La fabricación del nuevo avión presidencial estadounidense ha quedado cancelada por orden directa de Donald Trump, quien no está por la labor de desembolsar un precio prohibitivo.
En total el coste de los dos Boeing 747 asciende a cerca de 4.000 millones de dólares, cifra que el magnate considera que "está totalmente fuera de control".
La renovación de la flota de aviones oficiales debía culminar en 2024, lo que significa que el líder republicano solo podría utilizarlos en caso de ser reelegido.
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