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Juan Carlos Rivero: "El reguetón como género no hace daño. Son los medios los que se empeñan en priorizarlo por encima del resto"

Entrevista con el director musical, tecladista, compositor y arreglista del grupo Moncada: Juan Carlos Rivero

Juan Carlos Rivero © Cortesía del entrevistado
Juan Carlos Rivero Foto © Cortesía del entrevistado

Este artículo es de hace 5 años

Hace muchos años que conozco a nuestro entrevistado de hoy y les confieso que ahora, a sus 50, casi 51 años, está más guapo que antes, cuando era bien delgadito.

Sus ojos claros, siempre risueños, se debaten entre el azul y el verde según los acaricie el sol; su voz, romántica y sensual, nos acerca a este hombre - música. Sí, porque esto es Juan Carlos Rivero, un hombre que ha convertido su vida en un acorde musical.

Juan Carlos Rivero integrante desde hace 24 años del grupo Moncada / CiberCuba

“Me has ruborizado con tamaña presentación. El que la lee cree que soy un galán de telenovelas. Nada más distante. Soy un hombre normal, nacido, criado y que vivo en el Vedado, aquí en el corazón de esta Habana nuestra próxima a cumplir su medio milenio de vida.

“Soy hijo de Néstor y Olguita; padre de Elián (30 años), abuelo de mi preciosa Leah (4) y casado hace 24 con Yeoryana. Tengo 5 hermanos".

Por familia no te puedes quejar, es numerosa.

“Sí. Te cuento que yo siempre viví con mi mamá y mi abuelo materno Mimo. A ellos se lo debo todo; nada a mi padre. Esas funciones las realizaba mi querido e inolvidable abuelo".

¿Por dónde te viene la música?

“Desde la barriga de mami. Ella es soprano, fundadora del Lírico Nacional, y desde que me engendró cantaba en esa agrupación, así que imagínate la cantidad de arpegios y notas musicales que percibí, aún antes de nacer.

“No sólo fui yo el que heredó esa condición musical. Mi hermana Ivón es pianista; mi hermano Néstor, aunque ahora es actor y vive en Chile, estudió guitarra y percusión".

¿Cuándo comienzas realmente tu bregar por la música?

“A los siete años comienzo a estudiar en el Conservatorio Alejandro García Caturla de Marianao. Recuerdo, entre otros muchos y muy buenos profesores, a Oscar Soto, quien impartía las clases de solfeo (que es el Español en la música); o sea, con él aprendí a leer música".

Juan Carlos, si tú eres genuinamente un chico del Vedado, ¿qué hacías por Marianao? ¿Por qué no matriculaste directamente en el Conservatorio Manuel Saumell que te quedaba más cerca?

“Porque cuando hice las pruebas de aptitud dijeron que yo no era músico. Mi mamá sabía que de los hermanos yo era el más musical, por lo que hizo caso omiso de esa opinión, y me llevó para Marianao, donde me aceptaron sin problemas.

“Allí estuve hasta el noveno grado; o sea, siete años en total. Ahí concluí mi nivel elemental. Quiero decirte que ya con 14 años, en noveno, yo había hecho mis pininos musicales: tomé parte en un Concurso de Música Infantil, y recibí primera mención por orquestar Por el Mar de las Antillas del poeta nacional Nicolás Guillén.

“Ahí me pasó algo curioso. Mi amigo Fabio, fallecido recientemente, por cierto, me pide que le orquestara su canción a ese Concurso y resulta que le dan el tercer premio. Por supuesto, me llevé una gran satisfacción porque al final, fui reconocido por partida doble”.

¿Algo más de tu paso por el Caturla?

“Sí, mira al llegar al Caturla, un profesor, Pepe A (así era conocido por todos), clarinetista entonces de la orquesta del Lírico, me vio posibilidades de avanzar en la música. Habla con mi madre y le comenta que yo era liberal, libretero y que me veía espíritu de compositor. O sea, desde esa temprana edad, él vaticinó lo que ha sido mi vida musical.

“Siempre fui vago para estudiar aunque, sin falsa modestia, no me hacía mucha falta, pues al final sacaba las asignaturas con facilidad".

Cuando te gradúas del nivel elemental ¿dónde prosigues tus estudios?

