La industria médica cubana cumplirá el 29 próximo cinco lustros de creada, y entre sus más recientes propuestas se halla un equipo que protege al paciente infartado mientras se halla en rehabilitación. El Movicorde, como se denomina ese aparato -a punto de ser patentado- es capaz de detectar cualquier alteración y entonces envía una señal electrocardiográfica a un celular.También especialistas de la Isla han concebido tecnologías de resonancia para la investigación cerebral, y otros inventos de amplia aplicación social.En declaraciones publicadas en el periódico Granma, Mitchell Valdés, director del Centro de Neurociencia, destacó el apoyo estatal que recibe el personal de esa institución para el desarrollo de sus proyectos.Dijo que en otros países los científicos carecen de esta ayuda y quedan desprotegidos ante el neoliberalismo y la fuerza de las transnacionales.En cambio, en la Isla se acorta el tiempo entre la investigación científica, la producción y la introducción en la práctica social, y además, los equipos sustituyen importaciones y contribuyen a elevar la calidad de vida del pueblo, precisó.Además, las producciones se ubican a la vanguardia en el mundo en desarrollo, consiguen penetrar el mercado europeo y ya conquistan un sólido lugar entre las exportaciones no tradicionales, añadió.
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