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Estrella del béisbol cubano Maels Rodríguez: Soy un hombre bendecido

Maels Rodríguez conversa con CiberCuba sobre su recorrido en el deporte y la academia de entrenamiento que fundó en Miami.

Maels Rodríguez © Cortesía del entrevistado
Maels Rodríguez Foto © Cortesía del entrevistado

Este artículo es de hace 3 años

Los amantes del béisbol cubano tuvieron la dicha a principios de este siglo de ver lanzar a Maels Rodríguez. Su recta era una de las más famosas en la historia de las Series Nacionales, los envíos llegaban a 100 MPH. También registró el único juego perfecto en el béisbol cubano.

Maels tuvo una carrera genial hasta que las lesiones frenaron su desarrollo y lo alejaron de los terrenos, pero el villaclareño es un hombre consagrado al béisbol y hoy sigue vinculado al deporte que lo hizo soñar.

En Miami, donde reside desde hace años, Maels fundó la academia de béisbol 100 MPH. CiberCuba conversó con el oriundo de Cacique sobre este y otros temas.

¿Cómo fueron tus inicios en el béisbol?

Mis inicios fueron bastante difíciles. Nací un pueblo de campo llamado Cacique. Allá solo se cursaba hasta 5to grado, cuando fui a terminar el sexto grado en Báez, comencé a entrenar en un aérea de béisbol. Ese mismo año pase al equipo de Placetas. Jugamos contra la EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva Escolar) de Santa Clara y me eligieron para quedarme. Obtuve buenos resultados en el torneo nacional ya que conseguí dos victorias como lanzador y estuve bien a la ofensiva.

¿Cómo descubrieron tu talento para lanzar ya que eras un jugador de posición?

Comencé como jugador de posición, jugaba en tercera y primera base, también defendía los jardines. Era bueno a la ofensiva y mi defensa no era mala. Me sacaron de la EIDE en las Villas porque no tenía las condiciones físicas para seguir, entonces me fui para la EIDE de Sancti Spíritus donde me aceptaron. Comencé a jugar en la antesala con el equipo espirituano, en aquel entonces, Frederich Cepeda defendía la tercera almohadilla y lo pasaron al outfield.

Un día Roberto “Caña” Ramos me vio lanzando y me dijo que tenía condiciones para ser pitcher. Desde ese momento comencé a prepararme para ser serpentinero a tiempo completo. Ese mismo año fuimos al Mundial de Brasil categoría 15-16, y propiné mi primer No hit- No run contra México. También fui a Japón y estuve entre los mejores prospectos del año (96-97), pudimos intercambiar con peloteros de los Gigantes de Yumurí, entre ellos estaba de entrenador, Sadaharu Oh, uno de los jonroneros más grandes en la historia del béisbol.

Desde las categorías juveniles siempre tuve la oportunidad de lanzar en el juego por la medalla de oro, eso fue positivo, ya que cuando llegué a la Serie fue fácil jugar bajo presión. En realidad, aquella etapa fue muy bonita, me formó para obtener los mejores resultados en el futuro.

¿Quiénes eran tus ídolos en el béisbol?

Mis ídolos eran Rafael Orlando Acebei y Omar Linares, este último para mi es el mejor pelotero en la historia de las Series Nacionales. En cuanto el pitcheo, el tifón de San Juan de los Yeras, Rolando Arrojo, por él fue que usé el número 44, era una satisfacción llevar su dorsal y venir de la misma provincia.

¿Qué representó para Maels debutar en la SNB (Serie Nacional de Béisbol)?

Fue una experiencia inolvidable. Una rotación tiene alrededor de cinco a seis abridores, cuando llegué al equipo me dijeron que iba a ser el quinto. En realidad, pensé que iba a lanzar menos porque en Cuba el primer abridor lanza cada cinco días y el aquel conjunto el as era Yosvany Aragón. Fuimos a jugar en Pinar del Río y el segundo día jugamos en Guane, nadie quería lanzar allí, me dieron la bola y respondí tirando tres innings.

¿Qué significado tiene para usted haber jugado en la SNB?

