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Boxeador cubano Yunieski González revela que estuvo a punto de cometer una locura

“Pascal hace trampa, inyectándose y poniéndose cosas negativas en su cuerpo. Ha tumbado una pelea importante que no se podrá hacer por el descaro de hacer trampa y jugar sucio en este negocio", dijo el cubano.

Yunieski González en su intento de pérdida extrema de peso © Facebook / Yunieski González
Yunieski González en su intento de pérdida extrema de peso Foto © Facebook / Yunieski González

Este artículo es de hace 2 años

El boxeador cubano Yunieski González afirmó que estuvo a punto de “cometer una locura” en su afán de participar en la cartelera de este domingo 6 de junio en el Hard Rock Stadium de Miami, sustituyendo al boxeador Jean Pascal en su enfrentamiento con Badou Jack.

González intentó perder 35 libras de su peso corporal en una semana para poder presentarse a la pelea. El peso que tenía que perder en tan corto plazo de tiempo convertía el reto en una misión imposible que podía haber puesto en riesgo la salud y hasta la vida del boxeador.

No obstante, González lo intentó hasta el último momento, cuando su cuerpo empezó a dar señales preocupantes que llevaron al deportista y su equipo técnico a suspender las rutinas y los métodos puestos en práctica para conseguir una pérdida tan radical de peso.

El positivo de Pascal a tres sustancias (Drostanolone, Drostanolone Metabolite y Epitrenbolone) lo descalificó para la pelea con Jack. Según el Nuevo Herald, los organizadores se pusieron el pasado viernes en contacto con González para invitarlo a sustituir al boxeador canadiense de origen haitiano Jean Pascal, con la intención de salvar el cartel, que estará protagonizado por el famoso boxeador Floyd Mayweather y el youtuber Logan Paul.

A pesar de no encontrarse en plena forma física y pasado de peso para participar en el combate, González declaró estar listo para reducir el peso y salvar la pelea. Desde el pasado fin de semana estuvo entrenando y ejercitando para llegar a las 175 libras requeridas en la pelea, aunque todo su equipo era consciente de lo difícil que resultaría perder 35 libras en una semana.

En el boxeo es frecuente que los púgiles reduzcan o ajusten su peso, sobre todo ante competiciones. Sin embargo, pérdidas tan sensibles de peso en período tan corto de tiempo pueden resultar peligrosas para la vida.

“El sudor no es agua pura; las sales que hay en la sangre son necesarias para que el corazón funcione sin problemas”, explicó el Dr. Mike Loosemore, director médico de GB Boxing. La técnica de reducción extrema de peso es conocida en inglés como “weight cutting”, y aunque son muchos los profesionales que la utilizan, no debe abusarse de ella y siempre requiere el seguimiento por especialistas médicos.

El objetivo principal del “weight cutting” es permitir que los luchadores clasifiquen en el peso más bajo que físicamente sean capaces de conseguir. Una vez pesados y durante las 36 horas aproximadas hasta el comienzo del combate, los púgiles buscan rehidratarse al máximo, ganando así ventaja de peso y fuerza sobre su oponente.

“Casi era un hecho que estaría peleando este próximo domingo. Era una locura, ya que me avisaron el viernes por la tarde y dije que sí, que iba a hacer el intento… Porque eran treinta y pico de libras, pero el cuerpo se me resistió”, confesó González en una directa a través de Facebook. “El equipo decidió poner un stop y esperar otra cosa”.

González, quien perdió contra Pascal en 2015 por decisión unánime, mantiene esa espina clavada con el haitiano. Aunque este último negó haberse dopado en esta ocasión, González le envió un duro mensaje.

“Pascal hace trampa, inyectándose y poniéndose cosas negativas en su cuerpo. Ha tumbado una pelea importante que no se podrá hacer por el descaro de hacer trampa y jugar sucio en este negocio. Si alguien lo ve le dice que es un pendejo (cobarde), un jugador sucio. Eso no se hace. A mí me la debe también’‘.

De haberse celebrado, la pelea entre González y Jack habría sido la mejor del cartel, profesionalmente hablando, ya que la de Mayweather contra Paul era una exhibición de ocho asaltos que no puede considerarse pugilismo en el mejor sentido de la palabra, sino parte del show que acompaña a este deporte.

El “weight cutting” consiste en deshidratar el cuerpo tanto como sea posible. Para ello, los boxeadores ayunan brutalmente de comida y agua, además de realizar ejercicios envueltos en sudaderas y pasar largos ratos en saunas para deshidratar el cuerpo y eliminar la mayor cantidad de agua.

“Los electrolitos que se pierden en este proceso son muy importantes para los nervios que hacen latir el corazón con regularidad. Si comienzan a fallar, se corre el riesgo de sufrir arritmias cardíacas, ataques cardíacos y la muerte”, consideró Loosemore.

La “deshidratación extrema” ha causado algunas muertes en deportes de combate como la de la luchadora australiana de Muay Thai de 18 años, Jessica Lindsay, o la de Jordan Coe, un joven de 21 años que estaba viviendo en Tailandia y practicaba este mismo deporte.

Teniendo en cuenta la poca grasa que tienen los luchadores, cuando se someten a estas pérdidas de peso tan drásticas lo que pierden fundamentalmente es agua y eso supone un riesgo gravísimo para la salud.

El músculo se compone en un 80% de agua por lo que si la hacen desaparecer el músculo sufre y se vuelve frágil y débil. “Una deshidratación del dos por ciento de su peso (se considera) segura. Porcentajes mayores que eso, no lo recomendaríamos porque es peligroso. Es la ruleta rusa”.

González, quien peleó por última vez en diciembre del 2020, reconoció que su cuerpo no resistió el intento de perder 35 libras en una semana. “Cuando Dios dijo no, era no. Al menos hice el intento y eso se va a mirar. Eso iba a ser una locura, que no ib a llegar al 100 por ciento, pero lo asumí. Ahora que venga otra oportunidad”, concluyó.

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