Un equipo de Cubanet visitó el gimnasio Ponce Carrasco en la barriada de Colón, una fábrica de campeones en Centro Habana, donde los niños entrenan cada jornada con la mirada fija en un sueño: convertirse en campeones de Boxeo. La meta es complicada, llena de golpes y magullones, sin embargo los bisoños pugilistas siguen disciplinadamente las instrucciones del equipo de preparadores.
El lugar es patrocinado por el INDER y constituye una cantera de la pirámide de alto rendimiento del deporte cubano.
Uno de los entrenadores informó que las captaciones están abiertas todo el año, totalmente gratis. “Se reciben niños a partir de los nueve años pero también se pueden aceptar con menos edad siempre que tengan buen somatotipo y demuestren interés por el deporte”.
Hace dos años el gimnasio donde practicaban se derrumbó y tuvieron que trasladarse a otros espacios abiertos. Y ahora, con la ayuda de los padres, se está construyendo un nuevo local.
La falta de implementos deportivos también dificulta las sesiones de entrenamiento, pero los muchachos avanzan porque cuentan con el interés de los profesores y el apoyo de los padres.
Los guantes de boxeo, las cabeceras, las vendas y la ropa deportiva es donada por padres y por extranjeros que entran, ven el desarrollo de las sesiones de entrenamiento, se sienten identificados y después se aparecen aquí con las cosas. También cuentan con un alumno de Alemania, cuyo padre ayuda mucho.
Según informó un entrenador, el INDER prohíbe a los profesores aceptar donativos de extranjeros y para evitar cuestionamientos, “nosotros decimos que si quieren lo pueden poner encima del ring, y ahí los muchachos cogen las cosas y se las reparten”.
Fuente: Cubanet
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