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Manuel Álvarez Lorente: “Me arrebataron mi sueño: ¡tener el honor de llevar las Cuatro Letras en el pecho en un evento grande!”

Entrevista a Manuel Álvarez, 'el camión', uno de los grandes del pitcheo en la capital de la piña y de Cuba

 Manuel Álvarez Lorente © Idania Pupo Freyre
Manuel Álvarez Lorente Foto © Idania Pupo Freyre

Este artículo es de hace 4 años

Alto, estilizado, rubio y unos ojos azules que acarician al mirar. Su dulzura te abraza, te enternece el alma, máxime si está lanzando un juego de pelota.

Al entrevistarlo por primera vez, de esto ya hace unos “añitos”, ratifiqué mi impresión inicial pues con su aterciopelada y masculina voz respondía a mis preguntas cual universitario en su tesis de grado.

Hombre inteligente, Manuel Álvarez, 'el camión' es uno de los grandes del pitcheo en la capital de la piña y de Cuba.

“Nací en Ciego de Ávila en diciembre de 1955, hijo de Gilberto, ya fallecido, y Luisa. Estudié en la escuela primaria Raúl Cervantes y al paso de los años me gradué de profesor de educación física en 1984. Soy licenciado en Cultura Física, además de profesor y entrenador”.

Sé que tienes dos hijos y ninguno siguió tus pasos.

“Así es, pero ¿qué le voy a hacer? Estoy casado con mi amor de toda la vida, Beatriz, madre de mis hijos Manuel y Samuel, ya hombres de bien, hechos y derechos pero no peloteros. Jajá”.

¿Cómo llegas a un terreno de pelota? Con tu estatura y más en esos tiempos de juventud, hubieras podido practicar otras disciplinas.

“Me encantaba la pelota desde niño y más lanzar. Es muy emocionante cuando controlas al rival. Siempre he gozado eso, y ya cuando fui mayor, para mí resultaba lo máximo ganar juegos en las Series Selectivas, que eran de un nivel superior a la Nacional”.

Manuel Álvarez, en sus primeros pasos como lanzador, ganó las medallas de oro en el Campeonato Juvenil efectuado en Caracas, Venezuela, en 1972, y en el Mundial de la categoría de México 73.

¿Y en tu debut en SNB?

“Bueno, en 1975 fui campeón nacional con aquellos legendarios incapturables camagüeyanos, que no los paraba ni un tren. Recuerda que entonces Ciego formaba parte de Camagüey. Con ellos obtuve tres victorias frente a un revés.

“Pero después, los incapturables bajaron mucho su nivel mientras otras provincias como Pinar del Río, Villa Clara, Habana campo, Santiago de Cuba y Matanzas cuajaban sus elencos de estrellas”.

Su rostro, a pesar del paso del tiempo, mantiene aquella lozanía que enamoraba a las chicas en los estadios de Cuba, sus ojos pícaros sonríen y sigue desandando su vida con esta periodista.

“Fui pieza clave durante muchas temporadas en la selección avileña de la década del 80: por ejemplo, resulté el champion pitcher de la SNB de 1985 y de la Selectiva del 86”.

¿Anécdotas que recuerdes de tantos años en montículos cubanos?

“Te puedo decir que el Señor Pelotero, Luis Giraldo Casanova, el receptor Pedro Medina y el segunda base Juan Padilla me conectaban muy bien, sin embargo, para mí resulta un placer que el gigante del Escambray, Antonio Muñoz, reconozca que yo era el pitcher que más lo dominaba.

“En una ocasión, le digo a Casanova que me bateaba con mucha fuerza (fuera del terreno somos grandes amigos), que tenía un lanzamiento nuevo, especial para él.

“Me dijo que se lo tirara y se me ocurrió hacerlo. Todavía están buscando la pelota por el center field. ¡Qué clase de bateador Dios mío!

“Otro momento imborrable fue en un juego entre Camagüeyanos y Matanzas; salgo de relevo a lanzarle con las bases llenas y dos outs, en el noveno, nada menos que a otro grande, Fernando Sánchez.