Obtener buenos resultados en poco tiempo fue algo muy valiosos, tuve la oportunidad de brillar en la SNB y en equipos nacionales. Además conocí a grandes peloteros y creé buenas amistades. Me he mantenido en los libros por mucho tiempo, ya han pasado 20 años desde que lancé el juego perfecto y fijé mi récord de ponches, eso es espectacular para mí. Creo que el béisbol cubano ha demostrado que tiene un gran nivel y eso me hace sentir que pude brillar en una liga de mucha calidad.

¿Cómo defines tu paso por el equipo Cuba?

Fue una experiencia única jugar con la selección cubana. Fui seleccionado para el equipo Cuba en una época dorada para el pitcheo cubano, había lanzadores de mucha calidad como José Ariel Contreras, José Ibar, Pedro Luis Lazo, Norge Luis Vera, Lázaro Valle, Omar Ajete, Adriel Palma, Yosvani Aragón, entre otros. Llegar a la selección era el doble de satisfacción, por eso representar a Cuba era tan emotivo. Además de toda la exigencia de los aficionados, eso también nos obliga a esforzarnos el doble.

Varias lesiones terminaron tú magistral carrera. ¿Cómo afrontaste estas situaciones?

Fueron lesiones muy frustrantes para una carrera muy joven, pero bueno, el deporte es así, el que puede mantenerse por 10 años está bendecido. No tuve la oportunidad de seguir agrandado mi carrera ya que las lesiones no me lo permitieron, fui a tres operaciones de hombro y no me dejaron regresar. Pero bueno, viví el momento y quizás hubo etapas donde el sobre uso fue el causante de los problemas de mi brazo. Solo tengo que darle las gracias a Dios por la oportunidad que me brindó, lo fundamental es que jugué varios años en Cuba y dejé todo en el terreno.

En la vida uno tiene que aprender a sacarle lo positivo a lo negativo, mis lesiones me permitieron conocer mucho sobre rehabilitación, fortalecimiento del brazo. Hay peloteros que utilizan varios de estos métodos para ejercerlo en MLB. Soy un hombre bendecido, tengo una buena familia, y tengo gente que me siguen queriendo y sobre todo personas de Cuba, que están muy pendiente a mí. Solo trato de seguir mi carrera como entrenador para seguir ayudando a las nuevas generaciones.

Llegas a los Estados Unidos y fundaste la academia 100 MPH ¿Cómo surge esa idea?

La academia 100 MPH (millas por hora) es un complemento, son sentimientos encontrados y no solo por las 100 millas que lancé en la SNB, si no por todo el esfuerzo, por el trabajo y la dedicación. Estamos tratado de funcionar como una escuela, no como algo para lucrar. Somos cuatro o cinco entrenadores lo que trabajamos en ella y no vas a encontrar otro tipo de interés que no sea implementar la educación en los más jóvenes. Estoy tratando de que 100MPH por horas siga creciendo y que en un futuro sea más internacional. Lo importante es continuar con las convicciones del béisbol, los fundamentos y la metodología, es básicamente lo que estamos logrando. He tenido el apoyo incondicional de mi familia en especial de mi señora, ella me ayuda con toda la logística. Ha sido un trabajo en conjunto, también de varios peloteros profesionales como, Sandy Gatón, Willy Gastón, Yoán López y Sandro Vergallo.

¿Qué consejos le das a las nuevas generaciones de lanzadores?

Mis consejos para las nuevas generaciones siempre será el mismo, como único se pueden alcanzar buenos resultados es trabajando fuerte y sacrificándose. También hay que disfrutar estar en un terreno, no se puede ver como un trabajo nada más. La mentalidad y el enfoque son primordiales para evitar las lesiones.

Un mensaje para tus seguidores

Les doy gracias por todo, por la ayuda y el apoyo en mi carrera profesional y como entrenador. Maels no ha terminado, va a seguir brindando los conocimientos que ha adquirido, quizás las 100 mph no vengan de mí, pero sí de muchos otros lanzadores que estoy apoyando.

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