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El emblemático edificio Girón, ubicado en Malecón entre E y F, en el Vedado habanero, enfrenta una alarmante crisis desde que un incendio afectara gravemente sus instalaciones el pasado 22 de junio.
El siniestro, provocado por la negligencia de un residente, dañó el sistema eléctrico del bloque 2, dejando al edificio en una situación de creciente deterioro, según precisó en Facebook el portal noticioso La Tijera.
El incidente dejó fuera de servicio el único ascensor del inmueble de 17 pisos, que alberga a 132 apartamentos, una situación muy delicada para sus residentes, la mayoría personas de la tercera edad, con discapacidades o condiciones médicas que requieren atención constante.
De hecho, para quienes viven en los pisos superiores, la falta del elevador ha significado un aislamiento casi total.
“Muchos no han podido bajar más desde el incendio, otros no pueden asistir a sus turnos médicos. Subir y bajar 17 pisos es una tarea inhumana”, relató el post de acuerdo al sentir de los vecinos, quienes denuncian la falta de acción por parte de las autoridades.
A pesar de que el suministro eléctrico fue restaurado de manera provisional tras el incendio, las paredes y techos del edificio aún muestran las huellas del desastre, con manchas negras y cables expuestos.
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Además, los parasoles exteriores permanecen destruidos debido a arreglos inconclusos o mal realizados, dejando al edificio vulnerable a las inclemencias del tiempo.
Los residentes han enviado cartas a diversas instituciones, explicando la crítica situación, pero hasta ahora solo han recibido promesas vacías. “Nos estamos quedando sin casa. Nadie se responsabiliza ni da una solución concreta. ¿Cuánto más debemos esperar?”, lamentan, según el post.
Los habitantes temen que el abandono continúe, empujándolos hacia un albergue temporal, una solución que consideran inaceptable. En un contexto donde los hoteles destinados al turismo no carecen de servicios esenciales, los vecinos cuestionan por qué no reciben el mismo nivel de atención y prioridad.
El edificio Girón, símbolo de la comunidad del Vedado, pide a gritos ayuda inmediata para evitar un colapso irreversible. Los residentes solicitan que se les escuche y se tomen acciones concretas para devolverles la dignidad y la seguridad en su propio hogar.
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