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Presentador cubano Miguel Eduardo Rodríguez: "La Televisión y el INDER no han sabido aprovechar mi talento"

"En este momento sólo me interesa realizarme artísticamente y ser ¡al fin! reconocido por nuestra televisión”.

Entrevista al presentador cubano Miguel Eduardo Rodríguez © Facebook / Miguel Eduardo Rodriguez
Entrevista al presentador cubano Miguel Eduardo Rodríguez Foto © Facebook / Miguel Eduardo Rodriguez

Este artículo es de hace 4 años

Desde hace varias décadas conozco a mi interlocutor de hoy: un hombre amable, sincero, siempre dispuesto a tender una mano, profesional y laborioso como pocos. Se trata del presentador Miguel Eduardo Rodríguez.

Eres un habanero de pura cepa, sin embargo, no naciste en la capital.

“Así es. Soy hijo de María y Miguel, ambos fallecidos, y el 7 de junio de 1967 mi mamá fue a Sancti Spíritus a visitar a su hermana y ahí mismo decidí yo venir a este mundo, mirando el puente del Yayabo. Pero a la semana estaba frente al Capitolio. Soy industrialista ciento por ciento aunque, por supuesto, que amo la tierra espirituana y en sí, a toda mi bella Isla”.

¿Hijos?

“Tres. El mayor, José Carlos, de 20 años, y el menor, Carlos Miguel, 13, viven con su mamá en Miami; el del medio, Miguel Eduardo, de 17, está conmigo en La Habana”.

Sé de tus inclinaciones por el deporte desde edades tempranas. ¿Por qué el cambio?

“Fíjate, desde pequeño siempre quise ser lo que soy. Me encantaba animar, hablar, aunque empecé por el deporte. Estudié en la ESPA provincial que se hallaba en Marianao, conocida por CEDA (Centro Experimental de Desarrollo Atlético Manuel Permuy). Esto fue a principio de los 80.

“Allí practiqué ciclismo aunque siempre actuaba en las obras que se montaban en la escuela. Te puedes imaginar que no di para pedalista y matriculé en el IPUEC (pre en el campo) Mayía Rodríguez ubicado en Güira de Melena.

“En el grado 12, mi inclinación era hacia el Periodismo, pues yo era el corresponsal voluntario de la FEEM (Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media). Incluso, me publicaban en el periódico Juventud Rebelde.

“En esa época conté con el apoyó de la gran maestra Magaly García Moré, reconocida pluma cubana en esos tiempos. La profe Magaly me abrió las puertas de ese maravilloso mundo reporteril”.

Pero tú no te das a conocer como periodista sino como animador.

“Claro, es que en ese duodécimo grado me seleccionan para participar en el programa televisivo Joven Joven que se trasmitía los domingos por el canal 6, a las doce meridiano, en vivo.

“Es entonces cuando sale a cantar Leonor Zamora, muy famosa por ese tiempo, se me acerca y yo, ni corto ni perezoso, me pongo a cantar con ella.

“Al concluir el programa, ese tremendo director que es Pedraza Ginori me llama para incorporarme al espacio. Estamos hablando del año 1983. Estuve haciéndolo tres meses, pero como yo estaba becado fue imposible continuar en él. No podía asistir a los colectivos, por ejemplo, y eso en la TV es un ABC.

“Pero esos tres meses me bastaron para darme cuenta de lo que en realidad quería hacer en mi vida. A partir de ahí no había acto, festival, encuentros deportivos o culturales, de las enseñanzas media y superior que no contaran con mi presencia”.

Recuerdo a Miguel Eduardo en el popular Joven Joven junto a otras figuras que de una forma u otra, dentro o fuera del país, siguieron en el medio televisivo, y hay una gran verdad: Miguel Eduardo había nacido para el mundo, difícil mundo de la animación.

¿Qué estudiaste, después de graduarte del pre?

“Con 17 años matriculé en la Facultad de Filosofía e Historia la carrera de Licenciatura en Historia, en la Universidad de La Habana.

“¿Te digo algo? Me expulsaron en segundo año por inasistencias pues no había actividad cultural en la que este cubano no estuviera, ya sea como conductor o actor de teatro, en donde fuera.