“Al graduarme de secundaria paso a estudiar el nivel medio en la ENA (Escuela Nacional de Arte), donde permanezco dos años. Las cosas no me fueron bien: era el clásico barco, faltaba mucho. ¡Horror! Me botaron, algo típico de una adolescencia malcriada".

Lo miro asombrada pues esa característica nada tiene que ver con el Juan Carlos Rivero que he conocido de hace tanto tiempo. Él sonríe picarescamente y continúa.

“No te asustes. Esa rebeldía sólo duró un año, al cabo del cual matriculo en el Conservatorio Amadeo Roldán, donde recupero el paso y, no sin algunos tropiezos, me gradúo de grado 12 como violonchelista de nivel medio, y claro como pianista de instrumento complementario".

De ahí, para el ISA, ¿no?

“Pues no. No me interesó hacer el Instituto Superior pues quería, necesitaba trabajar, mantenerme yo mismo. Además, mi entonces novia sale embarazada y tengo que dar cara a la situación.

“Estoy dos años tocando el cello en el foso de la Orquesta de la Ópera en el Gran Teatro; en ese caso, zarzuelas, óperas, operetas, ballet".

¿Edad?

“Entre los 19 y los 20. Por esos tiempos, un amigo deportista (Dimas Juantorena, hermano del gran Alberto), que conocía a Amaury Pérez y Aneiro Taño, quien a su vez se estaba marchando del grupo de Amaury, me presenta al hijo de la sin par Consuelito Vidal.

“Fue así que entro en su agrupación como tecladista y en tres años que estuve con él llegué a ser su director musical, haciendo orquestaciones como la afamada canción Encuentros, cuyo videoclip de Ernesto Fundora no nos cansamos de ver.

“Del grupo de Amaury pasé para Monte Espuma, que había sido fundado por Mario Dalí, guitarrista y director, y la cantante Tanya. Debo decirte que Mario fue el me enseñó a trabajar con las computadoras, cómo programar la música, que es prácticamente mi labor actual.

“Con Monte Espuma estoy dos años, ya a la sazón yo con mis 24-25 años. Concluyo con ellos, cuando en una gira por México surgen diferencias irreconciliables y decido regresar".

¿Ahí fue que te tropiezas accidentalmente con la gente del Moncada?

“Pasaron siete largos meses sin trabajo cuando veo en los estudios de televisión del Focsa, en el programa Contacto con Raquel Mayedo, al grupo Moncada como invitado.

“Yo había conocido al director del grupo, Jorge Gómez, en Santos Suárez, y le había ofrecido mis canciones, unas 15 entonces, escritas y orquestadas por mí y con mi voz".

¿Siempre te gustó cantar, no?

“Sí, siempre, pero disto mucho de serlo, por lo que prefiero escuchar mi música en otras voces. Volviéndote a Jorge Gómez, en aquella ocasión en Santos Suárez no me hizo swing, pero la tarde que lo atrapé en Contacto, sí.

“Yo, como sabes, provoqué el encuentro, bajaba por 21 montando mi bicicleta Forever, y en la esquina de 21 y N me los tropiezo accidentalmente. Jorge iba con Raquelita y Alexis Morejón, el entonces cantante de Moncada.

“Me preguntó: '¿qué haces?' y ya tú sabes: 'estoy en casa, sin trabajo', y es cuando me dice que Tomás Rivero, pianista fundador del grupo, quería formar su propia agrupación, y entonces me convoca al Copacabana en Playa, para que viera el club de las Estrellas, que era un proyecto de él. Y además quería conversar conmigo".

Y ahí mismo el que hizo el swing de oro fuiste tú.

“Así es. A la semana estaba trabajando con el Moncada, hasta el día de hoy; o sea, desde el 4 de septiembre de 1995 hasta la actualidad: ¡van a ser 24 años!”

Muchos, sin dudas. ¿Qué te han reportado estos años?

“Al principio, muy cargados de discos, orquestaciones, ¡trabajo! pero hoy sólo me enfoco en las orquestaciones, producción de discos. No estoy componiendo. Tengo otras tareas que atender".

¿Por ejemplo?

