El amanecer del 1 de enero de 2025, en La Habana, refleja la dura realidad que enfrentan los cubanos, con muchos hogares donde se ha perdido la ilusión por la llegada de un nuevo año.
Imágenes compartidas en Facebook por el usuario Pedro Luis García, muestran las calles vacías, incluso en zonas como El Vedado, donde tradicionalmente el espacio público solía ser muy animado en celebraciones de fin de año.

Los cubanos se encierran en sus hogares porque no hay recursos con los que celebrar las fiestas de estas fechas. El fin de año reabrió la herida de las familias divididas por la crisis migratoria. Muchas mesas se quedaron sin tener ni una ensalada para compartir con los seres queridos.
La prensa oficialista reconoció la gravedad de la situación económica que tiene el pueblo de Cuba. El periódico Girón, de Matanzas, destacó en una publicación reciente cómo la inflación descontrolada y la falta de recursos básicos han golpeado a las familias cubanas.
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"Celebrar con carne de cerdo, arroz moro y yuca, una tradición por décadas, se ha vuelto un lujo inalcanzable", admite el medio.
El año 2024 cerró con un aumento en las dificultades cotidianas y de los apagones. La eliminación gradual de subsidios a la canasta básica, anunciada por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, es solo una de las medidas que han profundizado la crisis.
En este contexto, las imágenes de calles vacías simbolizan el impacto de una economía en declive, donde la incertidumbre y el desaliento prevalecen. Para muchos cubanos, la esperanza de un mejor 2025 parece tan vacía como las avenidas de La Habana en la mañana de este primero de enero.
Mientras tanto, la población sigue buscando formas de sobrevivir y mantener vivas sus tradiciones en medio de una realidad que les exige resiliencia y adaptación constante.
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