“Recuerdo las obras Molinos de Viento, Galápagos, la Cuadratura del Círculo con el grupo teatro de Olga Alonso, dirigido por Humberto Rodríguez; obras que llevamos a lo más intrincado de la Sierra Maestra”.

¿Te profesionalizaste como actor?

“Bueno… no. Empecé a trabajar como guía de recreación en Tarará (Ciudad de los Pioneros José Martí) el 31 de marzo de 1988. Organizaba cuantas actividades podía, algo que me sirvió de base para lo que hago ahora”.

¿No regresas a la Universidad?

“Sí, pero en el Instituto Superior de Cultura Física Fajardo, donde me gradué de Licenciatura en Deportes, especialidad Recreación. Egresé en 1994. Mientras tanto me mantenía en Tarará, en esa hermosa etapa que constituyó el regreso a la esperanza de los niños dañados por la planta nuclear de Chernóbil.

“Fueron momentos preciosos con esos pequeños. Esa actividad la simultaneaba con el Grupo Nacional de Recreación de la UJC. Hice múltiples actividades, sobre todo las dirigidas a poblaciones alejadas de los centros de las ciudades, que mostraban su alegría cuando nos veían”.

Nada cercano a la televisión.

“Pues mira, para que veas, trabajando en Tarará, hacen un casting para un nuevo programa juvenil que no era más que un remake de Para Bailar y al que nombraron Para que tú lo bailes. Lo mismo con lo mismo, jajá”.

¿Qué pasó en el casting?

“Me aprobaron e hicimos el Programa Cero que salió al aire y una comisión de locutores de la tele planteó que ni Sandrita (actualmente prestigiosa conductora de Hola Habana del canal de la capital) ni Andy Vargas (popular narrador de la deportiva emisora radial COCO) ni yo teníamos condiciones para seguir en los medios.

“¡Nada! Como decimos siempre: ¡Cosas del Orinoco! Eso me causó gran decepción porque, al final de cuentas, hacer ese trabajo, conducir, animar, era mi objetivo en la vida, y solo tenía 23 años.

“¡Cómo van a destruir a un joven así! Y, por supuesto, ninguno de los tres pudimos seguir en el programa”.

Quiero hacer un aparte en la conversación con Miguel Eduardo. Yo era joven cuando Para bailar, todavía joven para los otros programas que le siguieron con igual temática y… mucho menos joven para los que actualmente se difunden, y ¡señores! Si los comparan ¡apaga y vamos! Yo quisiera saber qué comisión de animadores, locutores, artistas, evalúa ahora a los muchachos que conducen estos espacios dirigidos a las más jóvenes generaciones. ¡Por Dios! La involución es notoria, salvo alguna que otra excepción que siempre existe. Pero, bueno, sigo con mi entrevistado.

¿Te desanimaste tanto por el rechazo tras el Programa Cero como para dejar tus sueños a un lado?

“No, para nada. Estando en Tarará, la directora de animación de Playas del Este me vio trabajando y me solicitó que fuera de activista de animación para la villa Las Brisas de Santa María del Mar, donde existía un cabaret.

“Yo fui de locutor, pero se me ocurrió añadir al guión una sección participativa de mi autoría y eso se convirtió en algo muy aceptado, tanto fue así que el afamado director de la TVC, Julio Pulido, me invita a un programa que iba a salir como parte del verano televisivo, con el nombre de Contigo de 12 a 1 en Expo Cuba, que al final fue dirigido por Ángel Hernández Calderín.

“Ahí animábamos Rebeca Martínez, Mandy López y yo. A partir de ahí Vicente González Castro, maestro de maestros en la tele, me llamó para formar parte del elenco del espacio ¿Quién sabe? que salió al aire en vivo por Cubavisión los sábados a las 4:30 de la tarde, y que se extendió por tres años, entre 1998 y 2001”.

Puedo añadir que ese programa marcó índices de teleaudiencia; fue un suceso en la televisión.

