El mercado negro de las aves exóticas ha aumentado en Cuba en los últimos tiempos, pese a que los vendedores ilegales saben que si los cogen vendiendo por ejemplo, palomas sin tener licencia para hacerlo, se exponen a que se las decomisen y les impongan una multa de 1.500 pesos, acompañada de un acta de advertencia si es la primera vez que son interceptados. En caso de ser reinicidentes, se enfrentan, incluso, a la cárcel.
Para poder exportar un ave, los criadores cubanos necesitan un certificado veterinario, uno de traslado y pagar por todo eso. Sin embargo, los vendedores ambulantes andan con la jaula por la calle de una forma tolerada, según denuncia un entrevistado.
A pesar de las estrictas regulaciones gubernamentales, el mercado negro de las aves exóticas florece en Cuba, hasta el punto de que existen mercadillos ilegales al aire libre, junto a la vías del tren, donde la gente acude a vender y comprar aves. "Aquí se reúnen mil y pico de personas cada domingo", explica un hombre al periodista.
"Yo me voy a cazar azulejos y si cojo, 30 o 40, me da negocio el domingo traerlo para acá y los vendo a 25 pesos (CUC) cada uno", comenta otro vendedor.
Un criador de palomas explica que en la Isla, una paloma puede llegar a costar entre 5 y 1.000 dólares, dependiendo de la calidad y reconocimiento que tenga el animal.
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