En momentos en que las leyes y el ajedrez de la diplomacia y de la política parecen haberle jugado una mala pasada a los cientos de cubanos que se reportan a las puertas de territorio norteamericano en Nuevo Laredo, México y otras ciudades mexicanas fronterizas, no falta la solidaridad humana, pero tampoco la palabra de Dios.
Hasta el grupo de cubanos varados en Nuevo Laredo, acudió una señora la cual humildemente les dirigió unas palabras llenas de fe y esperanza, a los ya casi 100 cubanos que se encuentran en el lugar.
Sin dudas un momento emotivo para muchos que cansados y desalentados, acuden a la palabra divina para encontrar consuelo.
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