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1 de septiembre del 2007. 4:35 p.m. El ruido de la piedra al chocar contra el vidrio puso en alerta al conductor. Al abrirse la puerta delantera corrió detrás del joven que a toda prisa se alejaba del ómnibus Yutong de la ruta 222, detenido cerca del Anfiteatro de Marianao.Quien huía dejaba atrás, como fruto de su "impulso", una loseta (cristal fijo ubicado debajo de la ventanilla) astillada en mil pedazos. Esta fue su respuesta ante las reiteradas llamadas de atención de la tripulación de la guagua a que dejara cerrar la puerta trasera o se bajara.Luego de ser detenido por el propio conductor y por agentes de una patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), Josué V. G. fue procesado penalmente y condenado por el Tribunal Municipal de Marianao a dos años de privación de libertad por cometer un delito de daños, "causando con el hecho un grave perjuicio", además de la obligación de indemnizar a la Terminal de Ómnibus de la Lisa en la cuantía de 2 090 pesos.Obstáculos para un buen servicioA partir del mes de agosto, con la paulatina incorporación de 37 nuevos ómnibus chinos marca Yutong, la Terminal de La Lisa fue reanimando su labor. "Con estos carros hemos mejorado el servicio y apreciamos el agradecimiento del pueblo", reconoció Luis Pier Zamora, administrador de la entidad.Antes, ejemplificó, las rutas 222 y 298 no tenían programación, salían cuando se podía; hoy la primera tiene una frecuencia de entre 10 y 15 minutos, y la segunda entre los 25 y 30 minutos.Es por eso que le resulta doloroso ver cómo las indisciplinas cometidas por algunos pasajeros repercuten en la merma del servicio. "Si un ómnibus se avería por hechos como este de apedreamiento de parabrisas o ventanillas, o por rotura de puertas, es una ruta que se retira de circulación y son planes de viajes y de recaudación que se incumplen, de los cuales depende el ingreso salarial de nuestros trabajadores".Cada uno de estos ómnibus rígidos chinos, explicó Pier Zamora, cuesta alrededor de 60 000 dólares. "Ahí, subrayó, se ve el esfuerzo que hace el país por restablecer el servicio de transporte público; pero si la gente no ayuda, si los muchachos se enganchan por fuera, arrancan los focos, escriben las paredes, si no colaboran para protegerlos y hacer que nos duren más, entonces los carros dejan de trabajar y la población queda insatisfecha a pesar de todos los recursos que se están invirtiendo".Según informó el funcionario, el ómnibus apedreado estuvo dos días fuera de servicio. Dejaron de trasportarse 4 060 pasajeros.25 de octubre del 2007. 3:18 p.m. Parada de la Virgen del Camino hacia Alamar. Adolfo Granadillo, chofer del ómnibus articulado P-3, observaba por el retrovisor la subida y bajada de pasajeros. Al cerrar la puerta del medio vio llegar a un ciudadano que, al no poder subir, agarró una piedra y la lanzó contra el cristal, destruyéndolo.La actuación inmediata del chofer y de agentes de la PNR permitió dar captura al individuo. En estos momentos está asegurado con una medida cautelar y en espera del juicio.Carro maltratado, servicio no dadoComo parte del programa de reanimación del transporte público de pasajeros, desde diciembre del pasado año el depósito de Metrobus de Alamar, ubicado en el municipio de La Habana del Este, ha ido renovando su parque y hoy cuenta con 50 ómnibus articulados marca Mercedes Benz, lo cuales, según las estadísticas, son los que más han sufrido las consecuencias de las indisciplinas sociales (14 casos).Josué V.G. fue condenado por el Tribunal Municipal de Marianao a dos años de privación de libertad por el delito de daños “causando con el hecho un grave perjuicio” además de la obligación de indemnizar a la Terminal de Ómnibus de la Lisa en la cuantía de 2 090 pesos.En el mismo momento en que son víctimas de hechos de esta índole, los choferes tienen orientado detener el carro y reportar al Puesto de Mando para que acudan los especialistas de Accidentes, quienes determinan si continúa viaje o va para el taller, explicó a Granma Armando Montiel Díaz, jefe de la