Publicado el 29 de dic. de 2014 El país ha superado lo peor de la crisis sufrida tras el hundimiento de la URSS. El llamado periodo especial ha dejado paso a una situación todavía delicada, pero donde apuntan algunos apoyos que pueden proporcionar una ligera mejoría de las condiciones de vida de la población. El respaldo económico venezolano y la profundización de las relaciones económicas y comerciales con China y el nuevo mapa geopolítico latinoamericano pueden servir de respiro al régimen. Pero la lucha contra la corrupción y las perversiones del sistema seguirán produciendo tensiones y desencantos. En cuanto al futuro político del país, los actuales dirigentes desearían una sucesión sin ruptura. La mayoría de la oposición apuesta por una transición pacífica y sin interferencias hacia la democracia. Los pragmáticos admitirían una evolución más lenta, sin sobresaltos. Por encima de estas diferencias, todo el mundo está de acuerdo en que Cuba se encuentra en la encrucijada más importante desde el triunfo de la Revolución, hace medio siglo.
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