“Por ahí pasó la crema y nata de la cultura, el deporte y en sentido general, de la sociedad cubana; por ejemplo, Consuelito Vidal, quien narró conmigo la sección del palo encebado, muy recordado. En esa ocasión me dijo que siempre me había seguido y que le gustaba mucho mi forma de trabajar.

“¿Te imaginas tú lo que eso significó para mí que la mejor conductora de la historia de la televisión cubana me dijera eso? También fueron invitados de ¿Quién sabe? Alberto Juantorena, Daysi Granados, Enrique Almirante, doctores eminentes, el psicólogo Manuel Calviño, Javier Sotomayor, entre otros muchos.

“Lo conducíamos Ismael Cala, quien trabajó durante años para la CNN, y Milena, que radica en Italia”.

Realmente entre tus 20 y 30 y algo tuviste una activa participación en los medios.

“Por supuesto. Fíjate que después de ¿Quién sabe? trabajé en Justo al medio que se trasmitía los domingos a las 12 meridiano junto a Carlos Otero, Carmita Ruíz, otros humoristas entre los que se hallaban la gente de Pagola la Paga; programa que era dirigido por Julio Fuentes”.

Ya por ahí eras un conductor consagrado, conocido y respetado por el pueblo. Corría el año 2002 cuando el propio Fuentes te llama para rescatar su programa Super 12, que tras un mes de salida al aire no tenía rating.

“Así fue, y mira, yo conducía junto a una muy joven colega, Yasbel Rodríguez (la que actualmente anima con Jorgito Martínez Sonando en Cuba), y el programa en solo un mes ocupó los primeros planos en le preferencia nacional.

“Trabajé un año y medio y cuando mejor estaba, profesionalmente hablando, de forma inesperada, increíble, me llama Julio Fuentes y me dice que ya estaba viejo para el programa y quedo fuera del colectivo. ¡Dime algo!”

¿Así, sin más ni más?

“Sí, total, el programa no duró un año más: el rating bajó; la gente me pedía pero ¿para el caso que hacen en el ICRT? Era una decisión tomada que entonces y ahora considero injusta. Era la segunda vez que me ocurría, la primera fue en Para que tú lo bailes, pero era más joven, podía asimilarlo todo”.

Miguelito pero hay un hecho cierto: tú nunca abandonaste tu profesión; tu historia en cabarets es larga.

“Claro, ¿de qué iba a vivir? Yo era animador de cabarets y clubes como el Café Cantante del Teatro Nacional, el Habana Café del Cohiba, el Carabalí, el Café Amor, Kasalta, y eso lo mantengo en muchos sitios, incluso, me presento con mi proyecto audivisual XL.CU”.

¿?

“Mira, te propongo terminar con mi presencia en los medios y luego te explico mi proyecto. Con Víctor Torres, prestigioso director también de la tele, hice En Vivo de Arriba Abajo que era trasmitido los lunes, miércoles y viernes a las 2 pm desde el Café TV del edificio Focsa en nuestra capital”.

¿De qué iba el programa?

“Consistía en entrevistar a personalidades de la cultura cubana, presentar a las agrupaciones musicales que eran invitadas; todo en un ambiente casual pues el público presente era el que en ese momento degustaba los platos que allí se servían. Era algo muy ligth.

“Fue un éxito del verano del 2015, con el cual cerré momentáneamente mi presencia en un espacio habitual televisivo aunque, por supuesto, he intervenido en presentaciones, galas, premiaciones, espectáculos; por ejemplo, en la Serie Mundial de Boxeo, la entrega de los premios Caricatos de la UNEAC, la gala por el aniversario del programa Entre tú y yo'”.

Tocaste un punto del cual quería hablarte. Me dio mucha alegría verte como presentador, en español e inglés, de la Serie Mundial de Boxeo, torneo que tiene que ser precedido por un espectáculo artístico del cual tú eras el director.

¿Qué pasó que en tu lugar apareció el comentarista Evyan Guerra?

“En efecto, sólo pude hacer las presentaciones iniciales. Te cuento: yo expuse el proyecto de la parte artística a Karin Bouzidi, quien entonces era presidente de la WSD, entidad que organizaba la Serie Mundial, en la que Cuba se incorpora en su cuarta edición.

