La situación de una madre cubana y sus hijos ya traspasa los límites de la miseria y la vicisitud. La casa donde viven en la zona montañosa de Baracoa, provincia de Guantánamo, casi les cae encima y el hambre les invade el día a día.
Para alimentar a sus hijos, Maribel vende sus paquetes de íntima (almohadillas sanitarias) y la leche de los niños que sustituye por té. También lava ropa y vende el arroz que le asigna el Gobierno por la libreta de abastecimiento.
Aunque se ha quejado varias veces con las autoridades nadie parece preocuparse por su situación. "Me tienen a base de mentiras", dijo Maribel a CubaNet.
Los niños "pasan hambre, se están muriendo de hambre, si comen por la tarde no tienen esperanzas de comer por el mediodía", afirmó.
Desde hace tres años la joven madre pide también ayuda para resolver el problema de su vivienda. Las condiciones en que vive afectan la salud de los menore y uno de sus hijos, alérgico al polvo, estuvo recientemente ingresado durante 19 días, ya que la casa tiene piso de tierra.
Incluso ha denunciado haber sido víctima en varias ocasiones de violencia doméstica. El padre de sus hijos, alcohólico, la ha golpeado más de una vez.
No obstante, la situación en que se encuentra sumergida Maribel pasa por desapercibida, y las autoridades la tildan de "loca".
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