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Fallece en La Habana el intelectual cubano Roberto Fernández Retamar

Figura polémica por su respaldo incondicional al régimen de Fidel Castro, su contribución literaria y académica tiene un lugar en la cultura cubana contemporánea con más peso que su triste rol como funcionario plegado al oficialismo.

Roberto Fernández Retamar © UNEAC
Roberto Fernández Retamar Foto © UNEAC

Este artículo es de hace 4 años

El reconocido intelectual cubano Roberto Fernández Retamar falleció este sábado en La Habana, a los 89 años, según informó el Noticiero Nacional de la Televisión Cubana (NTV) en su emisión estelar.

Retamar fue sin dudas una de las más relevantes personalidades intelectuales de Cuba y las letras hispanoamericanas del siglo XX. Se desempeñaba como director de la Casa de las Américas desde 1986 y de su revista (desde 1965), y era miembro de la Academia Cubana de la Lengua y miembro correspondiente de la Real Academia Española.

El comunicado leído en la Televisión Cubana, que no mencionó las causas de su muerte, destacó la figura de Retamar como un "intelectual comprometido con la obra de la revolución". "Ha pasado a la inmortalidad un hombre excepcional", indicó la nota.

Figura polémica por su respaldo incondicional al régimen de Fidel Castro y su papel en decisiones cruciales de la vida sociopolítica del país, su contribución literaria y académica tiene un lugar en la cultura cubana contemporánea con más peso que su triste rol como funcionario plegado al oficialismo. Fue nombrado Profesor Emérito de la Universidad de La Habana, en 1995, y recibió el Premio Nacional de Literatura, en 1989, y el Premio Nacional de Ciencias Sociales, en 2012, así como varios doctorados honoríficos en universidades latinoamericanas y europeas.

Nacido en La Habana en 1930, el interés por las artes plásticas y la poesía definieron su vida profesional desde muy joven. Con apenas 17 años, Retamar fue jefe de información de la revista Alba, entre 1947 y 1948, para la cual entrevistó a Ernest Hemingway, y se sumó como colaborador y entusiasta promotor de la revista Orígenes desde 1951. Comenzó la carrera de Arquitectura pero la abandonó para estudiar Humanidades.

Tras doctorarse en Filosofía y Letras por la Universidad de La Habana, en 1954, estudió lingüística en La Sorbona de París, en 1955, y realizó cursos en la Universidad de Londres, en 1956. Viajó luego a Estados Unidos para desempeñarse como profesor de Literatura en la Universidad de Yale, y en 1958 regresó a Cuba, donde se integró a la lucha cívica contra la dictadura de Fulgencio Batista.

En 1960 fue nombrado consejero cultural en París. Con posterioridad ocupó importantes cargos en el mundo cultural cubano. Fundó la revista Unión, en 1962, junto a Nicolás Guillén, Alejo Carpentier y José Rodríguez Feo. Creó y dirigió el Centro de Estudios Martianos y su Anuario, entre 1977 y 1986, integró y fungió como director de la Academia Cubana de la Lengua, y fue profesor de la Escuela de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Además fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Consejo de Estado (1998-2013).

En su itinerario poético resaltan los títulos Elegía como un himno (1950), En su lugar, la poesía (1959), Buena suerte viviendo (1967), Que veremos arder (1970), Circunstancia de poesía (1974), Hacia la nueva (1989) y Juana y otros poemas personales (1981), donde se incluye la conmovedora elegía “¿Y Fernández?”, dedicada a la muerte de su padre.

Su obra ensayística marcó un hito con Calibán (1971), un texto que se inspira en un personaje de La tempestad, de William Shakespeare, para reivindicarlo como un símbolo de los pueblos colonizados frente a los colonizadores, en rechazo a la visión del intelectual uruguayo José Enrique Rodó. El ensayo, publicado inicialmente en México, fue ampliamente difundido en el continente y pasó a formar parte de los programas de estudios en numerosas universidades de América Latina, Estados Unidos y Europa.

En 2000, el Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, con sede en la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, publicó el volumen Roberto Fernández Retamar y los estudios latinoamericanos, editado por Elzbieta Sklodowska y Ben A. Heller, en el cual se reconoce el trascendental aporte del ensayista a la cultura en lengua española.

Otros de sus ensayos y estudios críticos signficativos son La poesía contemporánea en Cuba (1954), Idea de la estilística (1958), Ensayo de otro mundo (1967), Para una teoría de la literatura hispanoamericana (1975), Introducción a José Martí (1978) y Algunos usos de civilización y barbarie (2003).

Retamar estuvo entre los 27 intelectuales y artistas cubanos que el 19 de abril de 2003 firmaron una carta de apoyo al régimen de Fidel Castro bajo el título de "Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos", el cual constituyó un tácito apoyo a la decisión gubernamental de fusilar a tres cubanos que intentaron escapar de la isla mediante el secuestro de una lancha de pasajeros en la bahía de La Habana. La acción de los firmantes ha sido considerada como una vergonzosa complicidad con la aplicación de la pena de muerte contra ciudadanos que no habían cometido un crimen.

Su esposa por décadas, la historiadora del arte y profesora universitaria Adelaida de Juan, había fallecido en 2018. El matrimonio tuvo dos hijas, Laidi Fernández de Juan, escritora, y Teresa Fernández de Juan, doctora en Ciencias Sicológicas. La cantante Leiden es su nieta.

Cumpliendo su última voluntad, su cuerpo será cremado y las cenizas serán lanzadas al mar. La Casa de las Américas anunciará próximamente un homenaje en su memoria.

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