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Cubanos cuentan su experiencia en Wuhan, la zona cero del coronavirus chino

Los jóvenes aseguran que están aumentando las cifras de pacientes recuperados y confían que la epidemia se controlará.

Odette Báez y Samuel Junco © Prensa Latina
Odette Báez y Samuel Junco Foto © Prensa Latina

Este artículo es de hace 4 años

Dos jóvenes cubanos que residen en Wuhan, la ciudad china donde brotó el coronavirus 2019-nCoV, develaron cómo han sido estos meses tras desatarse la epidemia que mantiene en vilo al país y a buena parte del mundo; una experiencia inédita en sus vidas que para colmo tienen que pasarla lejos de los suyos.

Odette Báez relató a la agencia Prensa Latina que supo del coronavirus el 31 de diciembre, y sin que nadie le indicara, decidió empezar a usar máscaras y evitar lugares con muchas personas.

“Observaba que en aquel momento las personas no habían tomado en serio la existencia de este virus, dado que los casos de entonces eran unos 27 aproximadamente. Me sorprendía que no sintieran el impacto de la situación”, comentó.

Por aquellos la ciudad estaba centrada en las preparaciones de la celebración del Año Nuevo Chino. Poco después todo cambió: primero se instalaron detectores de temperatura en las estaciones de trenes y en el aeropuerto para detectar a personas con fiebre, hasta que la ciudad fue declarada en cuarentena.

“Recuerdo que el 23 de enero a las 10 de la mañana el metro dejó de funcionar y otros medios de transporte público. Personalmente creo que es bastante impactante, sientes una tensión, que la situación es más seria de lo que imaginabas, pero me parece efectiva porque Wuhan es donde se originó este virus y donde más casos se reporta”, añadió Odette.

Ese fue el último día que salió de su casa. Fue a un supermercado y confirmó que todos usaban nasobucos, hacían grandes compras y algunos guardaban distancia entre sí.

La joven confesó que le ha emocionado la solidaridad entre los ciudadanos. En una ocasión, comenzaron a enviarse mensajes para que a las ocho de la noche, todos se asomaran por las ventanas, cantaran el himno nacional y gritaran ‘Wuhan Lái ba’, que significa ‘'vamos, Wuhan; puedes, Wuhan; dale, que puedes’. La frase está escrita en los edificios y las luminarias de la ciudad.

“Ahora mismo creo que lo que queda es ver cómo va a concluir esta situación, aún la ciudad sigue en cuarentena. Lo más positivo que podemos ver es que hay mucho más recuperados que personas fallecidas, lo cual genera una esperanza de que pronto la situación va a mejorar”, concluyó.

Otro cubano en Wuhan es Samuel Junco, profesor y consultor jurídico. Él recordó cómo al principio de la crisis, la población y las autoridades se mostraron un poco escépticas a reconocer que el brote desencadenaría en una epidemia.

“En aquel momento las medidas que se tomaron fueron el aislamiento, el control y la observación de las personas que habían tenido contacto directo con el mercado de comercialización de animales salvajes. También hay que entender que en aquel momento la transmisión entre humanos no estaba probada”, señaló.

Junco se refirió a la actitud de los extranjeros que viven en la localidad, que en su opinión se han comportado de forma coherente y han cooperado con la población local. Actualmente existe una línea de ayuda en inglés para extranjeros que funciona las 24 horas.

Al experto legal le han impresionado las medidas tomadas, sobre todo la construcción de dos hospitales especializados en tiempo récord.

“En un principio hubo cierta descoordinación debido a lo novedoso de la situación y todo el pánico y el caos social que se crea, lo cual es normal. Pero se controló rápidamente. Hay una eficiente difusión de información que ayuda a concientizar a las personas acerca de lo que está ocurriendo y de cómo deben protegerse”, recalcó.

“Pienso que sí, van a poder remontar la situación. Cuentan con los recursos, con el personal calificado, con la voluntad y además con una ayuda desde el exterior que se va incrementando cada vez más para tratar de minimizar el impacto de esta nefasta epidemia”, concluyó.

VIDEO DE SOLIDARIDAD

Un grupo de artistas cubanos residentes China grabaron una canción de apoyo al pueblo chino que es sobre todo un homenaje al personal que está luchando contra la epidemia del coronavirus.

Se trata del tema Tears in heaven (Lágrimas en el cielo) del británico Eric Clapton, que contó con el arreglo y la producción de Geovany González Mejías, y la interpretación de músicos cubanos que trabajan en el Hotel JW Marriot Intercontinental Tangram, de la ciudad de Harbin.

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