“Trabajo mucho para le Televisión y el Cine. música por encargo fundamentalmente, RTV Comercial como productora y con directores de la talla de Rudy Mora y Manolito Ortega, con los cuales mantengo una excelente relación de amistad y de trabajo".

Recuerdo en mis tiempos de periodista y realizadora de la televisión, las veces que, desinteresadamente, recibí la ayuda de juan carlos; en especial, un serial documental sobre la historia olímpica: Desandando los senderos de la historia olímpica, realizado junto al colega Carlos Alberto González, así como varios documentales, entre ellos, Regreso a la cuna, de los juegos olímpicos de Atenas.

“Sí, he escrito alrededor de 150 canciones, algunas de las cuales, los periodistas deportivos, tú en particular principalmente, han utilizado como Fuerza y Razones, Será tu fuego, Tu Historia Crecerá, así también Será el Amor, Viviré, Comencé A Vivir, y la orquestación de Puede ser en Atenas”.

Guardo agradables recuerdos de las presentaciones del grupo Moncada en varios eventos deportivos. Su actuación en Beijing durante los Juegos Olímpicos 2008 fue memorable. También en los Panamericanos de Winnipeg 99 y Santo Domingo 2003.

“Me encanta el deporte. Si no hubiera sido música hubiera sido deportista…malo pero deportista. La pelota y los Industriales son mi pasión, y en la MLB, siempre he simpatizado con los Yanquis de New York".

¿Qué has hecho con Rudy y Ortega?

“Con Rudy he hecho la música, orquestación y composición para ConCiencia y Diana, dos series televisivas, así como los filmes Y sin embargo y Leontina.

“Para Manolito, a quien conozco desde que yo conducía el programa Música Sí del Canal Habana, cuando él era camarógrafo, he compuesto para sus programas televisivos convertidos en verdaderos espectáculos, Bailando en Cuba, Sonando en Cuba y La Banda Gigante.

“Para esos espacios he compuesto música incidental, además de la de la presentación y la despedida. Me gustaría añadir a Mayda González como una de las directoras con las que he trabajado en la tele. Con ella he musicalizado seriales unitarios, por ejemplo, Puertas (con Héctor Noa y Silvita Águila en los papeles protagónicos)”

Ya tocaste el punto de los programas por ti conducidos cuando hablaste de Música Sí. ¿Cuáles otros?

“Mira, con Música Sí, estuve tres años en el Canal Habana, Juntos en Concierto, del Educativo, y 320 kb/s por Cubavisión y el Educativo".

¿Qué los caracterizaba?

“No eran clases en sí, pero sí constituían una manera didáctica de acercar a las personas al maravilloso mundo de la música, que es tan diversa, tan amplia en todo su arpegio aunque hoy día se empeñen en priorizar, yo diría que monopolizar un solo género”.

Antes de entrar en el escabroso tema del reguetón, pon algunos ejemplos de la música que divulgabas.

“Por ejemplo, en 320 kb/s, los televidentes cubanos conocieron a los Tres Tenores Negros; ponía mucho a Rosario Flores. Recuerdo un concierto suyo maravilloso con su hermana Lolita y El Cigala. Ponía lo desconocido o que saliera bien poco. Enseñaba otras aristas, géneros, intérpretes que tienen calidad en el planeta”.

¿Cuánto duró el programa?

“Tres años por paquetes de 12”

Lo recuerdo y de veras, enseñaba; además de que eres un buen comunicador, la música que ponías siempre era bien recibida, sobre todo, por los que apreciamos la buena música y no el ruido soez y bullicioso.

Extrañé cuando desapareció del aire. Por cierto, ¿cuál fue la razón?

“Sencillo: el Departamento de Musicales del ICRT quería que pusiera cantantes y grupos musicales populares (lo mismo que hacía el resto de la programación especializada en música). Pero me negué, la idea del espacio no era esa. Así fue que dejó de salir.

“Incluso, me hicieron llegar que el programa continuaría con otro conductor, a lo que me opuse pues la idea es mía, el proyecto era mío".

Me imagino lo que hicieron: diferente perro con el mismo collar, ¿no?

“Así fue. Cambiaron el nombre del programa y copiaron exactamente el contenido con los arreglos que ellos querían que hiciera. Sale al aire ahora con el nombre de Nota a Nota, conducido por René Baños, el del grupo Samplin. Es una copia fiel de mi idea. Es más, hasta el título, pues cuando yo presento el proyecto y sus posibles nombres, uno era De Nota a Nota".

