Un usuario cubano de redes sociales compartió una fotografía tomada frente al Museo de la Revolución (antiguo Palacio Presidencial de Cuba) en la que se veía un cartel con la imagen de Fidel Castro tirado junto a un contenedor de basura.
La foto fue tomada por el creador de contenidos identificado como Luis Luisovich Jañez en Facebook, y resalta el contraste entre el lugar dónde se encontraba el cartel propagandístico (la basura) y el edificio del Museo de la Revolución que lideró Castro.
“Pasé y la foto estaba allí. Foto simple con celular”, dijo el autor de la fotografía en la publicación.
La imagen se añade a otras similares tomadas por ciudadanos en Cuba, con cuadros, fotografías o libros de los líderes históricos de la llamada “revolución” tirados en la basura o amontonados en las calles.
En febrero de 2020, un cuadro con una fotografía del fallecido dictador tirado en un contenedor de basura se volvió viral en redes sociales. “Miren la belleza de foto que acabo de tomar en una esquina habanera”, anunció el usuario identificado como @LanzadeCuba en Twitter.
La imagen, que recibió miles de reacciones, fue tachada por algunos como un montaje. Sin embargo, la fotografía sirvió para sacar a flote la opinión común de muchos cubanos que no veían a Castro como el líder impoluto que por décadas han pretendido implantar el oficialismo y la propaganda del régimen, sino como una persona autoritaria que enraizó una de las dictaduras más largas y polémicas del continente.
Cuatro años más tarde, la figura del dictador sigue presente en la propaganda del régimen cubano, como quedó patente en un video que mostró recientemente el adoctrinamiento que reciben los niños cubanos en las escuelas.
En la grabación, hecha por la maestra de un aula de quinto grado, se vio a una profesora miembro del Partido Comunista que visitó el aula para hablarles a los menores acerca del "honor" que significaba ser militante, cuyas virtudes encarnó en la figura del fallecido dictador.
"Mantener una línea correcta de vida, de honestidad, de desinterés, de altruismo, casi todo lo que dijo el Comandante", dijo la mujer ante la pregunta de un niño.
En agosto, el Centro Fidel Castro Ruz ofreció "cursos de verano" para niños, para que estos se sumergieran en la vida del fallecido dictador.
En la sede del local, en una lujosa mansión en El Vedado, los menores recibieron talleres y actividades relacionadas con Castro. Muchos padres, en un caluroso verano con pocas opciones de entretenimiento y precios altísimos en los parques de atracciones, decidieron llevar a sus hijos.
En los últimos tiempos se han dado varios casos de padres que se niegan a esta ideologización a que están expuestos los estudiantes cubanos desde que acceden al sistema de enseñanza.
En septiembre, el abogado Manuel Viera aseguró que su hija crecerá libre de adoctrinamientos aunque en eso le vaya la vida.
"Hoy Brenda inicia su historia y pido a Dios que todo sea diferente... y que si no cambia no tengamos que llegar a pioneros en este infierno. ¡Mi hija no aprenderá doctrinas y conceptos ideológicos como su padre. Mi hija crecerá libre de decidir el rumbo que dará a su vida aquí o en la Antártida... aunque en ello me vaya la vida!", afirmó.
En abril de 2022, una madre cubana que se identifica en Twitter como Lily AR, estalló contra las ideologías vacías y los rituales políticos que le enseñan a su hijo en la escuela.
"Tengo sentimientos encontrados, asco, vergüenza, tristeza. A mi hijo hoy le pusieron su pañoleta y tenía que aprenderse la típica mierda comunista, algo así: Por la guía de Martí, por la guía de Fidel, por la patria socialista, moncadistas siempre listos. Luché contra todo", comentó en un tuit.
"¿Por qué tengo que limitarme a explicarle a mi hijo que me molesta que diga esas cosas? Es pequeño y no quiero que la política ni mi forma de pensar sean una carga en su cabecita. Pero entonces ¿por qué la 'escuela' no se limita también? ¿Por qué tengo que aceptar que adoctrinen a mi hijo?", cuestionó.
El Museo de la Revolución, alojado en el antiguo Palacio Presidencial construido entre 1913 y 1920, (decorado originalmente por Tiffany’s de Nueva York), se encuentra actualmente cerrado al público por obras de restauración que acomete la empresa panameña Dellarocca.
Se desconoce el monto de la inversión del régimen cubano para esta obra, los plazos de ejecución, así como demás condiciones en el pliego de licitación pública (en caso de que se haya licitado por este mecanismo) que finalmente se resolvió a favor de dicha compañía panameña.
A finales de septiembre de 2020, Janez denunció en Facebook haber recibido una multa de 2,000 pesos en un parque de La Habana donde se estaba intentando conectar a internet.
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