Los negocios por cuenta propia en Cuba no son sólo paladares, barberías, peluquería, taxis y agromercados. La industria del helado, que durante años ha estado monopolizada por las colas del Coppelia, ha despegado en La Habana y lo ha hecho con calidad, ingenio y productos artesanales.
Ya se ha hecho un hueco en Tripadvisor, la web especializada en viajes más grande del mundo, la heladería Helad'Oro, ubicada en la calle Aguiar 206, entre Empedrado y Tejadillo, en La Habana Vieja. Propiedad de una francesa que tuvo que pedir la residencia definitiva en Cuba para dedicarse a la venta de helados artesanales, cuenta con el respaldo del 81% de las personas que opinan que la calidad de sus helados es "excelente".
En el Vedado, en 15, entre L y M, triunfa Amore, una heladería que ofrece a diario 15 sabores distintos con precios que oscilan desde 1,50 CUC a los 16,00 CUC (el kilo de helado). Se ha convertido en poco tiempo, en un lugar frecuentado por artistas y famosos.
Pero en la periferia de La Habana triunfa el carrito de helado de toda la vida, como éste que ha grabado el joven Daio Estrada en Bahía y que ofrece la paletica a 5.00 pesos. Lo lleva un particular y no es sólo helado: ha sacado partido a la industria de la nostalgia.
La música del carrito no es la misma que la que sonaba en los años de ochenta por las calles del Guiteras, pero se le parece. "Se le escuchaba desde que venía bajando la Loma de los Tres Picos", recuerda Donis, un vecino del barrio, ahora residente en Estados Unidos.
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