Composición infinita

Nuevamente la joven Rachel Valdés Camejo (24) sorprende a todos, ahora con su instalación ¨Composición infinita¨, catalogada por muchos visitantes, como la mejor obra expuesta en la fortaleza de La Cabaña.
Pensé que ¨Cubo azul¨, obra de Rachel que se encuentra en la muestra ¨Detrás del muro¨, en el Malecón habanero, también entre las favoritas del público, era insuperable: pude caminar por las nubes; en una de las caras del cubo descubrí los edificios del Vedado junto al faro del Morro; sentada en el muro del Malecón pude ver el mar se reflejado en la calle con los edificios detrás… El juego de imágenes es casi infinito.
Pero nos sorprende esta vez con un local hermético. Nuevamente espejos. Ahora además de reflejar nuestra imagen infinitamente, lo combina con imágenes proyectadas frente a nosotros, simulando un caleidoscopio en tercera dimensión, con suaves transiciones de colores y formas etéreas, que se multiplican y nos rodean. Los colores pasan desde suaves formas malvas, azules, a intensos y ardientes rojos y amarillos. La música electroacústica que lo acompaña recuerda la sílaba sagrada Om, que es el símbolo de lo esencial en el hinduismo y significa unidad con lo supremo, la combinación de lo físico con lo espiritual. Es el sonido del que emergen todos los demás sonidos, ya sean de la música o del lenguaje. Son 10 minutos sanadores.
Meilin Morales Quintana, la atenta muchacha que atiende la entrada a la instalación y pacientemente contesta todas las preguntas de los visitantes, vio mi reacción al salir de la habitación, y le comenté que era fabuloso, que me sentía flotando, relajada, pero que no encontraba palabras para describir lo que allí dentro viví, me dijo: ¨Es un templo contemporáneo¨. Es exacto.
Meilin me contó de sus vivencias en estos días de la Bienal. Ha visto reacciones disímiles: personas que han permanecido en grupo, en absoluto silencio, sentadas en el suelo, relajadas. Algunos que han salido llorando. Otros, todo lo contrario, se ponen eufóricos. Pero la opinión generalizada es que es maravilloso, impresionante. Desgraciadamente también ha encontrado algunos que no valoran la obra, y a pesar de que ella amablemente al entrar les pide que no toquen los espejos, ha encontrado huellas de labios y de manos, pues hay quien se tira fotos abrazándose o besándose infinitamente.
La cámara no captó lo que mis ojos pudieron disfrutar. Las fotos tienen baja calidad, pero dan una idea de lo que allí se puede apreciar.