¿Te quedaste dado?

“No soy de bretes ni chanchullos. ¡Que les aproveche! Mi idea está ahí. Ahora, cada vez que ponen un buen concierto, la gente por la calle lo asocia conmigo y hasta me felicitan y todo. Para que tú veas las vueltas que da la vida".

Tocamos un tema que no quiero obviar. El fenómeno reguetón que domina el éter, ¿es positivo, negativo, que dirías?

“El reguetón como género no hace daño. Son los medios de comunicación masiva los que se empeñan en priorizarlo por encima del resto.

“Es totalmente ritmático, muy apropiado para las personas que les gusta bailar. Ahora bien, carece de armonía y melodía; es muy elemental en su composición, no sirve para sentarse a escucharla, aunque respeto a las que sí lo hacen”.

Cierro los ojos escuchando a Juan Carlos y veo a mi hermosa nieta que no ha cumplido sus 14 años, escuchando esa ¿música? el día entero y me horrorizo.

Que conste que no estoy en contra del reguetón, hay algunos que me atraen por ser sus letras audibles y correctas; me gustan algunos exponentes de la música urbana, sobre todo aquellos que comparten escenarios con exponentes de otros géneros.

“Ay Julita, es que los géneros musicales cubanos son tantos y tan ricos, en cualquiera de sus ritmos, que yo no puedo comprender cómo la juventud actual desconoce al Benny, Pérez Prado, Enrique Jorrín. ¡Es inaudito!.

“Le pregunté a una persona de 20 años hace poco, hablando de canciones de amor, y le cité Te amaré de Silvio Rodríguez, y me peguntó: '¿ y ése quién es?' Seguro que si le hablo de Bad Bunny sí lo sabe".

¿Qué opinas del arte como arte, como concepto, como alma y espíritu, como algo libre?

“Sé por donde vienes. No puedo referirme a la ley 349 porque no la he estudiado, sabes que acabo de llegar al país. Pero los demás músicos con los que he hablado muestran su descontento, pues para muchos resulta dogmática, alejada del espíritu de la música en sí, te cortan la libertad de expresión".

¿Cuántos países has visitado levando tu arte?

“Unos cuantos, no vayas a creer, de tres continentes. Hemos repetido Estados Unidos, Canadá, México, China, Francia, Portugal, Brasil, entre otros".

Con 50 años ¿qué le queda por hacer a Juan Carlos Rivero?

“Yo sé que puedo dar mucho más. No he alcanzado mi realización plena, pero he hecho muchas cosas que me satisfacen. No he llegado al techo”.

¿No te frena el Moncada? ¿Te sigues sintiendo bien?

“El Moncada es una familia afectuosa donde prima el amor, aunque hay cosas que se van perdiendo tras el paso del tiempo, como ocurre en un matrimonio longevo. Puedo no estar de acuerdo con muchas cosas pero el cariño sobrepasa los peros".

¿Se han vuelto repetitivos?

“Yo cambiaría el repertorio, la sonoridad”.

¿Dónde se les puede ver?

“Estamos trabajando en Le Select en 28 y Quinta, Miramar, y en Bulebar 66, sito en la calle San Rafael, a un costado del Gran Teatro. Los domingos cantamos en los Jardines del restaurante 1830”.

Además de tu labor en el grupo y tus trabajos con la tele ¿qué haces?

“Colaboro con Jorge Luis Rojas, Rojitas, con su productora Roga production Music and Art, como orquestador y productor musical, entre otras cosas".

Planes futuros: ¿crear tu propio grupo?

Me mira con aquellos ojazos bellos, no sonríe, más bien la nostalgia se apodera de él.

“En Cuba es muy difícil hacer tu propia agrupación. Hay que enfrentar una serie de problemas burocráticos, irresistible. Y no es que no quiera hacerlo o tenga miedo, es que yo soy músico, respiro música. Prefiero seguir componiendo.

“Que mi música se escuche en las series, novelas, programas, ¡para lo que me llamen!, que en sí es lo que más me satisface de mi carrera".

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos

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