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El próximo lunes 20 de enero, Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos en una ceremonia que ha desatado una marea de comentarios debido a las inusuales invitaciones extendidas a diversos líderes políticos internacionales, entre ellos Santiago Abascal, presidente del partido español Vox. Contrario a lo que es habitual en este tipo de ceremonias en Estados Unidos, donde generalmente los embajadores asumen la representación de sus países, Trump ha decidido invitar a personalidades con las que mantiene cercanía ideológica, como demostración de su apoyo y afinidad.
Entre los invitados destacan figuras como el húngaro Viktor Orbán, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, el presidente argentino Javier Milei, y el salvadoreño Nayib Bukele. Sin embargo, la ausencia de una invitación para el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha generado polémica y especulaciones sobre las intenciones de Trump al optar por incluir a Abascal en la lista de asistentes. El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, ha señalado que "Trump es libre de invitar a quien desee", reafirmando que España estará representada oficialmente por la embajadora Ángeles Moreno Bau.
Abascal asistirá al evento en su calidad de presidente de Patriotas por Europa, un grupo político al que pertenece junto con partidos afines a la extrema derecha, como el Fidesz de Orbán y la Agrupación Nacional de Marine Le Pen. En declaraciones recientes, Abascal defendió al magnate Elon Musk y mostró su apoyo a partidos como la Alternativa para Alemania (AfD), que actualmente goza de un notable respaldo en las encuestas.
El evento tendrá lugar en un escenario de máximas medidas de seguridad, con un despliegue sin precedentes que incluye la participación de 25,000 agentes y miembros de la Guardia Nacional y más de 30 millas de vallas anti-escalada alrededor de la Explanada Nacional y el Capitolio. Matt McCool, agente especial del Servicio Secreto, ha confirmado que se enfrentan a "un ambiente de mayor amenaza" en comparación con la última investidura en 2021, alertando sobre posibles intentos de ataques por parte de “lobos solitarios”.
Por su parte, la jefa de la Policía de DC, Pamela Smith, ha ratificado que el departamento trabajará en conjunto con 4,000 oficiales adicionales para asegurar el orden durante los eventos inaugurales. En paralelo, las autoridades han instado al público a mantenerse vigilante, a pesar de que no se han detectado amenazas específicas.
La seguridad tecnológica también estará en el centro del operativo, con un monitoreo detallado del sistema de transporte y el establecimiento de dos puestos de mando principales por parte del FBI para asegurar que la ceremonia transcurra sin incidentes. La toma de posesión de Trump se espera sea un evento multitudinario, con la presencia de cientos de miles de personas y figuras políticas de alto perfil.
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