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Cubano lleva más de un año en centros de detención de EE.UU.: "Me preocupo cada día por mi supervivencia"

Yudanys Pérez es uno de los más de 6.400 detenidos en los centros de detención del ICE en Estados Unidos que han contraído el COVID-19.

Personas en Centro de Detención de ICE Winn de Luisiana. (imagen de referencia) © Captura de pantalla de FOX News
Personas en Centro de Detención de ICE Winn de Luisiana. (imagen de referencia) Foto © Captura de pantalla de FOX News

Este artículo es de hace 3 años

9 oct (Reuters) - Yudanys Pérez, agricultor cubano de 31 años, llegó a la frontera entre México y Estados Unidos después de haber cruzado por casi una docena de países para buscar asilo político en Estados Unidos.

Más de un año después, Pérez sigue encerrado. Mientras se decide su caso, ha sido trasladado a seis centros de detención de inmigrantes y se le ha negado la libertad condicional en siete ocasiones.

En mayo, según los registros médicos, dio positivo al coronavirus. Durante más de un mes, sufrió fiebre, temblores y diarrea en un dormitorio con docenas de otros detenidos enfermos, dijo durante una entrevista telefónica desde el Centro Correccional de Winn, en la zona rural de Luisiana.

"Especialmente desde que comenzó la pandemia del coronavirus, me preocupo cada día por mi supervivencia", declaró este año en una demanda federal en curso presentada en nombre de cientos de solicitantes de asilo detenidos.

Pérez dijo que salió de Cuba después de ser arrestado y agredido por la policía porque se negó a participar en actividades progubernamentales.

Al representarse a sí mismo en el tribunal de inmigración de Estados Unidos, perdió su caso de asilo en enero, en parte debido a una norma del gobierno de Donald Trump que exige a los inmigrantes solicitar asilo primero en los países por los que viajan. Desde entonces, la regla ha sido impugnada en la corte federal.

Su apelación fue desestimada por llegar tarde y se ordenó su deportación, según los documentos. Pero Cuba no ha aceptado ningún vuelo de deportación desde finales de febrero, según el ICE.

Imposibilitado de salir de la detención y no dispuesto a regresar a su país de origen -incluso si es posible-, Pérez está tratando de reabrir su caso de asilo.

Mientras tanto, sus compañeros detenidos en Winn han estado inquietos, afirmó.

El 19 de septiembre, contó, un grupo de hombres en otro dormitorio prendió fuego a su ropa de cama. ICE confirmó que hubo un "pequeño" incendio que se apagó rápidamente después de que cuatro detenidos metieron una sábana en un microondas.

"Estaban protestando por el tiempo que llevaban aquí", indicó Pérez.

En medio de una emergencia de salud global, los inmigrantes están siendo retenidos por el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) por más tiempo que en cualquier otro período en por lo menos una década, de acuerdo con los datos del ICE sobre medias mensuales analizadas por Reuters. Más de 6.400 detenidos han contraído el COVID-19 en los centros de detención del ICE en el país y ocho han muerto.

Reuters habló con 20 personas de África y América Latina que dijeron que habían estado detenidos por el ICE durante más de seis meses. Cada uno de ellos describió condiciones de hacinamiento, a veces insalubres, que hacían virtualmente imposible el distanciamiento social y dificultaban el control de las infecciones por COVID-19 y otras enfermedades.

La agencia también ha continuado transfiriendo detenidos entre centros durante la pandemia, sembrando o exacerbando brotes en algunos casos.

Más de 2.600 detenidos son solicitantes de asilo que han pasado la primera revisión y están a la espera de que se resuelvan sus casos judiciales, según los datos del ICE. El gobierno de Trump dice que muchas solicitudes de asilo son fraudulentas, ha tratado de reducir el número de personas que pueden optar y mantener más detenidos a la espera de los procedimientos judiciales.

Los centros de detención albergan ahora menos de la mitad de las personas que antes de la pandemia -menos de 20.000 a principios de octubre-, en parte porque las medidas sanitarias de emergencia establecidas en marzo han permitido a las autoridades expulsar a casi 150.000 migrantes en la frontera.

Al mismo tiempo, los datos del ICE muestran que la cantidad promedio de tiempo que los inmigrantes pasaron en detención en Estados Unidos casi se triplicó a tres meses en septiembre en comparación con septiembre de 2016, antes de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo. Los detenidos en septiembre de 2020 estaban siendo retenidos casi el doble de tiempo que en septiembre de 2019.

Los funcionarios del ICE no discutieron las conclusiones de Reuters sobre el aumento de los períodos de detención. La agencia dijo que la pandemia ha obstaculizado la rápida deportación de los detenidos porque algunos países han cerrado sus fronteras o no están dispuestos a aceptar sistemáticamente a los retornados. El ICE también dijo que la crisis de salud ha retrasado los procedimientos de los tribunales de migración de Estados Unidos y las revisiones de las solicitudes de asilo.

La portavoz del ICE, Danielle Bennett, dijo que la agencia está "comprometida a cumplir con las directrices de los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos en cuanto a los niveles de detención y a minimizar la propagación del virus".

