El Paseo Marítimo Flotante, emblemático proyecto inaugurado en noviembre de 2015 por el 495 aniversario de La Habana, muestra un estado de abandono crítico, con tablones rotos, grafitis y zonas intransitables que lo convierten en un peligro para los visitantes.
Un video reciente publicado por CiberCuba evidencia el avanzado deterioro de esta estructura situada en la Bahía de La Habana, en las cercanías de la Alameda de Paula.
Las imágenes revelan un paisaje de rampas incompletas, vandalismo y ausencia de reparaciones desde su apertura.
Aunque inicialmente diseñado como un espacio recreativo y turístico, los problemas del Paseo comenzaron a manifestarse apenas un año después de su inauguración.
En 2016 ya presentaba daños significativos, documentados en imágenes y reportes.
En 2019, el arquitecto Orlando Inclán, uno de sus creadores, reconoció en declaraciones a Tribuna de La Habana las deficiencias de calidad en algunos materiales empleados durante su construcción, especialmente en el primer lote de tablones instalados.
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"Se repusieron muchos tablones iniciales porque no alcanzaron la calidad requerida", explicó Inclán, quien también señaló la falta de un plan de mantenimiento adecuado para la obra.
El experto destacó que, pese al deterioro, era posible revertir los daños con un mantenimiento oportuno, especialmente en barandas de acero inoxidable afectadas por la corrosión.
Sin embargo, las revisiones que se llevan a cabo cada tres o cuatro años en otras obras patrimoniales no se han aplicado al Paseo Marítimo, dejando el lugar a merced del tiempo y el uso.
La estructura, construida con madera aglomerada y resina, evocaba al espigón en forma de T que existió en ese lugar hace más de dos siglos.
Su diseño flotante permitía incluso su traslado a otros puntos marítimos, pero el abandono ha sepultado el potencial de esta obra en lo que alguna vez fue un espacio innovador de esparcimiento en la capital cubana.
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