“Supe que estaban buscando quién se ocupara de la parte artística y fui al INDER a hablar con el presidente de la Federación de Boxeo, Alberto Puig de la Barca, quien aceptó mi plan y así me convierto en el organizador del evento, el cual tenía que cumplir con los requerimientos internacionales”.

Que por lo visto en las transmisiones son bastante exigentes ¿no?

“Sí. Exigen decoración artística, pantallas, presentación de cantantes de primer nivel, utilización de modelos entre rounds, lo que te podrás imaginar, eran elementos muy novedosos para el público cubano”.

Tan novedoso que no faltaron los “peros”, ¿o me equivoco?

“Para nada. Empecé a chocar con la mentalidad anquilosada de algunos dirigentes (hago la salvedad algunos, porque ciertamente no todos fueron intransigentes).

“Por ejemplo, las luces tenían que ser fijas, no podían moverse; las modelos no podían salir por la tele; en el concepto de animación, después de haber hecho yo los primeros cuatro programas me llamaron para decirme que lo tenía que asumir un comentarista deportivo.

“Sin comentarios. Mantuve ese año la organización para no hacer quedar mal al país, pero al año siguiente, aunque me llamaron, ¡no acepté!”

¿Quién lo hace ahora?

“No sé, me imagino que la propia Televisión. Quiero añadir que yo fui quien propuso a Evyan para sustituirme como presentador, algo que agradezco me hayan respetado”.

El público cubano está habituado a verte en actividades deportivas, ¿ha sido la Serie Mundial de Boxeo la que más te satisfizo hacer?

“No, fue la Gala de Premiación de los Mejores Atletas del año 2004, el año olímpico de los Juegos de Atenas. El escenario fue el Gran Teatro de La Habana, el guión y la conducción fueron míos.

“Logré que cada presentación musical de orquestas o solistas así como grupos danzarios coincidieran con el deporte que se premiaba. Para mí ha sido mi máximo aporte a mi deporte, sobre todo teniendo en cuenta que días antes había fallecido mi mamá. Para colmo, y para no perder la costumbre, ¡la Televisión Cubana no me puso en los créditos!”

Recuerdo aquella hermosa velada como si fuera hoy. A mí me tocó realizar la cobertura informativa y, por supuesto, que yo sí le dí el lugar que merecía al talentoso Miguel Eduardo.

Antes de hablar de tus proyectos actuales, ¿merecimientos, premios en tu carrera?

“Entre mis logros, en el 2005 recibí el premio Enrique Almirante en la categoría de dirección artística en mi agencia Caricatos por la trayectoria.

“Pero el mayor de los premios ha sido y será el reconocimiento que proviene del pueblo, de ese cubano de a pie que me respalda, me respeta, me quiere. Porque, sin ínfulas ni autosuficiencia alguna, considero que las entidades, Televisión, Inder, etc, no han sabido aprovechar mi talento”.

Me quedo mirando a este aún joven hombre y pienso en la mediocridad que tanto abunda hoy día, y para ser justos, no sólo en nuestra Televisión.

He tenido la oportunidad, a propósito de mis visitas a mis hijos en Estados Unidos, de ver programas y noticieros de otros países latinos y, sinceramente, sus presentadores, en algunos casos, dejan mucho que desear.

Entonces en Cuba tenemos uno de los buenos, un fiel seguidor de los Cepero Brito, Consuelito Vidal y Germán Pinelli (no quiero decir que sea como ellos pues ellos fueron únicos), y lo desaprovechamos porque sí.

Y precisamente sobre el talento te pregunto Miguel Eduardo, ¿los mejores conductores, presentadores, animadores cubanos de todos los tiempos para ti?

“Los mismos que acabas de mencionar. Consuelito, Cepero, Pinelli prestigiaron una etapa dorada de la TVC. Y salvando las distancias porque ellos, como bien dijiste, eran únicos, me inclino por Sandra Hernández, la del Canal Habana, Héctor Fraga, Marino Luzardo, Raquelita Mayedo Yy Edith Massola.

“Lamentablemente, en estos tiempos, la animación es una asignatura pendiente, incluso, han tenido que echarles mano a actores y actrices para conducir y, por supuesto, los Consuelito, Pinelli y Cepero no existen”.

Bueno, es hora de hablar de tu vida profesional actual, tu proyecto XL.CU.

“Comienzo diciéndote que su slogan es Fiesta grande de Cuba. Organizo eventos de todo tipo, cenas corporativas en hoteles y sitios privados, convenciones y congresos, galas, premiaciones, fiestas de trabajadores, espectáculos privados diversos en cabarets, empresas, centros nocturnos, etc.

“Es un proyecto audiovisual que pertenece a la empresa Caricatos, en el cual, además del habitual soporte tecnológico, presento todo un espectáculo audiovisual en el que combino diferentes objetivos: divertir, estimular el conocimiento, expandir la cultura, tanto cubana como foránea. Para lograr ese objetivo pongo en práctica mis experiencias en la tele cubana y en programas internacionales en los que he concursado.

“Por ejemplo, en Tropicana de Matanzas, Anfiteatro y hoteles de Varadero, Patio de Artex de Jagüey Grande, centro cultural Atenas hago regulares presentaciones”.

¿Te has mudado para Matanzas?

“Mira, es bien cerca, se me facilita y económicamente aceptable. También en La Habana trabajo: Guanimar de Guanabo, en el complejo Morro-Cabañas y en diversas plazas de la provincia de Mayabeque”.

¿Estás peleado con el Oriente del país?

“Para nada, el problema es que mientras más lejos más costosa la producción. Yo tengo que mover pantallas, luces, videos, equipos de música. Te darás cuenta”.

Me imagino aprovechas todo ese andamiaje para realizar también campañas que apoyen a la sociedad cubana. Te he visto, por eso te pregunto.

“Sí, estamos empeñados en que, además de lo artístico, musicales u humorísticos llevar un mensaje social: No fume, no beba conduciendo, no a las drogas”.

¿Con quiénes trabajas en sentido general?

“Conmigo han trabajado todos los organismos del país, los humoristas, músicos; te incluyo al Tren de la Música Cubana, los Van Van que animamos juntos el Tropicana yumurino ahora en el verano”.

¿Tu equipo, cuántos lo integran?

“Son doce jóvenes, hombres todos, que pertenecen a Caricatos. Son DJ, VJ, anotadores, diseñadores, especialistas de luces”.

¿Y esa discriminación con las muchachas?

“Para nada. En La Habana me apoya un grupo de bailarinas, pero resulta engorroso su traslado fuera de la capital”.

¿Planes futuros para Miguel Eduardo?

“Tengo en mente, sueño, con un programa de televisión que quiero someter a la consideración, primero de la TVC, y si no gusta, pues utilizar una de estas dos variantes: presentarlo a una televisora de Miami (que ya me lo solicitó aún sin haberlo yo concluido como proyecto) o a nuestro ya famoso paquete, auspiciado por un sponsor”.

Aunque me imagino tu respuesta, ¿cuál de estas opciones te agradaría más?

“Hacer un programa nocturno de sábados, como los de antaño cuando surgió la televisión en la década de los 50 y hasta los 80, y que fuera trasmitido por la Televisión Cubana”.

Eso presupone que ganarás mucho menos.

“No importa. En este momento sólo me interesa realizarme artísticamente y ser ¡al fin! reconocido por nuestra televisión”.

¿Por qué has sido el chico 'fatal' desde el punto de vista televisivo?

“A veces hay misterios que uno desconoce. También hay que valorar que hasta el 2015 yo laboré con asiduidad en la tele. Mi desaparición en este último cuatrienio no la entiendo. Y como decía el profesor Eduardo Dimas, analista político del Noticiero Nacional de Televisión, 'saque usted sus propias conclusiones'”.

Pues yo prefiero no sacar ninguna y esperar que el exquisito proyecto de Miguel Eduardo fructifique y sea aceptado por la TVC para que ese vacío televisivo que existe los sábados en la noche sea bien aprovechado por un programa cuya calidad prácticamente está asegurada por un excelente realizador y conductor como nuestro entrevistado de hoy, Miguel Eduardo Rodríguez.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos

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