“Lo monté en dos strikes rápidamente y pensé: ¿y ahora qué le tiro? Agarré la bola con dos costuras, le pitché duro y cerrado, y Fernando la vio pasar: ¡ponchado sin tirarle!

“Al pasar los días, el historiador deportivo de Ciego, 'Ñico' García Portal, me confesó que había hablado con Fernando sobre ese ponche. Su respuesta fue: 'a ésa no le daba nadie'.

“Oye, si me pongo a contar anécdotas hacemos un libro”.

¿Tus principales numeritos, aunque yo sé que Ciego era un equipo colero cuando se separaron de Camagüey?

“Me alegra hagas esa aclaración. Mi promedio de carreras limpias es de 2,81; me bateaban para 234 con un wit de 2.00. Mi balance de victorias y derrotas es adverso: 68 por 100”.

Manuel de Jesús Álvarez es uno de los peloteros más preparados con que cuenta en estos momentos el país.

“Como te dije, soy licenciado en Cultura Física, he sido profesor del Departamento de Educación Física y Superación de Atletas, impartiendo mis conocimientos a egresados de la Licenciatura, especialistas y entrenadores de béisbol para el alto rendimiento; además de ser preparador de pitcheo en muchas Series Nacionales en Cuba”.

A pesar de ser uno de los primeros pitchers por más de una década, nunca hiciste un CUBA a un Mundial ni evento de primer nivel. ¿Por qué? ¿Fueron injustos contigo?

“Fui llamado en tres ocasiones a entrenar en las preselecciones nacionales; pero, eran aquellos tiempos dorados del pitcheo cubano: Braudilio Vinent, Julio Romero, Rogelio García, Rafael Castillo, Omar Carrero, Lázaro Santana, Jorge Luis Valdés, Juan Pérez Pérez, Oscar Romero, José Luis Alemán, René Arocha, entre otros.

“ Había tantos… Recuerdo que, por ejemplo, Roberto 'el Caña' Ramos y Rafael Rodríguez nunca hicieron el equipo Cuba A y merecimientos tenían de sobra.

“Sin embargo, sí creo que en, al menos dos oportunidades, se fue muy, pero muy, injusto conmigo. Quizás se midieron aspectos técnicos (ahora los valoro como entrenador) pero en los años en que fui campeón me lo gané con creces. Me arrebataron mi sueño: ¡tener el honor de llevar las Cuatro Letras en el pecho en un evento grande!”

Al menos dos oportunidades, se fue muy, pero muy, injusto conmigo. Quizás se midieron aspectos técnicos pero en los años en que fui campeón me lo gané con creces

¿Qué te gustaba más abrir o relevar?

“Me gustaba lanzar, simplemente lanzar. No me importaba qué función tenía que hacer; lo importante era pitchear, contribuir al triunfo de los míos.

“Disfruté muchísimo compartir el box con grandes como Omar Carrero y Lázaro Santana; formamos un trío terrífico. Mayito Salas, el mánager, me utilizaba como cerrador, pero cuando hacía falta abría. Me sentía orgulloso de ser avileño y haber podido ayudar en aquellos primeros tiempos cuando fueron separadas las provincias de Camagüey y Ciego, por la nueva división político administrativa del país.

“Si no te parece mal quiero añadir algo: siempre me llevé muy bien con los árbitros, nos respetábamos. También guardo un recuerdo muy especial para los narradores, mis amigos, Bobby Salamanca, Eddy Martín, Héctor Rodríguez y Roberto Pacheco, y, por supuesto, para ti, la primera mujer que se adentró en un terreno de pelota y nos robó el corazón a todos”.

Me emocionan las palabras de Manuel Álvarez, y pienso en lo injusto que han sido con él en repetidas ocasiones. Tuvo que conformarse con representarnos solamente en topes o certámenes de menor cuantía, tanto como jugador como entrenador.

“Yo formé parte del Cuba B, en giras por Italia, México y en un Torneo Internacional José Antonio Huelga, que tuvo a Matanzas por sede”.

Ahora 'el Camión' probablemente fuera el líder del staff de pitcheo del team Cuba.