Terminal.Un vehículo articulado fuera de servicio, precisó, deja de transportar en cada turno (tres vueltas) aproximadamente 1 500 pasajeros; es decir, que en un día (corresponden realizar dos turnos) dejan de transportarse por ese motivo 3 000 personas.Por otro lado, subrayó, está el valor de las piezas y accesorios que se reponen, por ejemplo: según la marca del ómnibus y el suministrador, en el mercado internacional el parabrisas delantero cuesta alrededor de 900 dólares y el trasero 560; las ventanillas, entre 400 y 500 dólares.A esto se suma el gasto de combustible al tener que transportar el carro averiado hacia la empresa de reparaciones, radicada en el habanero municipio de Guanajay. Por la amplia distancia a transitar, el consumo de este indicador sobrepasa la cantidad que como promedio utiliza el vehículo en un turno de trabajo.En opinión de Jorge Félix Valdés, chofer instructor de esta entidad, no hay excusas para tales indisciplinas. "Estos hechos afectan directamente a la población. Cada vez que un carro se retira los otros de esa línea se recargan, se maltratan más y el exceso de pasaje causa molestias e impide brindar un servicio con la calidad que merece el pueblo". Reforzar las medidas para proteger los ómnibusJusto un mes atrás fueron puestos en marcha 112 ómnibus nuevos marca Yutong distribuidos en las terminales de La Lisa, Playa, San Agustín, Alberro y Palatino. Poco a poco irán incorporándose otros ya contratados que permitirán mover en el 2008 a más de un millón de pasajeros diariamente.Se trata de una inversión costosa, de cientos de millones de dólares, que incluye ómnibus —con precios que oscilan entre 150 000 y 160 000 dólares los articulados y 60 000 los rígidos—, costos de mantenimiento, talleres, piezas de repuesto, combustible y otros recursos. Todo ello sin alterar los precios del pasaje: 40 centavos los ómnibus y articulados, 20 centavos los "camellos".Como todo lo bueno, hay que cuidarlos para que duren. Para esto, aseguró Pedro Castiñeiras Fernández, director de la Empresa Metrobus, se están tomando varias medidas, entre ellas, la selección y capacitación de los choferes, el establecimiento de un sistema de pago vinculado a la transportación, a la calidad del servicio y al cuidado del ómnibus; reforzamiento del orden y la disciplina en las cabeceras de las paradas con la presencia de funcionarios e inspectores, y visitas a centros de enseñanza secundaria y politécnica para conversar con los estudiantes sobre estos temas.Al referirse al enfrentamiento de las indisciplinas sociales en los ómnibus, Castiñeiras informó que trabajan de conjunto con la PNR y con los inspectores de la Dirección Provincial del Transporte (DPT), del Ministerio del sector y del Consejo de Administración Provincial.Como parte de estas acciones, Ricardo Ricardo Alonso, subdirector de Inspección Estatal de la DPT, mencionó los controles sorpresivos en los ómnibus, fundamentalmente en horarios picos y confrontas, periodos más propicios para las conductas violatorias de la disciplina social.Además, chequean el comportamiento de la tripulación: adecuada manipulación del pago del pasaje por parte del conductor o del facilitador (donde hay alcancías), uso del uniforme, correcto trato a los pasajeros, cumplimiento de rutas e itinerarios, entre otros aspectos que permitan garantizar la calidad del servicio. Al detectar infracciones están facultados para tomar las medidas pertinentes y/o imponer las multas establecidas en las normativas jurídicas.En un recorrido realizado por diferentes paradas de ómnibus muy concurridas de la ciudad, estos reporteros apreciamos el beneplácito de la población con el "respiro" que trae la circulación de este centenar de guaguas nuevas.Rutas por mucho tiempo desaparecidas, retornan al pavimento. Las esperas dejan de ser tan largas. Aunque aún queda un buen trecho por andar en el camino de la reanimación del transporte público de pasajeros, se va sintiendo un alivio. Nos queda entonces, como beneficiarios, proteger lo que es de todos.fuente : Granma
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