Cuba pueden acceder a Twitter y a Facebook y es en ese territorio virtual donde se está librando la campaña electoral previa al referendo constitucional del próximo 24 de febrero.

Están incómodos con que a cada comentario de Díaz-Canel, el "gran continuista", respondan en Twitter decenas y hasta cientos de cubanos expresando su rechazo. Los dirigentes del Partido Comunista no sabían hasta ahora lo que era la crítica de tú a tú. Sus ojos y oídos estaban hechos a los halagos de la Mesa Redonda en la que todos piensan igual y lejos de proponer un debate con opiniones diversas terminan siendo un coro aburrido.

Están incómodos con que sólo salgan a dar la cara por ellos en Twitter cuatro gatos, los mismos de siempre, que no dan abasto porque tienen demasiados frentes abiertos.

Sólo sus secuaces les apoyan. Ni un solo cubano de a pie, sin el carnet del Partido Comunista; sin internet pagado por el Estado; sin blogs subvencionados; sin cargos en el Gobierno... se mete en Twitter a dar la cara por Díaz-Canel.

Sí, están incómodos y lo mejor de todo es que esa incomodidad no va a dejar de aumentar.

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