Fin a relator de DD.HH. en Cuba

La Comisión de Asuntos Socio-económicos de la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó, a propuesta de Cuba y los Países No Alineados, el fin de la medida por 168 votos a favor y siete en contra. Se pone fin así a dos décadas en las que la ONU renovaba el Mandato sobre Derechos Humanos para Cuba, nombrando un relator para que investigue la situación dentro de la isla e informe al organismo internacional. "Esta decisión consolida el triunfo de nuestro pueblo en su enfrentamiento tenaz a la manipulación en el tema de derechos humanos de que nuestro país fuera víctima durante 20 años", dice la declaración aparecida en el periódico Granma. La Habana se negó en todo momento a permitir el ingreso del enviado de Naciones Unidas, aduciendo que se trata de una política impulsada por Estados Unidos "mediante el chantaje, la amenaza y la coacción". "Politizado y discriminatorio" Según el ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, el nombramiento de un Relator Especial para investigar en Cuba los Derechos Humanos tenía un carácter "politizado, selectivo y discriminatorio".En el comunicado de la Cancillería, se sostiene que la eliminación del Mandato del Relator "reafirma, una vez más, el aislamiento internacional de la política del gobierno norteamericano contra Cuba". El periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista, recalca que esta victoria diplomática "constituye un golpe demoledor a los designios imperiales de la administración (de George W.) Bush contra Cuba". Muchos consideran que la aprobación de esta resolución es un duro golpe para la diplomacia de Estados Unidos, principal impulsor en la antigua Comisión de Derechos Humanos de la ONU de estas medidas contra La Habana. Además, se suma a la reciente aprobación por la Asamblea General de Naciones Unidas de una condena al embargo económico de Estados Unidos contra Cuba, que fue apoyada por 184 naciones contra apenas cuatro votos en contra. El cambio de las relaciones entre Cuba y la ONU se percibió a principios de noviembre, cuando La Habana reanudó la cooperación en materia de Derechos Humanos al aceptar el ingreso al país del Relator sobre el Derecho a la Alimentación.