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El cubano Adonys Barrios y su familia demoraron casi dos meses en llegar a Estados Unidos desde Uruguay y, aunque no hubo que lamentar ninguna pérdida humana, confiesa que fue una experiencia muy dura.
"Gracias a Dios estamos acá y no tenemos nada que lamentar, pero no se lo recomiendo a nadie que yo quiera, a ninguna persona que yo estime le recomiendo la travesía", confesó Barrios al periodista Rolando Nápoles, de AméricaTe Vé.
Barrios reconoció que entre Colombia y Panamá se dio cuenta del riesgo al que sometió a su familia, porque cruzaron una zona que podría estar repleta de minas explosivas, porque es un área de conflictos bélicos de la guerrilla colombiana.
"Cuando llegamos a la playa, agotados, nos dijeron que no sabían cómo habíamos llegado a ese sitio, totalmente inhóspito y que existían grandes posibilidades de que fuera un campo de minas", relató.
Otro momento que marcó al cubano durante su trayecto fue cuando su esposa casi cae por un precipicio y gracias a que reaccionó rápido, esta pudo agarrarse de una raíz que sobresalía del suelo.
"Ella atinó a agarrarse de esa raíz, y gracias a Dios pudo soportar todo el peso", rememoró.
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Sin embargo, el momento donde más vieron peligrar su vida fue durante las 12 horas que demoró un trayecto en lancha, donde uno de sus hijos casi se deshidrata y él tuvo la sensación de que la embarcación podría zozobrar.
"La lancha golpeaba duro en la cresta de las olas. Los niños empezaron a llorar, la niña casi se deshidrata porque vomitó bastante", abundó.
Para Barrios, valió la pena todo el tiempo transcurrido, porque están a salvo en Estados Unidos y comienzan una nueva etapa en sus vidas, pero el riesgo que asumieron no dejó de ser alto y los peligros a los que se expusieron fueron impactantes durante el viaje.
Aunque la política pies secos-pies mojados dejó de estar vigente desde la Administración Obama, muchos son los cubanos que intentan llegar a Estados Unidos, a través del estrecho de Florida o cruzando fronteras por países latinoamericanos.
El gobierno federal y las autoridades migratorias insisten en lo inseguro que puede resultar la travesía y piden que no lo hagan; a medida que incrementa la crisis económica y social en la isla, lo hacen las cifras de cubanos que intentan escapar en busca de mejoras económicas y libertades.
Tras el anuncio de que Nicaragua no pedirá visado a los cubanos "por razones humanitarias", analistas y expertos en temas migratorios advierten de que se puede tratar de una estrategia de La Habana, en complicidad con el régimen de Daniel Ortega, para quitar presión social a los problemas generados por las políticas económicas del Partido Comunista.
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