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Entrevista a Yudi Abreu: Chile me acogió como a un hijo y estoy agradecido

"Llevo 10 años viviendo en Chile; los últimos cinco en la ciudad de Osorno trabajando en un Colegio Jesuita que se llama San Mateo y además soy jefe de entrenadores del Club Español de Osorno, a cargo de todas las series del equipo de básquet"; dice en esta entrevista el jugador de baloncesto cubano Yudi Abreu.

Jugador de baloncesto cubano Yudi Abreu, actual jefe de entrenadores del Club Español de Osorno en Chile © Collage CiberCuba / Cortesía Yudi Abreu
Jugador de baloncesto cubano Yudi Abreu, actual jefe de entrenadores del Club Español de Osorno en Chile Foto © Collage CiberCuba / Cortesía Yudi Abreu

Este artículo es de hace 3 años

¿Cuántas veces nos hemos preguntado dónde está, qué hace, se habrá ido un deportista o artista cubano que ocupaba titulares y, de pronto, prácticamente desaparece?

Uno de esos es el gigantón del básquet villaclareño, Yudi Abreu, uno de los deportistas más corteses, amables, comunicativos que yo haya tenido la oportunidad de entrevistar.

¿Quién no recuerda al espigado delantero, rápido en el contraataque, 'asesino' cerca del canasto, muy fuerte en la defensa, agresivo, reboteador en ambos sentidos? Oriundo del Condado en Santa Clara, 1 metro 98 centímetros de estatura,14 años en la selección nacional; hoy Coordinador de Deportes del colegio San Mateo Osorno en Chile.

Un placer hablar contigo después de tantos años. Te recuerdo siempre al acecho de cada canasta, cada dribling, cada acción de nosotros sobre la cancha para después irnos encima con tu micrófono.

Llevo 10 años viviendo en Chile; los últimos cinco en la ciudad de Osorno trabajando en un Colegio Jesuita que se llama San Mateo y además soy jefe de entrenadores del Club Español de Osorno, a cargo de todas las series del equipo de básquet.

Estoy categorizado como entrenador FIBA nivel 1 entrenador coach nivel 2. He estudiado y trabajado mucho para conseguir eso.

De mis padres aprendí a no rendirme jamás, aprendí a luchar por lo que quería sin llantos ni lamentaciones; aprendí a ser buen hijo, hermano, padre. Por cierto, tengo un solo hijo, Cristian Dwayne. En estos momentos estoy casado con Mariana Gómez, una chilena con la que he decidido echar raíces.

Cortesía Yudi Abreu

¿Cómo llegaste a Chile?

Llegué por la invitación de un amigo y al momento me dieron trabajo como entrenador. Este país me acogió como a un hijo y estoy agradecido. Desde el 2012 he conducido equipos chilenos a giras por Estados Unidos y Brasil como entrenador de la selección nacional femenina ( 2012), he ganado y ocupado lugares de privilegio en campeonatos chilenos de diferentes categorías y sexos, también en certámenes sudamericanos.

Con el club Español de Osorno, al cual pertenezco en la actualidad, he alcanzado triunfos como campeón nacional federado sub 15, monarca liga Saesa sub 15 y titular nacional federado de clubes sub 15, todos en 2019. Este año, como a todos, la pandemia nos ha limitado mucho.

Cortesía Yudi Abreu

¿Siempre te inclinaste por el deporte de las cestas? Con tu elevada estatura seguro que más de un entrenador te habría echado el ojo para el voly, el básquet, el balonmano.

A los nueve años comencé a practicar básquet y béisbol pero ya a los once me decidí por el deporte de las cestas, todo esto en el área deportiva El Palacio, en la ciudad de Santa Clara, en pleno Condado, un barrio muy deportivo. Mis primeros entrenadores fueron Arsenio Rodríguez, “Milito” y el Rufo.

Continúe por la pirámide del alto rendimiento y en la categoría 13-14 años, estuve en la EIDE provincial y recibí clases de César Valdés padre y Rodolfo Rodríguez. Te menciono a mis entrenadores porque a todos les debo algo de lo que después logré en mis 14 años en la selección nacional.

Un día me contaste que en tus inicios habías decidido dejar la práctica del baloncesto ¡qué gran error hubieras cometido!

Tienes buena memoria. Aquello fue una gran lección. Íbamos de regreso a Santa Clara después de haber competido en La Habana en una justa de 13-14 años y en medio del recorrido el profe informó que cuatro jugadores villaclareños habían sido elegidos para integrar un equipo CUBA que jugaría con una escuadra similar en República Dominicana y… ¿cuál no sería mi decepción al conocer que yo no era uno de esos cuatro muchachos?

Lloré hasta que me quedé sin lágrimas, juré a mi mamá que nunca tocaría una cancha, pasé el resto de las vacaciones encerrado en mi casa por la vergüenza conmigo mismo de no hacer ese equipo Cuba.