¿Cuántas experiencias habrás vivido y no solo en Cuba?

“Soy un estudioso incansable del béisbol y sus muchas reglas. Me sentí muy orgulloso cuando obtuve el Premio Nacional del Forum de Ciencia y Técnica durante más de tres años.

“He cumplido contratos en el exterior, por ejemplo, con equipos del béisbol nicaragüense que resultarían campeones, en esos casos, los Indios del Boer, dos veces, y uno con el Granada.

“Actualmente estoy en El Salvador, trabajando en la Universidad; imparto un postgrado a licenciados, entrenadores de pitcheo”.

¿Te gusta enseñar?

“Me encanta, me motivo, me inspiro ofreciendo mis conocimientos. Es importante dedicar una gran parte del tiempo de los entrenadores a estudiar los antecedentes objetivos y subjetivos del arte de lanzar”.

¿El arte de lanzar?

“Claro que sí; tú mejor que nadie, que has acompañado a la pelota cubana por casi 40 años, sabes que lanzar es un arte. Y no lo digo yo, lo expresan en sus textos y conferencias los clásicos de esta especialidad.

“Entonces si lanzar es un arte, para hablar de él hay que haber sido artista o serlo: hay que trabajar directamente con el deportista pero también hay que apoyarse en la computación que para eso estamos en el siglo 21.

“A través de esta técnica tan bien aprovechada por las ligas estadounidenses y asiáticas, y que ahora se abre paso en nuestro país, el entrenador devela completamente los fundamentos teóricos del pitcheo, introduciendo principios y métodos de enseñanza.

“Específicamente con el pitcheo se analiza desde la estructura de los movimientos, la metodología de enseñanza, el análisis de los errores más comunes, etc.

“A esto únele la sabermetría, una verdadera ciencia puesta a disposición de mentores y entrenadores que muestra en un por ciento elevado de probabilidades, qué hacer en un momento determinado. Esto, por supuesto, lo utilizan tanto los equipos a la defensa como a la ofensiva”.

Pero además de un arte, es una ciencia.

“Mis experiencias como entrenador de primera categoría avalan estas palabras. Pudiéramos estar hablando de tipos de lanzamientos, agarres, situaciones, tácticas del juego, pero quizás aburriríamos a los lectores, pero sí quiero resaltar lo importante de comenzar la enseñanza del béisbol en edades tempranas.

Quiero resaltar lo importante de comenzar la enseñanza del béisbol en edades tempranas. No se puede ir a aprender a una Serie Nacional

“No se puede ir a aprender a una Serie Nacional. Desde los errores de los movimientos, el descontrol (algo fatídico en los pitchers cubanos de la actualidad) hasta el estudio desde el punto de vista psicológico debe aprenderse desde pequeño”.

Dejemos el para ti apasionante tema de la técnica y enseñanza del béisbol y dime cómo el equipo de Ciego de Ávila pasó del sótano a la cima; cómo de los Increíbles de la Piña llegaron a ser los campeones nacionales.

“El equipo avileño se fue formando poco a poco, desde la base de entrenadores-descubridores de talentos por toda la provincia hasta la superestructura.

“Era un sueño para preparadores como Mario Salas, José Hernández, Arnaldo Cervantes, Armando Anahí y tantos más que querían lograr ese objetivo.

“Ellos no pudieron ver el título pero sí fueron la simiente, y claro, los que vivimos, disfrutamos el éxito. Son los héroes anónimos de los que no se habla pero que existieron. Esto lo concretó un Roger Machado, inteligente, tenaz, estudioso, que supo aglutinar a todos sus elementos, impuso un team work; es de lo mejor de los directores cubanos en la actualidad, ese trabajo lo había iniciado Darío Cid, justicia ante todo, pero Roger lo materializó”.

Háblame de tu libro.

“Su nombre es Manual de fundamentos técnico- metodológicos para lanzadores de béisbol. En él trato de llevar técnicas y metodología del arte de lanzar. Recojo valiosas opiniones de maestros como Conrado Marrero, Pedro Pérez y Julio Romero. Es un libro que siempre llevo conmigo y que ha tenido muy buena acogida”.