Las determinaciones sobre quién es liberado se hacen caso por caso "como una cuestión de discreción, como una cuestión de control de la ley o por decisión de la corte", dijo Bennett.

"MUY ATERRADOR"

La agencia podría hacer un mayor uso de su amplia discreción dejando a más detenidos en libertad condicional, fianza o bajo su propia responsabilidad, dijeron varios abogados de inmigración, exfuncionarios del ICE y expertos en salud pública familiarizados con las prácticas de detención del ICE.

Algunas de estas fuentes dijeron que los migrantes podrían ser retenidos más tiempo debido a la forma en que se financia el sistema de detención.

El Congreso analiza las cifras de detención promedio del año anterior para decidir cuánto asignar al ICE y a su matriz, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS).

"Debido a las severas prácticas del gobierno de (Donald) Trump en la frontera, el número total de detenidos bajo custodia del ICE está muy por debajo de los niveles presupuestados", dijo Kevin Landy, un exfuncionario del ICE. "Esto crea un incentivo para que el DHS limite las liberaciones discrecionales de detenidos y ralentice los procesos de asilo, para mantener la mayor cantidad de población detenida".

En respuesta, el ICE dijo que el 2020 era un año excepcional debido a la pandemia y que el Congreso probablemente lo tendría en cuenta al establecer los niveles de financiación del próximo año.

En general, alrededor de la mitad de las personas actualmente detenidas han sido condenadas por delitos en Estados Unidos y a menudo entran en custodia después de haber terminado de cumplir las sentencias de cárcel o prisión, según datos del ICE.

En 2019, las condenas más comunes fueron por conducir en estado de ebriedad, seguidas por delitos de drogas, violaciones penales de inmigración -como cruzar ilegalmente la frontera varias veces- y delitos de tráfico, como conducir sin licencia.

Alrededor de un tercio de los detenidos han cometido infracciones civiles de inmigración, como la prolongación de la estancia en el país. Estas personas son las que permanecen más tiempo detenidas, más de cinco meses en promedio en septiembre, según datos del ICE. El resto de los detenidos han sido acusados de delitos pero aún no han sido condenados.

Reuters habló con una gran variedad de detenidos: hombres y mujeres de Burkina Faso, Malí, Sierra Leona, Sudán, Cuba y Venezuela, así como de México y América Central.

Sandra Cervantes, de 26 años, cuyos padres la trajeron de México cuando tenía 6 meses de edad, perdió la protección de la Acción Diferida para la Llegada de los Niños (DACA) después de haber sido condenada por conducir en estado de ebriedad causando lesiones. La residente de Los Ángeles dijo que le dieron cinco años de libertad condicional.

En agosto de 2019, volvió a comparecer ante un juez después de perder una cita de libertad condicional en junio, según los registros del tribunal. Los registros de la policía muestran que ella reportó haber sido violada y encarcelada sin motivo ese mes, algo que, según ella, le impidió asistir a su propio caso criminal.

Fue liberada por la corte pero fue detenida por el ICE ese mismo día y desde entonces ha estado en el centro de detención de Adelanto, cerca de Los Ángeles, luchando contra la deportación a un país en el que vivió por última vez cuando era bebé. "Estoy muy arrepentida por lo que pasó", dijo de su delito de conducir en estado de ebriedad.

El ICE dijo que Cervantes era un "extranjero criminal convicto, que el juez de inmigración ha ordenado expulsar".

Más de 100 detenidos de Adelanto han dado positivo en COVID-19 desde principios de septiembre, según datos del ICE. Al menos 16 detenidos han sido hospitalizados por síntomas relacionados con COVID desde entonces, pero la mayoría se han recuperado y han regresado al centro, dijo el ICE. La agencia dijo que provee máscaras protectoras al personal y a los detenidos en Adelanto, desinfecta regularmente las áreas comunes y está alternando las comidas y los tiempos de recreación.

Pero a Cervantes le preocupa contraer el coronavirus en su dormitorio, donde se aloja con otras nueve mujeres. "Está un poco sucio aquí y estamos cerca la una de la otra", dijo.

Una antigua compañera de dormitorio dijo que tenía las mismas preocupaciones. Los detenidos no infectados se mueven por las mismas zonas comunes que los que están en cuarentena, dijo Silvia Ramírez, de 37 años, una ciudadana mexicana que dijo a Reuters que fue detenida después de terminar una sentencia de cárcel por manejar por tercera vez en estado de ebriedad.

"Usan el mismo microondas que nosotros, tocamos las mismas cosas, comen en las mismas mesas", dijo Ramírez, quien ha vivido en Estados Unidos desde que tenía 5 años y está luchando contra la deportación. "Es muy aterrador".

Ramírez, que tiene presión arterial alta -por lo que está en mayor riesgo de enfermar severamente- fue liberada el viernes pasado tras una orden de un juez federal en una demanda presentada en nombre de los detenidos de Adelanto. Allí estuvo seis meses.

(Reporte de Mica Rosenberg en New York, Kristina Cooke en Los Ángeles. Editado en español por Javier López de Lérida)

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