Habitantes de Guantánamo han denunciado a Diario de Cuba las largas jornadas de apagones a las que son sometidos, sin siquiera previo aviso o una explicación que permita saber su duración, así como la devastación y las ínfimas posibilidades de mejoras económicas que experimentan.
“Puedes estar escuchando todo el tiempo las noticias y es por gusto, porque no te avisan por ningún lugar, ni por el radio ni por el televisor”, denunció una vecina, refiriéndose a los apagones.
La misma señora contó que a veces tenían que almorzar a las 3:00 de la tarde, por la falta de fluido eléctrico, en una provincia donde la costumbre de esa comida del día ronda entre las 11:30 y 12:30 y donde carecen de gas de la calle.
“Cocinamos con corriente y no teníamos balitas y la Empresa de Gas Licuado trae las balitas cuando le da la gana, porque dicen que no hay transporte”, concluyó la guantanamera.
Los entrevistados se quejaron de que, durante la semana de receso de abril, no había electricidad para que los niños vieran la programación infantil que la televisión cubana ofrece durante esa semana, ni tampoco ofertas para los niños, lugares a donde llevarlos y mucho menos economía familiar que aguante una semana de paseos para los pequeños.
“No podemos ver las noticias, no podemos cocinar, los niños están de semana de receso y no pueden ver los muñequitos, no hay donde llevarlos, todo es caro, los niños no se divierten”, comenta una de las entrevistadas.
En cuanto al nuevo presidente, los vecinos aseguraron que “no va a resolver nada” y que no ha sido elegido por el pueblo. “Aquí no hay democracia porque el pueblo no puede votar por el presidente, no tenemos ese derecho, el nuevo presidente no lo elegimos nosotros”, concluyeron.
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