Pero has hecho otro, según me has comentado.

“Sí, pero ése aún no lo he publicado. Recoge mi experiencia en Cuba y el extranjero. Comprende, por ejemplo, cómo he preparado al Cañón de la Trocha, Vladimir García; a Dachel Duquesne, Yander Guevara, Gualberto Quesada, Juan Bárbaro Cruz, Iván González y muchos más.

“Son distintas formas de hacer un sistema de entrenamiento según el lanzador y sus características propias”.

Cada seleccionado de pelota tiene dos entrenadores de pitcheo, uno principal y el otro de bullpen, ¿qué los diferencia?

“El entrenador principal debe dominar todo el arsenal de preparación, antes, durante y después de cada competencia; debe saber dirigir, ser conocedor y fundamentalmente, según mi criterio, debe haber sido lanzador.

“Con todo respeto, no es lo mismo explicar sin demostrar que demostrar y explicar. Debe conocer todo el sistema de preparación del entrenamiento deportivo, planificar los micro ciclos en evitación de cometer errores en la curva de rendimiento.

“Hoy día y teniendo en cuenta que el béisbol, en muchos países ya, se concibe como un fenómeno social, hay que estar centrado en el logro de los máximos resultados”.

¿Y el de bullpen, no interviene en tan importantes conceptos?

“El entrenador del bullpen tiene funciones importantes también, tales como tener listos y preparados física y psicológicamente a los lanzadores, listos para salir cuando se les necesite, explicarles la situación del juego, las características de los bateadores rivales. Todo esto hace más efectivo el relevo.

“El entrenador de bullpen tiene que saber qué lanzamiento debe tirar su pitcher, según el bateador que esté en la caja; ¿qué se pretende?: batear por el cuadro, un fly a los jardines, tratar de poncharlo, ¿Ves? Es un arte”.

¿Podrías señalarme momentos clave para llegar al clímax del rendimiento deportivo?

“Mira, no se pueden obviar cuarto pasos: entrenamiento básico, entrenamiento de desarrollo, entrenamiento de rendimiento y entrenamiento de alto rendimiento. En cuanto al pitcheo en particular, el repertorio, la efectividad, el control (zona de strike), todo con las requeridas táctica y estrategia, o sea qué hacer ahora, qué hacer después”.

Según tu experiencia, ¿qué hace bueno a un serpentinero?

“Como dijera mi amigo, ya fallecido, el estelar Jesús Guerra, el lanzador debe ser laborioso, perseverante, inteligente, técnico, corajudo, habilidoso, estudioso. A lo que yo añado, dominio del repertorio y el control”.

¿Equipo Cuba de todos los tiempos?

“Mi equipo es doble; dos por posiciones. Receptores: Pedro Medina y Ariel Pestano; primeras bases: Antonio Muñoz y Orestes Kindelán; camareros: Antonio Pacheco y Alfonso Urquiola; torpederos: Germán Mesa y Eduardo Paret; antesalistas: Cheíto Rodríguez y Omar Linares.

"En los jardines, Armando Capiró, Lourdes Gourriel, Víctor Mesa, Fernando Sánchez, Luis Giraldo Casanova y Wilfredo Sánchez; designados: Héctor Olivera y Elpidio Mancebo.

“Serpentineros: Braudilio Vinent y Omar Carrero, derechos; 'Changa Mederos' y 'Tati Valdés', zurdos; relevistas: Pedro Luis Lazo y Lázaro Santana. Director, Jorge Fuentes”.

La pelota cubana ha ido en irrefrenable descenso por varias causas; las condiciones han cambiado ostensiblemente. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

“Los tiempos cambian; las épocas, son diferentes. Antes, lo más grande era hacer el equipo CUBA, representar a nuestro país. No se pensaba en otra cosa.

