La Torre Eiffel es un importante hito cultural parisino. Los cubanos recreamos en el siglo XIX este símbolo de la modernidad y la libertad en la Plaza Mayor de Santa Clara. En este artículo te contamos cómo fue.
La Torre Eiffel tiene una interesante historia
En el año 1889 París festejó el centenario de la Toma de la Bastilla. Su revolución había cambiado el curso de la historia universal y debía celebrarse por todo lo alto. El gobierno francés comenzó los preparativos de tan esperado momento con 3 años de antelación.
Los franceses buscaban una oportunidad ideal para mostrar al mundo el significado de derrocar una monarquía obsoleta. Les llegó con la Exposición Universal de París en 1889. Para la ocasión optaron por una pieza icónica, una torre.
La Torre Eiffel es una estructura de hierro, uno de los materiales propios de la arquitectura modernista de fines del siglo XIX y principios del XX. Fue diseñada por un equipo de ingenieros franceses y construida por Alexandre Gustave Eiffel, al cual debe su nombre.
Esta estructura fue la más alta del mundo durante 41 años, con 324 metros de altura. Tardó en construirse dos años, dos meses y tres días. Pero valía la pena el esfuerzo si con ello legaban un símbolo al mundo.
Los ecos de la Exposición Universal de París viajaron a través de los mares
No tardaron en saberse en Cuba las noticias de esta maravilla. Tampoco tardó en aparecer, en el espíritu de los criollos, el deseo de tener una torre propia que mostrara el fin del colonialismo español.
Cuba estaba inmersa en los preparativos de una nueva etapa de la guerra de independencia. La lucha estalló el 24 de febrero, en Baire, al oriente de la Isla. Mientras, la ciudad de Santa Clara, al centro del país, se preparaba para celebrar su modernidad inaugurando el alumbrado eléctrico.
Santa Clara construyó la réplica de un hito universal
La del centro de Cuba fue una réplica en madera y a pequeña escala, de la Torre Eiffel. Se ubicó en medio de la Plaza Mayor y fue construida gracias al patrocinio de Doña Marta Abreu, patriota cubana y mayor benefactora de la ciudad de Santa Clara.
Marta Abreu poseía el permiso del Ayuntamiento para la construcción de una planta eléctrica. La ejecución de este proyecto estuvo a cargo de la Casa Gramme de París que se comprometió a tenerlo a punto para febrero de 1895.
El gobierno español en la Isla tenía conocimiento del movimiento insurreccional que se gestaba en Oriente. Poco tiempo antes de la fecha estimada para el encendido de las luces en Santa Clara suspendió la ceremonia.
Sin embargo, los santaclareños se mantuvieron fieles al proyecto, engalanaron la Plaza Mayor y construyeron con madera una réplica del famoso hito parisino, la Torre Eiffel de Santa Clara.
¿Cómo fue la réplica santaclareña?
Varios medios de comunicación citan al investigador Juan Manuel Hernández, quien explica que la torre santaclareña tuvo 28 metros de alto y siete de ancho. Fue diseñada por el ingeniero Ramón Cornelio Berenguer y se decoró con 25 mil flores de papel en cuyo centro refulgían bombillos encendidos con energía eléctrica.
La réplica de la Torre Eiffel en Santa Clara duró solo unas semanas. Fue derribada por órdenes del gobierno español en la Isla. Brilló por primera vez el 28 de febrero de 1895, e ilumina la historia de esta humilde ciudad desde entonces.
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