Comenzó el curso escolar en septiembre y no me presenté, mi mamá me dijo que tendría que irme a otra escuela y fue entonces que los profesores de la EIDE me fueron a buscar y me convencieron para que regresara, lo que hice pero, con un solo objetivo, no parar hasta llegar a la élite del baloncesto cubano... ¡y lo logré!

¿Qué pasó después, en la siguiente categoría de 15-16?

Pasé a la ESPA Nacional en la capital, entonces en Playa. Ahí estuve dirigido por Néstor Trujillo, Nelson Susunei y Pedro Chappé e intervine en mi primer evento internacional, los Juegos Juveniles de la Amistad en Rumania que ganamos.

Pero yo te recuerdo muy jovencito jugar con los muy famosos Lobos, que lograron imponerse en ocho Campeonatos Nacionales.

En efecto, los entrenadores Conrado Pérez y Rafael Pequeño me dieron la posibilidad de estar junto a jugadores de la talla de Leonardo Pérez, Lázaro Borrell, Jorge Luis Moré, Pedro Abreu, Liván Rodríguez, Sergio Ferrer y Yoel Cartas, una verdadera prueba de fuego que libré satisfactoriamente.

¿Cuándo integras la pre-selección nacional?

En 1988, a los 18 años. Muchacha, cuando entré en el Cerro Pelado me costó mucho acostumbrarme. Era otro mundo. Los delanteros en aquel momento eran Adalberto Rodríguez “el sapo”, los hermanos Caballero, Juan Carlos y Omar, Augusto Duquesne, Raúl Duboy y Lázaro Negrín.

Te imaginarás que la lucha era campal. Tuve que esperar casi dos años y medio para poder demostrar que ya estaba hecho para cosas grandes y fue en el 1991 que empecé a formar parte del equipo Cuba de manera estable, con buenos resultados internacionales.

Recuerdo aquella época de oro, aquel desempeño de los equipos cubanos de baloncesto en los Juegos Panamericanos de La Habana, en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en Torneos Internacionales. Tú viviste la experiencia de ser dirigido por muy buenas duplas técnicas.

Así es. Hasta el año 1991 mis entrenadores en la selección nacional fueron Carmelo Ortega y Pepe Ramírez; después y hasta 1999, estuvieron Miguelito Calderón y Rafael Pequeño y, finalizando mi carrera, jugué bajo las órdenes de Daniel Scott y Leonardo Pérez.

Coincido contigo en que los años 90 fueron los mejores del baloncesto cubano a nivel de país. Fue una verdadera revolución sobre las canchas: los donqueos de Richard Matienzo, jugadas de otra galaxia como las del Chispa Roberto Carlos Herrera, el accionar debajo del aro de su hermano, Ruperto el Junior Herrera, los excelentes desempeños de Andrés Gibert, Ángel Oscar el Ninja Caballero, el Helicóptero Vázquez, la Flecha Amaro, el Toro Borrell, el Oso Williams, el zorro Casanova, el tigre Ferrer, Ulises Goire, la Piedra Simón, el Lobo Mayor Leonardo Pérez, Ángel Núñez.

Junto a su equipo y Gilberto Santa Rosa / Cortesía Yudi Abreu

Estaban diseminados por cuatro equipos que intervenían en la Liga Superior de Básquet, idea genial del ya desaparecido Tomás Herrera y de Ruperto Herrera, que logró aparejarse en espectacularidad con la Serie Nacional de Béisbol, que en esos tiempos repletaba los estadios.

Tú viviste eso. Recuerdo un encuentro Capitalinos–Centrales en la final de 1996, que se disputaba en la Sala Amistad de Santa Clara y entre los aficionados que repletaron la instalación estaban Víctor Mesa, el Duque Hernández, Javier Sotomayor y Mireyita Luis. Todos iban a disfrutar de un tremendo show ¡nosotros!

Grupos musicales de la talla de los Van Van, Bamboleo, Paulito FG, Manolín el Médico de la Salsa acudían a los tabloncillos a animar a los jugadores. Aquellos Juegos de Estrellas entre Occidentales y Orientales y después entre Capitalinos vs el Resto de los conjuntos ¡qué nivel se alcanzó! Aquellas broncas entre Capitalinos y Centrales, los aficionados involucrados y lanzando los espaldares de las sillas… fueron guerras campales que a la larga ayudaron a subir el nivel de nuestro deporte. Una vez en la Kid Chocolate, al término del partido vs Capitalinos tuvimos que salir escoltados por la policía… jajaja.

Con Santiago Antúnez / Cortesía Yudi Abreu

Por cierto, la Kid Chocolate, lamentablemente perdida pues su área acogerá otra instalación hotelera de la localidad. Una polivalente que era aprovechada al máximo, no solo por especialidades del alto rendimiento sino por la población infanto juvenil del lugar como medio de recreación… Pero sigamos con tu entrevista.

