La Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) de Cuba ha hecho un llamamiento a la juventud para que ayude a movilizar a sus familias y que éstas acudan a votar el próximo domingo 24 de febrero en el referendo constitucional que pretende validar una Carta Magna que legitima al Partido Comunista como el único legal en el país y le otorga poderes politicos por encima del Estado.
Según recoge el diario Juventud Rebelde, la UJC explica que para conseguir que gane el Sí, en el referendo hace falta una alta participación. "Ejerceremos nuestro derecho a un sufragio libre, directo y secreto; y de esa forma daremos cumplimiento al artículo 137 de la Carta Magna vigente, el cual establece la consulta popular", añade el comunicado.
Los cubanos no participan en un referendo desde que Fidel Castro convocó el de 1976 para aprobar la Constitución hecha a la medida de su gobierno. Luego modificó la Ley de Leyes en 1992, pero no convocaron a las urnas. Volvió a retocar la Carta Magna en 2002 pero se limitó a recabar las firmas de más de 8 millones de electores para blindar el carácter socialista de Cuba.
De esta forma, los cubanos tienen una oportunidad única en los últimos 43 años de apoyar o retirar su apoyo al Gobierno de Cuba.
Una encuesta realizada en enero pasado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos arrojó que el 33,5% de los encuestados, la mayoría jóvenes, tenía previsto votar no, anular o dejar en blanco la boleta en el referendo del 24 de este mes.
También desde el Observatorio Cubano han hecho un llamamiento a todos los cubanos para que voten No, con bolígrafo y no con lápiz. Así evitan que su voto sea adulterado ya que no habrá observadores internacionales para custodiar las urnas en el referendo.
La Constitución que quiere aprobar el Gobierno de Cuba ignora el derecho de asociación y reunión y prohíbe a los cubanos que están fuera de Cuba invertir en su país. Tampoco reconoce el artículo 13.2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, firmada en 1946, que concede a todas las personas, vivan en el país que vivan, el derecho a entrar y salir de su país o a salir de un tercer país.
El Gobierno de Cuba mantiene, por ejemplo, el veto de entrada en la Isla, de 8 años, a los médicos que abandonan las misiones en el extranjero y los acusa de "desertores". También continúa impidiendo la salida de activistas o devolviendo a opositores o intelectuales a los que niega la entrada a su país.
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