Patricia Kopta desapareció en 1992 en el estado de Pensilvania, Estados Unidos, y fue declarada legalmente muerta hace 24 años, pero una prueba de ADN confirmó que está viva y se encuentra en un asilo para ancianos de Puerto Rico.
La mujer, que actualmente tiene 83 años, dejó a su esposo y hermanas, deambuló unos siete años por Naranjito, Corozal y Toa Alta, al norte de la isla boricua, y fue ingresada en una institución para personas "necesitadas", explicó la agencia AP.
Hace un año un trabajador social advirtió a la policía sobre el caso de Kopta, y tras realizarle una prueba de ADN se comprobó su identidad.
"Una vez conocida como predicadora callejera en su ciudad natal, inicialmente mantuvo su pasado en secreto mientras estaba en Puerto Rico, pero comenzó a divulgar detalles a medida que sufría progresivamente de demencia", dijo esta semana el subjefe de policía del municipio de Ross Township, Brian Kohlhepp, en una conferencia de prensa.
El esposo, Bob Kopta, recordó que la mujer fue en su juventud una estudiante sobresaliente que trabajó en finanzas en una empresa de placas de vidrio de Pittsburgh y asistía semanalmente a eventos de baile de salón.
La familia contó a la prensa que tras diez años de trabajo en esa empresa comenzó a padecer migrañas y los médicos asociaron el malestar con el estrés provocado por el trabajo, así que cambió de oficio y consiguió una plaza de ascensorista en el Instituto de Arte de Pittsburgh, donde llegó a asegurar que vio a un ángel.
Poco tiempo después, la mujer comenzó a predicar en las calles sobre el fin del mundo y los médicos le diagnosticaron "delirios de grandeza" y signos de esquizofrenia.
Fue ingresada en una institución de salud mental, donde recibió tratamiento, pero al darle de alta volvió a predicar en las calles hasta que desapareció en 1992.
“Llegué a casa una noche y ella se acababa de ir”, recordó el esposo, de 86 años, y con quien mantuvo una relación de dos décadas.
El hombre declaró que no planea ir a visitarla a Puerto Rico, aunque confesó que siente alivio porque la hayan encontrado y que está siendo atendida.
“Es algo triste, pero es un alivio para mi mente. Cuando tu esposa desaparece, eres sospechoso”, acotó.
Quien si desea visitarla es su hermana Gloria, la única con vida, ya que una gemela de Patricia murió hace años sin conocer su paradero.
“Ya sea que ella me conozca o no, todavía quiero verla y darle un abrazo y decirle que la amo. Pensé que tal vez ella había muerto”, dijo.
Se desconoce cómo Patricia Kopta llegó a Puerto Rico y las autoridades mencionaron que ella insinuó en el hogar para ancianos que había arribado a la isla en un crucero que zarpó desde Europa.
¿Qué opinas?
VER COMENTARIOS (1)Archivado en: