
Los pasajeros del crucero Norwegian Breakaway, que zarparon el pasado 29 de diciembre de Nueva York con destino a Bahamas, vivieron horas infernales, según se puede comprobar en estas imágenes publicadas en YouTube, y que constituyen apenas una mínima parte de la incertidumbre y el miedo al que debieron enfrentarse en la lujosa embarcación.
Varios pasajeros se están planteando llevar a la compañía Norwegian Cruise Line (NCL) a juicio, porque aseguran que la empresa ignoró el peligro y continuó la travesía, pese a saber que se dirigían directamente hacia la tormenta Grayson, convertida en el llamado "ciclón bomba".
Los viajeros afectados achacan lo sucedido al deseo de la compañía de no querer perder el dinero de los clientes de su siguiente viaje, un crucero de 14 días que partía desde Nueva York el 5 de enero, y que acabaría zarpando finalmente el día 6.
A pesar de los pronósticos meteorológicos, que avisaban de la llegada de la tormenta invernal Grayson, el crucero decidió partir, y el viaje se convirtió en una auténtica pesadilla.
El 3 y el 4 de enero, cinco días después de zarpar, la situación se volvió muy complicada: goteras en el interior del crucero, alfombras empapadas y los letreros balanceándose. Además del panorama terrorífico que se podía ver a través de las ventanillas.
Los pasajeros relataron que decidieron pasar la noche en las zonas comunes del crucero y se quejan de que las informaciones que fue facilitando el capitán fueron esporádicas y poco precisas.
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