Te pudiera comentar muchas anécdotas: un día en Santi Spíritus hicimos correr a un árbitro muchísimas cuadras porque nosotros entendimos que su trabajo fue pésimo, parcializado por Capitalinos. Fui sancionado junto a Lázaro Borrell a dos partidos por indisciplina. Luego nos reíamos pensando en que nunca pudimos atrapar al árbitro. Hubiera sido un buen velocista jajá.

Yudi Abreu fue campeón nacional ocho veces con sus Lobos de Villa Clara mientras en Ligas Superiores fue segundo con Centrales en la edición del año 1996 y tercero en otras cinco ocasiones. Tu participación internacional fue amplia.

Asistí a seis Centrobasket de los cuales ganamos tres, entre los años 1991 y 2001; dos Juegos Centroamericanos y del Caribe Ponce 93, segundos y Maracaibo 98, cuartos; dos Panamericanos, cuarto y séptimo; dos Mundiales, lugares 15 y cuarto, dos premundiales en uno de los cuales alcanzamos la clasificación y tres pre olímpicos, quintos en los tres.

Tras su retiro en el 2001, sus resultados como entrenador fueron sobresalientes en las distintas categorías que dirigió siempre con las muchachas. Por ejemplo, campeón nacional 13-14 años en el propio 2001; titular nacional juvenil 2004, sub campeón juvenil 2006, quinto en Nacional absoluto 2007.

Participó en el intercambio del básquet (f) con Rusia año 2005 con las jugadoras Yaima Boulet y Oyanaisi Gelis y en las giras que el elenco nacional de mujeres realizara por China en 2007 y 2008.

Esos intercambios y giras me reportaron mucha experiencia. Ver otros certámenes nacionales, competir con equipos de mucha valía, compartir con grandes entrenadores y jugadoras indiscutiblemente que te aportan a tu aval.

Sé que a ustedes por lo regular no les gusta seleccionar un quinteto Todos Estrellas ¿te atreverías?

Ojalá nadie se moleste pero me inclino por Tomás Herrera, defensa base; Leonardo Pérez, defensa atacador; Ruperto Herrera, delantero; Lázaro Borrell, alero pivot; Pedro Chapé pivot y DT Carmelo Ortega.

¿Y en relación con los mejores a nivel mundial?

Te pudiera mencionar a 20 pero me inclino por Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Kobe Bryant, Lebrom James, Kareem Abdul-Jabbar, Tim Duncan, David Robinson, Patrick Ewing y Scottie Pippen.

¿Cuál es tu opinión sobre la política de que los que se van, sean del deporte que sean, no pueden representar el país?

No sé hasta cuándo seguiremos con esa política hacia nuestros atletas. En todos los deportes hay mucho talento y estoy seguro de que si les dan la posibilidad de ir y jugar libremente, sin ataduras, muchos de ellos no abandonarían a su selección, a su familia, a sus raíces.

Creo también que todos los que están incursionando en ligas en el extranjero deberían dejarlos, al menos, participar en las concentraciones y ahí buscarse un puesto para la formación final de cada equipo.

Si esto llega a pasar, algún día Cuba volverá a ser protagonista en Juegos Panamericanos, Campeonatos Mundiales y Olimpíadas. Es lo que todos deseamos, los que estamos del lado de acá y los que están allá; al final todos somos cubanos, les guste o no a algunos.

Quiero detenerme en este punto porque no hablo solamente de jugadores activos; hablo de técnicos cubanos que se encuentran activos y están trabajando fuera de la Isla. Pienso que ellos, con la experiencia adquirida en el exterior, pueden ayudar al desarrollo de los entrenadores que están en Cuba y que además están en desventaja en el tema superación por muchas razones que no es necesario explicarlas ahora. Por supuesto que me incluyo.

Siempre has batallado por la fundación del Salón de la Fama del Básquet Cubano.

Claro que sí. Es una necesidad. Hay muchos, tanto hombres como mujeres que merecerían ocupar un espacio. Muchas naciones lo tienen ¿por qué no nosotros?

En 14 años en la selección nacional muchos fueron los momentos memorables vividos por ti ¿podrías decirme el que más te impactó?

Sin duda alguna, el poder enfrentar en una cancha y después poder compartir con los integrantes del fabuloso Dream Team de Estados Unidos en el preolímpico de Portland, Estados Unidos en 1992.

¿Un sueño?

Pensar que en algún momento pueda guiar a un equipo cubano de baloncesto, que sepan que pueden contar conmigo, con mi experiencia, con mi sabiduría. Ése es un gran anhelo, como lo fue asistir a unos Juegos Olímpicos y aunque estuvimos rozándolos nunca lo pudimos lograr.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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