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8 lugares poco convencionales para visitar en La Habana

La Habana está llena de lugares impresionantes para todo tipo de exigencias, la belleza vintage y tropical que la caracteriza se encuentra en cada uno de sus diminutos rincones. A continuación te dejamos algunos de estos recovecos más subestimados: 


Este artículo es de hace 7 años

La Habana está llena de lugares impresionantes para todo tipo de exigencias, la belleza vintage y tropical que la caracteriza se encuentra en cada uno de sus diminutos rincones. A continuación te dejamos algunos de estos recovecos más subestimados:

1. Callejón de Hamel: Es un rincón en Centro Habana lleno de vida, música, arte y desarrollo local. Los edificios que colindan con él han servido de lienzo perfecto para el artista Salvador González, impulsor principal del proyecto comunitario y pintor que mezcla el cubismo, surrealismo y otras vertientes del arte abstracto de matiz afrocubano. Cada fin semana se llena de danza y música en vivo cuando se celebran los Domingos de la Rumba. Grandes artistas del género, de la escena nacional y foránea confluyen allí, junto a bailarines disfrazados de deidades yoruba. Es un lugar ideal para sacar fotos coloridas sobre las tradiciones y cultura afrodescendiente en la capital.

2. El Chanchullero: Un bar escondido en una de las tantas callejuelas oscuras de La Habana Vieja. Apretado entre dos grandes edificios, el íntimo bar de poquísimos metros cuadrados, se eleva en tres altos niveles y se compone mayormente de estructuras de madera y escaleras muy inclinadas. Aunque no es recomendado para claustrofóbicos por la estrechez que lo distingue, es un sitio ideal para compartir algunas cervezas, piñas coladas y tapas criollas entre amigos. Colinda con la colonial Plaza del Cristo y, si no lo delatara la larga cola que diariamente se forma para entrar, podría pasar desapercibido para el transeúnte.

3. Siá Kará: Al igual que el anterior, este es uno de los tantos bares que engalanan a La Habana Vieja de noche, pero aun así pasa inadvertido. Con un puntal alto y largas cortinas que dan la bienvenida al visitante, una particularidad del bar es la música en vivo, pero no de la típica agrupación de música tradicional cubana, sino un pianista en solo que complace peticiones a suerte de victrola personalizada, incluso si ello incluye dejar el piano a manos del interesado. Más de una centena de corbatas adornan la barbacoa del espacio reservado y parafernalia de los años 50 inundan el resto de los espacios. Es un sitio ideal para festejar y disfrutar de la música cubana de todos los tiempos.

4. El paseo marítimo de la Alameda de Paula: Inaugurado hace poco menos de un año, el paseo marítimo ofrece una aproximación más íntima al mar y a la hermosa vista de la Bahía habanera, sitio de anclaje para cruceros y otras grandes embarcaciones. No hace muchos meses, los moradores de capital y sus visitantes comenzaron a darle vida a una romántica tradición allí: colocar candados en el muelle como símbolo de amor eterno. Como adelanto de interés, les anunciamos que próximamente será inaugurado el Emboque de Luz, sitio acristalado de diseño moderno que acogerá el nuevo puerto para las lanchas que comunican a La Habana Vieja con los municipios Casablanca y Regla.

5. Playita de 16: No es de las típicas playas de agua cristalina y arenas blancas que salen en las postales sobre Cuba, sino más bien lo contrario, se encuentra casi totalmente cubierta con hormigón (pues es también una especie de parque) y dientes de perro. No obstante, este rinconcito en el litoral norte habanero ofrece una de las mejores vistas del atardecer en la capital y es visitado por decenas de personas diariamente. Allí las familias y los jóvenes confluyen para refrescar el calor, poner música, reunirse en grupo y charlar.

6. Regla: Con su icónica iglesia y su propia patrona, Regla es el epicentro habanero del sincretismo, la armoniosa conciliación entre la religión católica y la afrocubana. A la entrada de la popular ermita, que guarda desde 1714 a la Virgen de Regla o reina de los mares Yemayá, te encontraras con adivinadoras dispuestas a leer en las cartas lo que te depara la fortuna, a devotos haciendo sus ofrendas en el mar, pescadores, curiosos y otros visitantes foráneos. Es un sitio ideal para repensar la espiritualidad, llenarte de buenas energías y sacar fotos panorámicas de frente al paisaje del Casco Histórico.

7. Hershey: Aunque técnicamente se encuentra en Mayabeque, Hershey es un pueblo al cual se llega fácilmente desde La Habana. Es uno de los rincones más interesantes y unas de las ruinas que más duelen de lo que fue unas de las comunidades más desarrolladas y autosustentables del país. Su nombre se debe a Milton Hershey, fundador del pueblo y de la todavía famosísima marca de chocolates homónima. Del poblado construido gracias al chocolate solo quedan algunas pocas casas en pie, otras, que no corrieron la misma suerte, se yerguen entre matorrales y basura acumulada, así como los parques, cine y la central que procesaba el azúcar para las conocidas confituras. Es el sitio perfecto para explorar y tomar fotos del último pueblo en Cuba construido al estilo de los suburbios norteamericanos.

8. Costa del Hotel Comodoro: Explanada de concreto que rompe en la costa norte de la capital. Ostenta un largo y novelesco muelle, utilizado hoy para pescar y para desafiar los clavados de los nadadores más temerarios, que embellece el paisaje marino a medida de que se esconde el sol en el horizonte. También es escenario perfecto para reuniones y tertulias de poesía de estudiantes universitarios. Es un sitio muy cómodo para pasar la tarde y ver la puesta del sol con una buena botella de vino.

(Foto: Kristen Herrera)

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