El ataque fue en un parque de la ciudad de Lahore y aunque el blanco era la comunidad cristiana, la mayoría de los muertos fueron musulmanes.
Un atacante suicida se inmoló el pasado domingo en una de las entradas del parque Gulshan-i-Iqbal, en la ciudad pakistaní de Lahore, a unos metros de una zona de entretenimiento infantil. La explosión se cobró la vida de más de 70 personas y dejó más de 300 heridos.
El ataque fue reivindicado por una fracción del movimiento talibán del país, el Tehreek-i-Taliban Pakistan Jamaatul Ahrar (TTP JA), según medios locales.
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