Todavía las autoridades mexicanas desconocen con exactitud que fue lo que sucedió en el mercado de San Pablito, Tultepec, México, justo antes de que comenzaran a estallar uno tras otros, decenas y cientos de cohetes de pirotecnia que se cobraron la vida de alrededor de 40 personas.
Aún se reportan doce desaparecidos, y los familiares y amigos de estos se desesperan.
"Fue como una guerra", dijo el propietario de un pequeño negocio situado justo enfrente de San Pablito. "Comenzó a llegar el humo, el calor; el que pudo salió corriendo, el que no...", añadió el hombre.
Las autoridades tienen cercado el lugar en busca de pistas que le ayuden a determinar como fue que empezó todo.
En una rueda de prensa efectuada horas después del suceso, el secretario de gobierno, José Mazur, dijo que la cifra de muertos ascendía a 32, 26 directamente en el siniestro, y otros seis fallecidos en los hospitales a los cuales fueron trasladados. Más tarde, otro de los heridos falleció en el hospital que se encontraba.
Mazur comunicó además que 16 de los cadáveres ya habían sido identificados, y 14 aún estaban pendiente de identificación; la mayoría de ellos en tal estado de calcinación que será necesario establecer un perfil genético para descubrir su identidad.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, en un acto efectuado el día de ayer con motivo de la apertura del Hospital General de San Pablo del Monte, en el estado de Tlaxcala, pidió un minuto de silencio en honor a la memoria de las víctimas fallecidas en el mercado de San Pablito.
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