Antes, lo más grande era hacer el equipo CUBA, representar a nuestro país. No se pensaba en otra cosa. Ahora, a los atletas, lo que más les interesa es jugar en el béisbol profesional, algo que, lejos de hacer daño, glorifica a Cuba como la potencia en el béisbol a nivel mundial que siempre ha sido

“Ahora, a los atletas, lo que más les interesa es jugar en el béisbol profesional, algo que si lo miras bien, lejos de hacer daño, glorifica a Cuba como la potencia en el béisbol a nivel mundial que siempre ha sido, de poder hacerlo libremente demostraría la calidad de nuestros peloteros.

“Claro, es parte y parte porque también tiene que enorgullecerlos representar a Cuba en grandes eventos. Estoy a favor del convenio entre la Federación Cubana y la MLB, que lamentablemente se ha visto frustrado, pero no por nosotros. Ojalá pueda haber una solución”.

¿Resultados como entrenador, ya sea en Cuba o en extranjero?

“En Nicaragua trabajé exitosamente con los Indios del Boer y los Tiburones; en Cuba tuve el honor de ser el entrenador de pitcheo cuando Ciego ganó por vez primera en SNB en aquel play off frente a Industriales.

“También fuimos campeones en el Torneo The Prince Royce; por estos resultados soy seleccionado para trabajar con el equipo Cuba Universitario, que se efectuó en La Habana. He formado parte de elencos que han jugado en Nicaragua y Venezuela (Juegos del Alba) con resultados positivos”.

Soy de la opinión de que Manuel Álvarez como preparador de pitcheo podía haber sido más requerido en grandes eventos.

“A propósito de eso, uno de mis más gratos recuerdos fue cuando tú y el maestro del periodismo beisbolero cubano, Sigfredo Barros, me dijeron en el Juegos de Estrellas de Sancti Spíritus (yo era el coach de pitcheo de los Orientales) que debí haber estado en el Clásico Mundial junto a Víctor Mesa.

“Para mí fue un gran honor que ustedes dos pensaran así; siempre tengo eso como un recuerdo muy agradable. También creí que al regresar de Nicaragua, me convocarían a la preselección nacional y… ¡nada! . ¿Lo peor? Nadie, ni los periodistas, ni los técnicos, ¡nadie! habló de mi buen trabajo con los pitchers en el tope en tierra nica; fue una gran decepción.

“Algo parecido me sucedió cuando regresamos de Canadá. ¿Cuál fue mi premio? Pues, la Dirección de Deportes en mi provincia decidió cambiar todo el cuerpo técnico del equipo de Ciego de Ávila y yo quedé fuera.

“Supuestamente saldría para México a trabajar pero todo quedó en eso, a pesar de lo cual creé un proyecto de béisbol infantil qué ha sido un éxito: jugar en la base, en ciudadelas, poblados, como antes cuando yo era chico. El hombre no se mide por las veces que se cae (lo tumban) sino por las veces que se levante. Sobre esto, me siento muy contento con mi pueblo avileño que me ha respaldado en el proyecto”.

Y ahora, ¿estás realizado en El Salvador, país centroamericano que no tiene cultura beisbolera?

“Siempre me ha gustado trabajar, me siento con facultades para seguirlo haciendo en el béisbol; ayudo al elenco salvadoreño. Todo comienza por algo, ese algo podemos ser nosotros.

“Tengo como objetivo fundamental elevar el nivel de los peloteros de esta hermosa nación hasta que en diciembre regrese. Espero seguir con mis pitchers avileños, en cualquier parte que se me solicite”.

Oye Manuel, esta entrevista no puede concluir sin que me digas por qué todos te conocen por 'camión'.

“Ah. Imagínate. A mi papá le decían así porque, al jugar pelota, no corría mucho, y sabes que a los lentos les dicen: 'parece un camión'.

“Yo entro en la Academia de béisbol en Camagüey y al llegar a la escuela al campo (plan que por muchos años se utilizó en la enseñanza cubana) voy entrando al surco y escucho una voz: 'mira quién llegó, el camioncito'. Jajá.

“Era Félix Book, posteriormente primer bate del equipo Ganaderos, y ahí se me quedó aquel sobrenombre que, al principio de mi entrada en Series Nacionales, popularizó el inmortal Bobby Salamanca, que sabes le sacaba lasca a todo. ¿Y sabes? Me siento orgulloso de ese apodo”.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos

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